ERC activa el modo precampaña ante el temor a nuevas elecciones
Esquerra comparece para vindicar el legado del 1-O y reclamar la libertad de los presos, pero evita valorar la nueva negativa de JpC a una investidura efectiva
El día después de la reunión en Berlín del grupo de Junts per Catalunya (JpC) con su líder, Carles Puigdemont, que ratificó que la formación independentista seguirá estirando el bloqueo, ERC, partidaria en cambio de formar gobierno, no tiene nada nuevo que decir al respecto.
Es lo que ha repetido una y otra vez el diputado Ernest Maragall, que, en lugar de eso, ha consagrado una comparecencia matinal en el Parlament a vindicar la importancia del 1-O y reclamar como «condición necesaria» para avanzar la libertad de los 16 líderes independentistas ahora en prisión o refugiados en el extranjero, a los que ha calificado de «rehenes» de «un estado vencido» pero que se ha abonado a una «represión absurda», que usa su «fuerza coercitiva con rabia» y que ha cambiado «justicia por venganza».
Giro estratégico
La diatriba se enmarca en el giro estratégico de los líderes procesados que desde el lunes han ido desfilando ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena en una nueva ronda de comparecencias marcada por los reproches que la mayoría de ellos ha hecho al magistrado.
Maragall ha citado a cuatro de ellos: Oriol Junqueras, por su defensa ante el juez del derecho de autodeterminación; Carme Forcadell, que alegó que en un Parlament se tiene que poder hablar de todo; Dolors Bassa, por decirle que el 1-O la violencia solo la ejerció la policía, y Josep Rull, que le espetó que si están siendo juzgados es porque el independentismo ganó las elecciones.
El ex del PSC ha exhibido «orgullo republicano» por haber participado en la organización del 1-O
Maragall ha comparecido arropado por una decena de diputados de ERC, muchos de ellos con una camiseta con el lema «Yo también hice el 1-O», y que han ido desfilando ante el micro para evocar el papel que jugaron el día del referéndum. El ex del PSC ha exhibido el «orgullo republicano» de Esquerra por haber participado en su organización «con una pasión y un rigor del todo indiscutibles».
Diseñada la comparecencia con esas hechuras de performance reivindicativa, Maragall no pensaba aceptar preguntas, pero ha capitulado ante la insistencia de los periodistas. Eso sí, respuestas ha dado pocas.
Sin respuestas
Cuestionado por el informe de la Guardia Civil que, según informa La Vanguardia, apunta la posibilidad de que el 1-O fuera financiado con las subvenciones recibidas por el grupo parlamentario de JxSí (que en la pasada legislatura integraban el Pdecat y ERC), Maragall ha dicho estar «convencido de que las subvenciones eran las que correspondían, y de que cada grupo hizo el uso adecuado y correcto de esos recursos».
Tampoco ha abundado mucho más en las diferencias entre Llarena y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, más allá de apuntar de que la contradicción entre los argumentos de uno y otros es «evidente». «Dicen que costó dos millones de euros, pero lo que hubo eran dos millones y pico de personas. Lo demás son intereses específicos de las diferentes piezas del estado en la causa general contra el 1-O».
«Nada que añadir»
Maragall tampoco ha aclarado si, pese a la vigencia de la aplicación del artículo 155, el secretario de Economía de la Generalitat, y uno de los hombres fuertes de ERC, Pere Aragonès, participará en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que el gobierno de Mariano Rajoy quiere convocar el mes de mayo para empezar a abordar una nueva financiación autonómica. «Es una información que ni puedo desmentir ni confirmar», ha dicho.
Y, preguntado una y otra vez por la reafirmación de JpC en su línea de seguir especulando con una eventual investidura de Puigdemont, en lugar de abogar por un gobierno efectivo e inmediato, como pide ERC como quien clama en el desierto, la respuesta de Maragall, visiblemente incómodo, no ha variado: «Sobre todo eso, nuestra posición es conocida y no tengo nada que añadir».