Iceta: «O salimos bien de esta con Podemos o salimos mal los dos»
Entrevista con el líder del PSC: "No creo que haya un cambio de alianzas en el Gobierno". "Abandonar la mesa de diálogo sería un error"
—El Gobierno ha sacado adelante esta semana una nueva prórroga del estado de alarma con el apoyo, entre otros, de Ciudadanos y con la abstención, entre otros, de Bildu. ¿Esta es una alianza estable para los socialistas?
—Las votaciones del estado de alarma son muy importantes pero puntuales. Es decir, que no prefiguran apoyos estables a lo largo de la legislatura. A mí lo que me inquieta es la actitud del PP porque se trata de un tema de Estado y ni siquiera se abstiene. Todo lo demás, pues responde a la necesidad de hallar apoyos parlamentarios y, a veces, a recurrir a ejercicios de equilibrismo.
—¿El Gobierno ha hecho los esfuerzos necesarios para tener este apoyo que pide al PP?
—Yo creo que sí, pero al final lo que cuenta es la actitud. Yo recuerdo cuando el Partido Socialista estaba en la oposición y se desencadenó la crisis política en Cataluña de octubre de 2017. Y en ese momento Pedro Sánchez apoyó a Mariano Rajoy para la aplicación del 155. Eso responde a una actitud de colaboración que yo no veo en el PP.
—Hablaba usted de apoyos “puntuales”, pero Cs se ha ofrecido para acuerdos en la llamada comisión para la reconstrucción e incluso para los Presupuestos Generales del Estado. ¿No ve recorrido a una alianza con Cs?
—Yo, de verdad, no creo que se esté produciendo un cambio de alianzas del Gobierno, es decir, un cambio de esquema distinto al actual que, por cierto, se sustenta en una mayoría no suficiente y que de forma permanente debe aspirar a completarse. Lo que sí debo decir es que la actitud de Cs hoy es mejor que la de hace unos meses.
La derogación de la reforma laboral
—La votación del estado de alarma acabó con sorpresa al conocerse un pacto de PSOE, Podemos y Bildu para la derogación “íntegra” de la reforma laboral de la mano de Bildu. Hay dirigentes socialistas como Emiliano García Page cabreados. ¿Usted lo está?
—Bildu tiene 5 diputados en el Congreso. Se ha prestado a una negociación y se ha llegado a un acuerdo. El PP ha tenido acuerdos con Bildu en el País Vasco, así que el intento demonizar o de excluir a fuerzas que forman parte del juego democrático me parece un error. Ahora bien, Bildu no es el aliado natural del Partido Socialista, lo cual no impide que no se puedan encontrar elementos de coincidencia y, en este caso, muy necesarios.
—Entonces no está cabreado
—Quiero recordar que, a falta de solo unas horas para la votación, no estaba claro que el Gobierno consiguiera los apoyos para la prórroga y esto también hay que entenderlo. Quizá por esto yo le doy una importancia menor al acuerdo con Bildu que otros dirigentes socialistas.
—Acláreme, si es que puede, si se va a producir una derogación íntegra de la reforma laboral. Porque las versiones no coinciden
—Vamos a ver. No se puede realizar una derogación íntegra porque sería tanto como dejar sin reglas aspectos fundamentales de la negociación laboral. Se pueden hacer cambios, que es algo muy distinto. En el programa de gobierno lo que figuran es la derogación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral. Para nosotros lo importante es acabar con la ultraactividad; acabar con la idea de que los convenios de sector no tengan validez suficiente; y, de algún modo, reequilibrar el poder negociador de las partes.
—¿Pero basta consensuar una reforma de esta envergadura con Bildu?
—Hay una reflexión que, ciertamente, es pertinente: es bueno acordar las reformas con agentes económicos y sociales. ¡Por cierto! Eso no ocurrió en la anterior reforma laboral del PP. Y hay otra cuestión que es muy relevante y hay que subrayarla: estamos viendo muchos ERTE por el momento que estamos viviendo y cambiar estas cuestiones sin consenso económico y social no es recomendable por la crisis que hay. Así que debemos proporcionar cierta estabilidad y es lógico que la vicepresidenta Calviño diga que hay que mirarlo todo con lupa y con calma.
—Hablemos de los agentes económicos y sociales. La CEOE está como una moto pero Podemos no corrige su postura respecto a la derogación íntegra de la reforma laboral
—Quiero decir que hay una hoja de ruta clara y es el acuerdo de gobierno. Y quiero recordar una reciente entrevista de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la que decía que una derogación total de la reforma laboral es imposible. ¿La patronal está enfadada? Es lógico, igual que lo estaban los sindicatos con la reforma laboral anterior. También es verdad que la patronal ha sido muy criticada por la derecha por acuerdos recientes con el Gobierno y quizá también están aprovechando toda esta situación para demostrar su autonomía. Sea como fuere, espero que en pocos días las aguas vuelvan a su cauce y no añadamos problemas innecesarios, como es esta polémica.
La relación con ERC y con Podemos
—ERC anunció que votaría favor de la derogación de la reforma laboral. ¿Ve en este anuncio una ocasión para recomponer la alianza con Esquerra?
