España obtiene 5.000 millones menos de ayudas de las que pedía
La presión de los países del norte hace que la partida de subvenciones directas se reduzca de los 500.000 millones a los 390.000 millones
El bloque de países del sur de Europa llegó a Bruselas con una demanda muy clara: un plan de choque contra el coronavirus de 750.000 millones que incluyera 500.000 millones de euros en ayudas directas. El conjunto de estados que encabezaban Francia, Italia y España rápidamente vio que las demandas no eran viables, por lo que finalmente se tendrán que conformar con un plan de subvenciones de 390.000 millones y préstamos de 360.000 para alcanzar los 750.000 millones anunciados.
En el caso de España, la inyección rondará igualmente los 140.000 millones de euros. No obstante, el Ejecutivo de Pedro Sánchez tuvo que renunciar a 5.000 millones de euros de ayudas directas. Si en el primer boceto las subvenciones alcanzaban los 77.324 millones, se deberá conformar con 72.700 millones de euros.
La porción del programa que pondrá rumbo a España representa el 11% del PIB. «Estamos satisfechos al 95%» señaló el presidente. «Claro que me hubiera gustado tener 500.000 millones en transferencias, pero entre tener 390.000 millones y cero hay un salto importante», añadió.
El recorte obedece a las reticencias del bloque de países liderado por los Países Bajos, con Dinamarca, Suecia y Austria de escuderos. «Entiendo que con el instrumento haya países que quieran que el dinero se gaste en los planes para que fue creado este fondo si se van a endeudar», admitió.
No obstante, una vez anunciado el acuerdo, el presidente celebró que se trata de «un gran acuerdo para España y un gran acuerdo para Europa, que no quepa duda que hoy se ha escrito una de las páginas más brillantes de la historia de la Unión Europea».
Las condiciones de la Unión Europea
El grupo de los frugales no logró imponer el derecho a veto, pero sí mecanismos de revisión e intervención. «Paradójicamente el saber que habrá un par de ojos más mirando puede hacer que el sistema intervención no sea necesario usarlo nunca», dijo Mark Rutte, primer ministro holandés.
Los planes de cada país se deberán aprobar por mayoría cualificada y contarán con una vía de escape para ser vetados. “Si uno o más estados miembros consideran que hay desviaciones graves del cumplimiento satisfactorio de los plazos y los objetivos, puede requerir al presidente del Consejo Europeo que se trate el tema en el próximo consejo”, señala el texto aprobado.