Esquerra ejerce ya toda la presión sobre Mas
El President asegura que el proceso “sigue adelante”, pero CiU debe ahora decidir si quiere seguir desangrándose
Era un instrumento político, que representaba los intereses de amplias clases medias, catalanistas, pero que buscaban en CiU la defensa de un modelo de sociedad. Ahora ese instrumento político se deshace, se diluye en beneficio de Esquerra Republicana. CiU languidece.
Los republicanos, por primera vez, han ganado unas elecciones en Catalunya. En su fuero interno, la dirección de Esquerra quería ganar las europeas, claro. Todas las fuerzas políticas quieren ganar las elecciones en las que se presentan.
Pero la razón les llevaba a pensar que sería mejor quedar por debajo de CiU, aunque fuera por unos pocos votos. Con ello, despejarían la incógnita del posible nerviosismo que, a partir de ahora, se instalará en CiU.
La consulta, la consulta, la consulta
Porque las cosas han cambiado. Esquerra obtuvo este domingo en unas europeas que en Catalunya han sido una prueba para sondear la salud del proceso soberanista, 593.690 votos, por los 548.324 votos de CiU. No es una gran diferencia, pero ERC ha pasado a ser la primera fuerza política, y su primer objetivo es celebrar la consulta fijada para el 9 de noviembre.
Esquerra no era la primera fuerza política desde la II República.
La presión, a partir de ahora, sobre el President Artur Mas será mayúscula. Ya no hay subterfugios. Aunque a ERC le pueda interesar seguir adelante, y pensar ya en las municipales de 2015.
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, siempre didáctico, siempre sin querer ofender a nadie, como si el proceso de ruptura con España fuera algo natural y sencillo, lo dejó claro en su primera comparecencia tras los comicios. “Ponemos este resultado al servicio del proceso”.
Y Mas, en el Hotel Majestic –la misma sede que se utilizó para los grandes acuerdos con el PP en 1996—recogió el guante: “Todo sigue adelante, ni un paso atrás”, aseguró.
Críticas internas para variar la estrategia
Pero la situación no es sencilla. En la campaña electoral, el propio Mas ha sido consciente de lo que se jugaba. Consideró que no podía ser que el Gobierno español ganara las elecciones –como ha sido, aunque con un duro castigo—y el Gobierno catalán no las ganara. En esa situación, la negociación, aseguró, sería complicada.
CiU planteó las europeas como una prueba para reforzar el proceso, pero a través de un apoyo claro al President, y al llamado “instrumento político”, que es CiU.
Mas, atrapado
Hay dos factores, sin embargo, que serán ahora determinantes:
1-Convergència deberá analizar internamente –este lunes se reúne su dirección más restringida—si debe o no reorientar su estrategia sobre el proceso soberanista, que le ha llevado, desde 2010 a perder continuamente apoyos. Si se trasladaran los resultados de las europeas a unas autonómicas, CiU quedaría por detrás de ERC, y no llegaría a 40 diputados. En 2010 obtuvo 62 escaños, y en 2012 perdió 12, hasta los actuales 50.
2-Aunque habrá críticas internas, y las disensiones de Unió Democràtica, a través de Josep Antoni Duran Lleida, tampoco se puede hacer gran cosa. “Hay tantos acontecimientos en los próximos meses, que desandar el camino es imposible”, asegura un dirigente de CDC. Es decir, Mas está atrapado por su propia estrategia.
Entrar en el Govern
La política catalana, por tanto, la liderará, a partir de ahora, ERC. Mas puede reclamar a los republicanos que formen parte del Govern, para evitar lo que él mismo admitió este domingo, y es que se coma “todos los marrones” por la erosión del poder, que Oriol Junqueras no experimenta.
Pero esa decisión dependerá de Esquerra, y, cambio, sólo querrá un compromiso para realizar una consulta que Mas no puede darle.
Mas lleva meses afirmando que sólo convocará una consulta soberanista si se enmarca en la legalidad. Y que si no se puede realizar, tratará de seguir adelante. Junqueras, ahora, no se lo permitirá.
Poca legitimidad de Rajoy
Pero las cosas también han cambiado en el resto de España. Y ahí, a esa rendija, se puede agarrar Mas.
El PP y el PSOE han sufrido un durísimo castigo en las elecciones europeas. Más allá de la defensa de la legalidad, de la Constitución, el PP no está en disposición de exhibir una gran legitimidad de apoyo electoral. Tampoco el PSOE. Los dos suman menos del 50% de los votos en las europeas.
Por ello, un posible pacto entre Mariano Rajoy y Artur Mas ya no serviría. Tampoco un acuerdo entre el PP y el PSOE. La paradoja, por tanto, es que para Rajoy lo que ha pasado en Catalunya era lo deseado, para presionar a CiU. Pero él también ha salido trasquilado.
Es la hora en estos momentos de Esquerra Republicana, y de cómo sepa gestionar su nuevo poder. “Tenemos una gran responsabilidad”, admitió Junqueras.
La razón les decía que hubiera sido mejor perder este domingo por un voto en beneficio de CiU.