ERC se arma para derribar a Puigdemont
El informe de los letrados del Parlament contra la investidura a distancia de Puigdemont carga de razones a ERC para forzar una alternativa
Lunes redondo para ERC. El partido de Oriol Junqueras desayunó con una sentencia que da por probada la corrupción de CDC y merendó con un informe de los letrados del Parlament que rechaza la investidura a distancia de Carles Puigdemont. Una y otra cosa refuerzan a Esquerra para derribar a Puigdemont, a quien los republicanos piden que actúe con «realismo» para dejar paso a un candidato a presidente de la Generalitat que no esté acorralado por la justicia.
Junts per Catalunya y ERC agotan este martes el tiempo para alcanzar un acuerdo que sirva al menos para poner en marcha la legislatura, ya que este miércoles está convocada la sesión constitutiva de la legislatura. Ambas partes aseguran que el acuerdo para consensuar la Mesa del Parlament se va a producir, que no hay problemas en el reparto de cuotas de poder y que va a haber mayoría independentista.
Este martes debe culminarse el pacto sobre la Mesa, según la previsión de los negociadores, pero las complicaciones se acumulan. Los letrados del Parlament no sólo se han pronunciado en contra de la teleinvestidura, sino también de que los encarcelados Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn puedan delegar su voto en la sesión constitutiva. El Tribunal Supremo dejó esta circunstancia, no obstante, en manos de la interpretación de la mesa de edad, que es la que debe administrar la primera sesión de la legislatura.
¿Y quién es el presidente de la mesa de edad? Pues Ernest Maragall, diputado de ERC, que también es el favorito para convertirse en presidente del Parlament, un cargo se ha convertido en una auténtica patata caliente. El hermano de Pasqual Maragall, un veterano de la cosa pública, está dispuesto a correr riesgos, pero no a actuar con temeridad. Al fin y al cabo, tiene muy presente que Carme Forcadell ha renunciado a la presidencia del Parlament tras escarmentar con una noche en la cárcel. Forcadell no quiere más problemas. Nadie los quiere y, por eso, los republicanos exigen a Junts per Catalunya que asuman una alternativa a la investidura a distancia.
La ANC se prepara para reanudar sus movilizaciones
Pero Puigdemont no cede. El ex presidente de la Generalitat se siente suficientemente respaldado por su resultado electoral y ha forzado al Pdecat y a Junts per Catalunya a cerrar filas. Tanto es así que los dirigentes del Pdecat insisten en público en que hay base jurídica para la investidura a distancia. En privado, sin embargo, reconocen que estarían dispuestos a sacrificar a Puigdemont si es a cambio de algo. El mensaje, en realidad, no va dirigido a ERC, sino al Gobierno, que se siente tranquilo por el embrollo soberanista, pero también preocupado porque Ciudadanos le gana terreno.
Lo cierto es que el Gobierno no ve razón alguna para poner precio político a Puigdemont, ya que lo ven acorralado. De hecho, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aumentó este lunes el cerco. Lo hizo ante los suyos, en una junta directiva nacional del PP, donde recordó que la aplicación del artículo 155, según lo aprobado en el Senado, persistirá «hasta que tome posesión el nuevo presidente de la Generalitat». En este punto subrayó que Puigdemont no podrá ser investido mediante el procedimiento a distancia, un método que el Gobierno piensa impugnar si llega a intentarse.
No son buenas noticias para Puigdemont, cuyo único consuelo es que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) se prepara para reanudar sus molizaciones. Este miércoles planea concentrarse a las puertas del Parlament para exigir «que se respeten los resultados del 21-D” y para protestar contra “las tácticas filibusteras” de la oposición. Vuelve la agitación si es que alguna vez se fue.