Estos son los impuestos que va a subir la Generalitat

La Generalitat prevé ingresar 190 millones más por el impuesto de sucesiones y 145,1 por un nuevo gravamen a las energéticas

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El pacto alcanzado entre el govern de Quim Torra y los comunes en materia fiscal como primer paso para alcanzar un acuerdo por el conjunto de los presupuestos de la Generalitat supone un incremento de ingresos para el ejecutivo catalán de 543 millones de euros anuales, según los cálculos del departamento de Economía que encabeza el vicepresident Pere Aragonès. El paquete de medidas, que en palabras de este se rige por los criterios de «progresividad», «fiscalidad verde» y «fiscalidad justa»,  incluye modificaciones en seis impuestos ya existentes y la creación de uno nuevo. Aquí los desgranamos.

IRPF

Se introducen cambios que afectan a las rentas más bajas y a las más altas. En el primero de los casos, el de contribuyentes con una base liquidable igual o inferior a 12.450 euros, el mínimo sube de 5.550 a 6.105 euros, es decir. En el caso de una persona soltera, sin hijos y con un sueldo de 16.000 euros, por ejemplo, la cuota íntegra pasaría de 1.005 a 938 euros.

El govern calcula que la medida beneficiaría a 205.042 contribuyentes y supondría una pérdida de ingresos de 12,4 millones anuales, que se compensaría de sobras con los 31 que el ejecutivo catalán prevé ingresar con las subidas de los tipos para las rentas de entre 90 y 1750.000 euros.

En ese capítulo hay dos bloques. En el tramo de entre 90 y 120.000 euros, la Generalitat le aplica un tipo marginal del 21,5% que subiría dos puntos, hasta el 23,5%. Y en el que va de los 120 a los 175.000 euros, el tipo subiría del actual 23,5% al 24,5%, quedándose a un punto del máximo, del 25,5%, que es el que se aplica a partir de los 175.000 euros. Así, por ejemplo, un declarante soltero, sin hijos y con una renta del traajo de 110.000 euros tendría que pagar 298 euros más que ahora. Uno en la misma situación pero con una renta de 160.000 pagaría 949 euros más.

La medida afectaría a 52.393 personas, un 1,5% de los 3,5 millones de contribuyentes catalanes. Si sumamos el 5,8% de beneficiados por la parte baja de los ingresos, vemos que los cambios no afectan ni al 8%. El resto seguirán pagando lo mismo. Es más, en el tramo medio que va de los 12.450 a los 33 euros, los catalanes seguirán siendo los que más paguen en el tramo autonómico de toda España.

Impuesto de sucesiones

Pese a que los cambios en el IRPF son los que afectan a un mayor segmento de la población, es la subida del impuesto de sucesiones la que reportará más ingresos adicionales a la Generalitat: 189,9 euros anuales.

Lo que plantean ahora el govern y los comunes es acercarse a la situación anterior a 2011, cuando el gobierno de Artur Mas incorporó una bonificación del 99% del impuesto a cónyuges, padres e hijos. Ahora esta bonificación se mantiene en el caso de los cónyuges. Pero en el de padres e hijos, será progresiva, y podrá oscilar entre el 60%, en el caso de una herencia de hasta 100.000 euros, has el 0% cuando sea de más de 3 millones. 

También se recuperan los coeficientes multiplicadores a aplicar en esos primer y segundo grados de parentesco en función del patrimonio previo del beneficiario de la herencia, coeficientes que desde 2010 solo se aplicaban a familiares de tercer grado (hermanos, primos, tíos y sobrinos).

Esta y la subida del IRPF para los más ricos son las medidas que más han incomodado a Junts per Catalunya (JxCat), socio en el gobierno catalán de ERC, que es quien controla el departamento de Economía.

Impuesto sobre transmisiones patrimoniales

El acuerdo govern-comunes incluye subidas que no se han concretado en el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentales, y que afectan sobre todo a las escrituras de división horizontal de parcelas y a la adquisión de viviendas por parte de empresas inmobiliarias. La contrapartida es reducir a la mitad, del 10 al 5%, el tipo que grava la compra de la vivienda habitual en el caso de familias monoparentales. El cálculo de Economía es ingresar 13,17 millones al año por este capítulo.

