Sánchez despeja el camino de los presupuestos con más promesas a Torra
El Gobierno promete a la Generalitat la creación de una mesa de negociación entre partidos para abordar la crisis catalana
El Gobierno y la Generalitat han alcanzado este jueves un principio de acuerdo para impulsar una mesa de negociación entre partidos políticos con el fin de abordar la crisis política catalana que puede servir para despejar definitivamente la tramitación de los presupuestos.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, se ha reunido en la Moncloa con dos representantes de la Generalitat (el vicepresidente Pere Aragonès y la consellera Elsa Artadi) durante cuatro horas y las conversaciones han culminado con un comunicado conjunto en el que se informa de que ambas partes han valorado «la posibilidad de establecer dos espacios de diálogo diferenciados: uno, entre gobiernos a partir de la comisión bilateral y otro, entre partidos».
La Generalitat reivindica desde hace varias semanas la creación de una mesa de diálogo como condición para permitir la tramitación de los presupuestos generales del estado en el Congreso de los Diputados.
Con el fin de rematar este principio de acuerdo, Gobierno y Generalitat se han emplazado a celebrar una nueva reunión la próxima semana en Barcelona. Será la tercera en poco tiempo después de que Pedro Sánchez y Quim Torra retomaran sus negociaciones el pasado 20 de diciembre en el Palau de Pedralbes.
Los gestos de Sánchez
El Gobierno de Sánchez ha multiplicado los gestos dirigidos al Pdecat y ERC a lo largo del último mes para conseguir su apoyo a los presupuestos, aunque tan sólo sea para debatirlos.
El presidente celebró una reunión del consejo de ministros en Barcelona el pasado mes de diciembre, aprobó un nuevo nombre para el aeropuerto de El Prat (Josep Tarradellas) y anunció que los presupuestos incluirían una inversión en Cataluña de un total de 2.051,38 millones, es decir, el 52% más respecto a lo presupuestado en 2018.
Con todo ello, el gobierno de Sánchez intenta obtener el apoyo de los independentistas, divididos en su estrategia. Carles Puigdemont es partidario del portazo, mientras que sectores de Pdecat y ERC son partidarios de explorar todo el margen que ofrece el presidente antes de la inevitable celebración de elecciones.