La Eurocámara se venga de Puigdemont por sus amigos belgas
El grupo del Parlamento Europeo en el que Puigdemont quiere integrarse recrimina su proximidad a los nacionalistas flamencos de la N-VA
Un sector de Los Verdes/Alianza Libre Europea (ALE) no se fía de Carles Puigdemont. El grupo parlamentario de la Eurocámara en el que el expresident quiere integrarse aún no se decide sobre este fichaje, al recriminar algunos de los eurodiputados que forman parte del mismo la proximidad del líder independentista con los nacionalistas belgas de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA).
De poco ha servido el intento de mediación de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). La eurodiputada Diana Riba se ha reunido este miércoles durante casi dos horas con la cúpula de Los Verdes sin lograr un acuerdo para el ingreso de Puigdemont y el exconseller Toni Comín. El partido ecologista ve un conflicto de «valores» en la asociación del expresidente catalán con la N-VA desde su fuga a Bélgica.
La soledad de Puigdemont en la Eurocámara se alarga, en tanto Riba y Los Verdes se han emplazado a un nuevo encuentro del comité de conciliación con la intención de evitar una votación de todos los miembros del grupo, cuya otra mitad –la ALE– representa a nacionalistas de toda Europa como el BNG, el SNP escocés y el Plaid Cymru galés, pero que ya no acoge a la N-VA, uno de sus miembros fundadores.
Los nacionalistas flamencos forman ahora parte del grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR), al que Los Verdes han recomendado a Puigdemont solicitar afiliación. Y esa sigue siendo la apuesta de los ecologistas, que no solo no están por la labor de aceptar al político catalán sino que optan por un perfil más bajo en torno al independentismo, rechazando una mayor implicación en el procés.
Los Verdes se plantan contra Puigdemont
La pugna tiene muchas raíces. Una de ellas, la pérdida de diputados que sufrirá el grupo parlamentario cuando se consuma el brexit, ante lo cual Los Verdes no quieren incorporar a cuatro independentistas más por temor a una pérdida de equilibrio. Y es que previsiblemente Clara Ponsatí ocupará una de esasvacantes y Oriol Junqueras (o su sustituto) otra, por lo que el tándem Puigdemont-Comín no es apetecible.
A ello se suma una brecha ideológica de Los Verdes/ALE con la N-VA que se puso de manifiesto tras las elecciones europeas de 2014, cuando los flamencos se pasaron al ECR, un grupo más recostado a la derecha frente a la tendencia izquierdista de la alianza de ecologistas y nacionalistas. Por ello el copresidente de Los Verdes, el belga Philippe Lamberts, criticó los «valores opuestos» de los amigos de Puigdemont.
«Es incoherente que pidan integrarse en un grupo cuyos valores son opuestos a los de sus mejores amigos», reprochó Lamberts la semana pasada tras recibir noticia de las aspiraciones de Puigdemont y Comín. Y la eurodiputada republicana Diana Riba ha constatado este miércoles que «hay diferencias» con Los Verdes sobre el asunto y que «si en los próximos días no encontramos un consenso la última opción es una votación».
Sobre las declaraciones del copresidente del partido ecologista europeo, Riba ha señalado que fueron «opiniones que dijo personalmente» más que como alto dirigente de la formación, «y no representan las opiniones del grupo». Pero según El Confidencial, la alemana Ska Keller, colíder del grupo parlamentario, también se ha mostrado cansada del desafío catalán y se ha alineado en parte con la opinión de Lamberts.
Tras esos primeros rechazos, la semana anterior, Puigdemont dijo que aún tenía esperanza y que no se podía confundir la opinión de Lamberts con la del resto del grupo. Pero las cosas están probando ser más difíciles de lo que imaginaba, y la posibilidad de quedarse sin grupo parlamentario se hace cada vez más palpable para el expresident, que está a la espera de que se resuelva también la cuestión sobre su inmunidad.