La ERC que no quiere el pacto con el PSOE se carga de razones
Ábalos desata la indignación de los negociadores de ERC y alimenta a los sectores independentistas que no ven con buenos ojos el pacto con el PSOE
Los negociadores de ERC no salen de su asombro. Después de varias semanas de un silencio rotundo de PSOE y ERC respecto a las conversaciones para cerrar el pacto de investidura de Pedro Sánchez, algo ha incendiado el clima de la negociación.
Algo o, mejor dicho, alguien: José Luis Ábalos. El secretario de organización del PSOE, un veterano acostumbrado a diseñar estrategias en la sala de máquinas y al cálculo y manejo de tiempos y mensajes a su antojo que en menos de una semana ya ha cometido dos aparentes resbalones que han tensado las conversaciones cuando los socialistas —él incluído— vendían con más insistencia que iban viento en popa.
Ábalos, que además forma parte del equipo negociador de los suyos junto con la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, y el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, ya se descolgó el domingo instando a ERC a acelerar y cerrar un acuerdo para que la «posibilidad del diálogo» no se frustre. Y ya entonces, la reacción de ERC fue revolverse y considerar sus palabras un «chantaje».
Y este martes, en una entrevista en TVE, Ábalos no solo reincidía, dando a entencer que las conversaciones están en su recta final, sino que, preguntado por la cuestión, consideraba que ERC ha abandonado la vía unilateral, una afirmación que ha escocido en las filas de los de Oriol Junqueras.
La pugna por la unilateralidad en ERC
A la práctica, Esquerra hace ya tiempo que no vindica volver a ejercer la autodeterminación sí o sí —lo que le distancia de sus socios de Junts per Catalunya (JxCat), que sí siguen amagando con esa posibilidad día sí día también—. Pero una cosa es eso y otra explicitar abiertamente una renuncia a ese recurso.
Eso la dirección ya lo intentó en la conferencia celebrada el verano del año pasado, presentando un borrador de ponencia política que daba por descartada la vía unilateral, pero las bases se sublevaron, y para evitar males mayores, se acabó incorporando una enmienda que desde entonces es mantra en Esquerra: que el partido, pese a priorizar la dialogada, “no renuncia a ninguna vía democrática y pacífica”.
Ahora, la situación se repite de cara al 28 Congreso del partido, que se celebra este sábado, apenas dos días después, además, del fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUEC) sobre la inmunidad de Junqueras, que se espera este jueves. La cúpula del partido presentó un borrador de ponencia que no incluía ninguna referencia a la unileralidad, pero entre las enmiendas que llegarán vivas al cónclave, hay una presentada por el colectivo Primer d’Octubre, un sector crítico con la actual línea dialogante, que aboga por incorporar una referencia a esa vía.
“Pese a que parece que la voluntad es vaciar el mandato del 1 de octubre que de forma clara determina la ponencia política vigente del 2018, trabajamos para que el texto final preserve la vía unilateral frente a la falta de respuesta negociada por el Estado español”, asegura en un comunicado el colectivo, un sector crítico con la actual línea dialogante dictada por Junqueras.
Un congreso clave para la investidura
El peso de Primer d’Octubre en ERC es pequeño, y, después de la ratificación del liderazgo de Junqueras y de la secretaria general Marta Rovira en un consell nacional celebrado en septiembre, y de haber obtenido el aval de las bases a su estrategia negociadora, en el partido no se espera un conclave convulso. Pero las declaraciones del secretario de organización del PSOE complican la posición de los negociadores y la dirección del partido, y fuentes de la misma temen que puedan acabar dando gasolina a los críticos.
Un congreso caliente sería además la peor noticia para Pedro Sánchez, porque complicaría alcanzar un acuerdo, sea antes o después de Nochevieja, por lo que no faltan voces entre los independentistas que levantan la ceja e incluso atribuyen los acelerones públicos de Ábalos a algún tipo de pulso interno en las filas socialistas. Sea como fuere, la investidura sigue pendiente de un hilo, el que conecta a PSOE y ERC, demasiado fino aún como para no correr el riesgo de que se rompa si siguen las sacudidas.