Tasa turística

El impuesto sobre estancias en establecimientos turísticos, más conocido como «tasa turística», que se cobra por día y persona, también subirá, y se prevé que suponga un impacto positivo de 20,9 millones anuales para las arcas de la Generalitat.

Así la pernoctación en un hotel de 5 estrellas, que hasta ahora era de 2,25 euros, pasará a ser de 3,5 en Barcelona y de 3 en el resto de Cataluña. En el caso de un hotel de 4 estrellas, en Barcelona pasa de 1,10 a 1,70 euros, y fuera de la capital catalana, de 0,90 a 1,20. Para pisos turísticos, la cuota queda igual en Barcelona, donde ya es de 2,25 euros, y sube de 0,90 a 1 en el resto del territorio. Y para todos los demás establecimientos, pasa de 0,65 a 1 euro en Barcelona ciudad y de 0,45 a 0,60 en el resto de Cataluña.

En el caso de los cruceros, la estancia de menos de 12 horas, que hasta ahora solo se gravaba con 0,65 euros en la capital, pasará a suponer 1 euro en todo el territorio catalán, y la de más de 12 horas pasa en todas partes de 2,25 a 3 euros.

Impuesto sobre viviendas vacías

Se reduce la bonificación que se aplica a tenedores de viviendas vacías que destinan parte de su stock inmobiliario a alquiler asequible. Así, para el que  destine entre el 5 y el 10% de sus viviendas a ese fin la bonificación pasará del 10 al 7,5%. Y para el que ponga en alguiler social entre el 25 y el 40% de sus pisos, pasa del 50 al 37,5%. Economía cifra en 3,6 millones los ingresos que generará la medida.

Impuesto sobre bebidas azucaradas

También se sube el impuesto que desde 2017 grava a las bebidas azucaradas envasadas, que ahora llevan menos azúcar y cuyo consumo se ha reducido, según el govern. Para las bebidas con entre 5 y 8 gr/ml de azúcar, el tipo pasa de 0,08 a 0,10 euros por litro, y en casos en que la proporción sea superior a los 8 gr/ml, de 0,12 a 0,15 euros por litro. La prevision es recaudar 6,4 millones más al año por estos conceptos.

Nuevo impuesto sobre producción y transporte de energía

El acuerdo también prevé la creación de un nuevo impuesto en el ámbito de la llamada «fiscalidad verde» que gravará tanto la producción como el transporte de energía por considerarlos actividades contaminantes, y que se supone que supondrá 145,1 millones de ingresos.

La cuota para la producción saldrá multiplicando la base imponible, fijada en base a la producción bruta media de energía eléctrica a lo largo de los tres últimos ejercicios, medida en Kw/h y que se multiplicará por 0,005 euros en caso de energía de origen termonuclear o cualquier otro que no sea una central hidroeléctrica, en cuyo caso el coeficiente multiplicador será menor, de 0,001 euros.

Por lo que respecta a la distribución eléctrica, la cuota se calculará aplicando 700 euros a cada km de longitud o palo de línea de transporte de energía eléctrica de tensión inferior a 400 kV, o 1.200 en casos de tensión igual o superior a esa cantidad. Las empresas de telefonía y telemática también tendrán que pagar, en su caso, una cuota de 700 euros por cada kilómetro de conexiones y cada palo o antena.

Más «fiscalidad verde»

La Generalitat tiene además en fase de estudio dos nuevas medidas fiscales en clave medioambiental: un impuesto sobre actividades económicas que generen dióxido de carbono (CO2) y otro sobre las emisiones portuarias de grandes embarcaciones, que afectaría a los cruceros. Pero, a la espera de si se acaban aprobando, en 2020 está previsto empezar a aplicar un impuesto ya aprobado sobre emisiones de CO2 de vehículos de tracción mecánica que se estima que supondrá 155 millones de euros mensuales.

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