España y Alemania: 7 diferencias en la gestión del virus este verano
Los mensajes que transmiten sus gobiernos, los test en aeropuertos, los rastreadores y la mano dura con los botellones son algunas de las diferencias
A pesar de que el Gobierno de España se esfuerza en decir que la situación “está controlada” en referencia al coronavirus, los datos no dicen lo mismo. Tampoco los Gobiernos británico, alemán, holandés, belga y francés lo ven claro. ¿Qué está fallando y por qué ocurre de nuevo?
Los brotes activos de coronavirus en España ascienden a 361 —con 4.100 personas contagiadas—. Mientras que el número de nuevos infectados solo en Cataluña (región más afectada) ha sido de 969 en las pasadas 24 horas. Desde el inicio de la pandemia se han contabilizado más de 280.000 contagios y 28.436 fallecimientos en España, según Sanidad.
En contraste, la pandemia ha dejado en Alemania durante las últimas 24 horas un total de 633 nuevos casos y seis muertos, frente a los 340 contagios y ningún fallecido del día anterior, lo que eleva el total a más de 206.000 personas contagiadas y más de 9.100 víctimas mortales, según ha informado este martes el Instituto Robert Koch (RKI).
Discurso tranquilizador vs mensaje de alarma
Hay una primera diferencia clara entre un país y otro y es el mensaje que se transmite a la población sobre la situación actual. Mientras que España ha apostado por un mensaje tranquilizador que quita importancia al problema —»hay que perderle el miedo al virus, no hay que perderle el respeto», repite estos días el titular de Sanidad, Salvador Illa— Alemania opta por enceder las señales de alerta.
Por ejemplo, ayer, 28 de julio, Alemania reportó un tercio de casos de España (633 frente a 1.828). Después de ofrecer estos datos, el presidente del Robert Koch Institut, Lothar Wieler, indicó que “está profundamente preocupado por la reciente evolución”, mientras que el Ministerio de Sanidad alemán (BMG) concluyó que “el incremento del dato de infecciones es una señal inequívoca de alarma. Si se baja la guardia, el virus se va a volver a expandir”.
Fijémonos, de nuevo, en Salvador Illa: «No podemos hablar de una segunda ola, hay brotes muy sectorizados en las zonas donde hay transmisión más alta. Podrán estar en control las próximas semanas», en referencia a una posible segunda ola.
Test en aeropuertos y estaciones de tren para viajeros
Desde hace semanas, Alemania testa a los viajeros de forma gratuita. Hasta ahora, era voluntario para todos aquellos que quisieran conocer su diagnóstico y que vinieran de destinos de riesgo. Sin embargo, el repunte de casos ha hecho que a partir del próximo lunes sea obligatorio para los viajeros de destinos en situación más crítica. Se está barajando extender esta medida a todos los alemanes que retornan del extranjero, según acaba de publicar Der Spiegel.
España solamente utiliza un “triple control” en las fronteras aéreas: cámara térmica, control documental y visual del estado del pasajero. Hasta ahora, por ejemplo, Barajas solo ha detectado el 5% de los pasajeros infectados confirmados. El propio Fernando Simón, director del CCAES, ha reconocido que no hay detección suficiente en las fronteras para evitar los casos importados.
Mano dura frente a botellones y fiestas
Mientras que en Alemania, ante los incumplimientos se disuelven fiestas, aquí se muestran imágenes de los botellones impunes en los telediarios. Alemania limita la venta de alcohol como medida para frenar las fiestas y aumenta el importe de las multas en caso de incumplimiento de las medidas de higiene. En Baviera, por ejemplo, pasan de un máximo de 5.000 euros a 25.000 euros en caso de incumplimiento.
El pasado fin de semana era noticia que la policía de Berlín había intervenido una fiesta en un parque público de Hasenheide. Según la policía, alrededor de 3.000 personas estaban en el parque.
