ERC sacrifica a Bosch por Maragall para acercarse a Colau
Esquerra echa cuentas y concluye que el conseller de Acción Exterior es garantía de mejores resultados y de mayor fluidez para pactar con Barcelona en Comú
La primavera de 2014, ERC completaba la renovación del partido impulsada por Oriol Junqueras cambiando la última pieza, Jordi Portabella. El entonces jefe de filas de Esquerra en el Ayuntamiento de Barcelona, tras década y medio en el cargo, aspiraba a repetir como alcaldable. Pero la presión que le aplicó el partido, encuestas internas mediante, pudo con él.
Su sucesor, Alfred Bosch, fue designado tras unas primarias a las que se presentó siendo el favorito de Junqueras. Cuatro años después, Bosch ha caído tras ganar otras primarias, esta vez como único candidato, y pese a que, como su antecesor en 2014, no quería ceder el testigo. Este viernes, ha anunciado que no será el alcaldable en las municipales de mayo de 2019. La apuesta, ahora, es por el conseller de Acción Exterior de la Generalitat, Ernest Maragall.
Las encuestas internas avalan a Maragall
Para convencer a Bosch, también le han enseñado encuestas, como hace cuatro años a Portabella. “Las perspectivas electorales que nos daba Alfred eran buenas, pero con Maragall, se disparan”, apuntan fuentes de la formación republicana, que consideran que con el conseller al frente, Esquerra podría aspirar a ganar las elecciones, un escenario que, según esos sondeos que esgrimen en el partido, no se daría con Bosch al frente.
Bosch, al fin y al cabo, ha sido una rara avis en el Ayuntamiento, y a menudo le ha costado explicar de manera convincente algunos de su movimientos, como la sucesión de condiciones que fue añadiendo para evitar avalar la unión del tranvía por la Diagonal a medida que el gobierno de Ada Colau iba cumpliendo cada una de ellas.
La relación de Bosch y Colau, muy deteriorada
Con el cambio, Esquerra puede hacer borrón y cuenta nueva en el trato con los de Colau, cuya relación con Bosch está muy deteriorada, pese a que en un primer momento, ERC ejerció de muleta del gobierno de Barcelona en Comú. Pero los desencuentros fueron a más tras la alianza de Colau con el PSC de Jaume Collboni, y la relación ya no mejoró tras ser expulsados los socialistas del ejecutivo municipal, como pedían ERC y el Pdecat por considerarlos cómplices de la aplicación del 155.
Así que la continuidad de Bosch sería un obstáculo nada despreciable, puestos a explorar futuros acercamientos de ERC a los comunes, y que se salvaría con Maragall, aunque las fuentes consultadas insisten en que no es esa posibilidad la que motiva el relevo. “El criterio es que se cree que con Maragall hay opciones de ganar las elecciones”. Lo demás, incluida la posibilidad de eventuales pactos con los comunes o incluso el PSC, son futuribles que quedan aún muy lejos, insisten.
Batalla por el legado del alcalde Maragall
Bosch, que en las municipales de 2015, pese a quedar lejos de las expectativas que la propia Esquerra se había fijado, igualó el mejor registro de la formación en el consistorio y obtuvo cinco concejales, no solo ha acabado por llevarse a la greña con Colau (o con Collboni), sino que tampoco ha cohesionado su grupo municipal. El que fue su fichaje estrella, el actor Juanjo Puigcorbé, acabó abandonando el barco el pasado mes de junio para convertirse en concejal no adscrito. Era el colofón a una relación con Bosch que, según admitió el propio Puigcorbé, nunca fue buena.
Maragall, en fin, tiene una última ventaja: su apellido. Con su hermano Pasqual consolidado cada vez más en el imaginario colectivo como el mejor alcalde que ha tenido Barcelona y cada vez más partidos y alcaldables reivindicando la herencia maragallista, empezando por Colau y acabando por el ex primer ministro francés Manuel Valls, el hoy conseller puede presumir de estrechos vínculos tanto familiares como políticos: fue concejal de 1995 a 2004, primero con su hermano como alcalde y luego con Joan Clos. Y luego, en el primer tripartito, fue secretario del gobierno.
Pressing a ERC por la lista única
Bosch también había sido muy vehemente al descartar una lista única independentista, entre otras razones, porque él ya había sido designado candidato de ERC, por lo que, tras conocerse su relevo, ha empezado el pressing a Esquerra para volver a replantearse esa opción.
Este viernes, el presidente catalán, Quim Torra, insistía en una entrevista a EFE en pedir “unidad estratégica y electoral” al independentismo, y el mismo Pdecat, que también tiene en teoría designada a una alcaldable, Neus Munté, percutía en el mismo punto: en declaraciones a la ACN, el presidente de la formación neoconvergente, David Bonvehí, le pedía a Maragall que se replanteara la lista única.
La postura de ERC contraria a las primarias no era cosa de Bosch, sino una opción estratégica
También los organizadores de las primarias independentistas que impulsa el filósofo Jordi Graupera se sumaron a la ofensiva. “Uno de los argumentos que ERC Barcelona esgrimió en contra de presentarse a las primarias es que el partido ya había escogido su candidato”, alegaba en un comunicado la portavoz de Primàries Barcelona, Maria Vila.
Pero la postura de ERC contraria a las primarias no era cosa de Bosch, sino una opción estratégica. “El partido siempre ha defendido presentarse por separado”, insisten fuentes republicanas. Un planteamiento que, a diferencia del alcaldable, no ha cambiado.