En España se pueden ver, tanto en el telediario como en las redes sociales, imágenes de fiestas sin intervención policial. Una de las más sonadas fue la celebrada en Mallorca, Ballerman, donde no hubo “ni rastro de policía”, según los allí presentes.
El alcalde de Ordizia, Adur Ezenarro, ha justificado durante el día de hoy que las fiestas se celebran con distancia en el territorio. Sin embargo, las imágenes reflejan una realidad diferente. La localidad lleva 20 días siendo centro de atención por un foco de coronavirus en un bar que ha dejado 68 contagios. Por otro lado, las multas por incumplimiento de las normas en España son mucho más bajas que en Alemania. No llevar la mascarilla obligatoria cuesta solo 100 euros.
El rastreo de los posibles contagios
Alemania cuenta con una aplicación con más de 16 millones de descargas en marcha desde junio. Aunque no es perfecta, dado que han tenido que realizar varios cambios para el sistema operativo iOs, funciona.
Además, el país está invirtiendo en investigar y entrenar un equipo de perros rastreadores. A cargo del proyecto están las fuerzas armadas unificadas (Bundeswehr) y el instituto veterinario de Hannover. Los primeros resultados son esperanzadores, con una detección del 94% de los positivos, pero aun está en fase de prueba.
Por otro lado, la aplicación que llevan prometiendo meses las autoridades sanitarias españolas, todavía está en fase de prueba. Además, el rastreo en los centros de salud está siendo menos del que se necesitaría, según han denunciado muchos hospitales en España, pidiendo refuerzos en materia de rastreo.
El incentivo del teletrabajo en tiempos de crisis
En Alemania, el Federal Centre for Health Education (BZgA) apela a que los empleadores faciliten el teletrabajo. En muchas empresas alemanas la vuelta es voluntaria, primando todavía el teletrabajo. Un paradigma es Siemens, que anuncia que permitirá de forma permanente que se haga home office al menos 3 días por semana.
En España, bastantes empresas han vuelto ya a la modalidad presencial. Probablemente ocurre porque desde el Gobierno no se ha vuelto a incentivar el teletrabajo. Esto da lugar a un foco más donde se registran rebrotes. Y Madrid es un ejemplo de ello, donde la pasada jornada los nuevos brotes notificados fueron en entornos laborales.
Progresividad en la dureza de las medidas
En España se ha ido de las medidas más restrictivas a las menos importantes. El mejor ejemplo es Cataluña: la medida más drástica fue la primera, cuando se anunció el confinamiento domiciliario (voluntario), con fuerte repercusión internacional. Más tarde han venido las medidas más más paulatinas, como el cierre del ocio nocturno o el límite de las reuniones de 10 personas.
Alemania, sin embargo, va de menos a más. Un ejemplo es la progresividad en los controles fronterizos. La primera decisión fue implantar test voluntarios en los aeropuertos. Más tarde, con el aumento de casos, se ha hecho obligatorio para los pasajeros de países de riesgo. Está en discusión una tercera decisión sobre un test obligatorio para todos los alemanes que regresen de cualquier país fuera de Alemania.
Anticipación vs improvisación
Un ejemplo de anticipación del país alemán fue la compra de material sanitario ya en marzo de 2020. El país también estaba preparado a nivel de camas de cuidados intensivos (UCI), clave en la menor tasa de mortalidad alemana. Ahora, los hospitales también están preparados para la segunda oleada.
En España no se testea ni se obliga a guardar cuarentena a los visitantes por país, lo que crea una falta de anticipación total que se puede ver reflejado en las medidas que imponen otros países a España. Un ejemplo es la cuarentena impuesta por el Reino Unido para los procedentes del país. Desde comienzos de julio, la posibilidad de que se aplicase una cuarentena a los viajeros procedentes de España ya se reflejaba en los medios internacionales, pero en España no se optó por actuar de forma preventiva para rebajar estos temores. Una vez los datos estallan, entonces se adoptan medidas. Ahora (se dice) que los hospitales están preparados para la segunda ola de casos.