—No lo sé. Yo creo que todos los partidos deben intentar jugar bien sus cartas. Hay un gobierno sin una mayoría suficiente y eso permite conseguir avances a unos y a otros partidos. Y yo veo una pugna entre los partidos soberanistas del País Vasco a ver quién consigue acuerdos más favorables con el Gobierno, mientras que los partidos soberanistas catalanes se encierran en su espacio. Creo que alguien debería hacerse esta reflexión. Si ERC, como ha dicho tantas veces, quería haber derogado la reforma laboral, pues podía haberlo planteado. Pero no lo ha hecho.
—¿En qué punto están las relaciones entre Podemos y los socialistas? Como poco, parecen en un momento delicado.
—El acuerdo de gobierno alcanzado con Podemos fue muy trabajoso pero al final muy claro, y a él vamos a atenernos. Es verdad que a veces pueden surgir diferencias de apreciación, pero en lo que hay que hacer con la reforma laboral estamos de acuerdo. Yo no veo o no percibo —aunque es verdad que no estoy en el Gobierno y por lo tanto siempre no tengo toda la información— que estemos en un momento especialmente delicado y me parece que la relación con Podemos es muy razonable. Tanto Podemos como el PSOE saben que, o salen bien de esta los dos, o salen mal de esta los dos.
Soberanistas vascos vs soberanistas catalanes
—¿La relación con ERC no es tan razonable?
—Pues, lo veremos. Yo la verdad en estas cosas intento no guiarme por los prejuicios y no dar por hecho que los problemas van a reproducirse y sin solución. Ellos dicen “se ha pactado con la derecha”. Y, bueno, se ha pactado con el PNV y se ha pactado con Bildu, y se trata de elementos que realmente favorecen una mayor corresponsabilidad de las comunidades autónomas.
—¿Qué quiere decir con esto?
—Que cada uno tiene sus razones, pero yo creo que en lo que se ha visto en esta crisis ha habido progresivamente un mayor empoderamiento de las comunidades, que es precisamente lo que pedía ERC. Ahora bien, curiosamente no ha sido porque ERC haya puesto ese tema sobre la mesa de negociación, sino que lo han puesto el PNV y Bildu. Cada partido tiene plena libertad para establecer sus alianzas y sus estrategias, pero yo creo que en este sentido la competencia entre ERC y JxCat probablemente esté restándole a ERC margen de maniobra para hacer cosas que probablemente desearía hacer.
—¿Junts per Catalunya es, entonces, el mayor impedimiento para recomponer el llamado bloque de investidura?
— Bueno, veremos. Una legislatura son muchas cosas, desde luego la investidura, pero también los presupuestos y las grandes reformas legislativas. Es verdad que en esta nos ha aparecido un invitado inesperado, esta crisis del coronavirus que pone sobre la mesa otra cuestiones, otras urgencias y otras necesidades, pero veremos si ese apoyo que hubo para la investidura se reproduce, que espero que sí, en el momento de aprobar presupuestos, que será el siguiente gran paso de esta legislatura.
Del ministro Illa a las elecciones
—Hablemos del ministro del PSC, el omnipresente titular de Sanidad, Salvador Illa, ¿El PSC ha tenido buena o mala suerte teniendo a su ministro al frente de semejante crisis?
—Siempre tienes esos sentimientos de contradicción, pero la verdad es que los socialistas catalanes estamos muy orgullosos de que en un momento tan complejo, en una crisis que es tan grave, la persona que está al frente sea uno de los nuestros. La opinión, lógicamente, es libre y puede haber muchos matices, pero nosotros creemos que el talante riguroso, templado, sereno de Salvador Illa es el que mejor se ajusta a lo que necesita una crisis así, y por lo tanto yo no se lo hubiera deseado, pero una vez está aquí el problema yo creo que está demostrando sus cualidades.
—Si la crisis sanitaria remite por completo y la aprobación de los Presupuestos es inviable, ¿lo lógico sería acabar la legislatura e ir a elecciones?
—Cuando un Gobierno no puede sacar adelante los Presupuestos es un toque de alerta muy importante que indica que seguramente hay que dar la palabra a los ciudadanos. Lo que pasa es que eso hay que decidirlo en cada momento, porque si no sería tanto como llamar a que aquellos partidos que quieran elecciones lo mejor que pueden hacer es no votar los Presupuestos. Yo creo que hay que darle tiempo a este Gobierno.
—¿Cuánto tiempo?
—Esta crisis introduce un paréntesis; esta no es una legislatura normal, y por lo tanto hay que recuperar un poco la normalidad antes de plantearse otras cosas. Yo en lo que confío es que haya un gran acuerdo, no solo para los Presupuestos, sino para lo que ha ofrecido el presidente Sánchez, un gran acuerdo para la reactivación social y económica, para la reconstrucción del paí. Espero que las fuerzas progresistas sean conscientes de lo mucho que se juegan, de lo peligroso que es la alternativa en los términos en que se está configurando en estos momentos —una alianza de la derecha con la extrema derecha— y por lo tanto seremos capaces de encontrar esa estabilidad y de ayudar a darle la vuelta a muchos de los problemas que hoy la verdad es que angustian a muchísimos ciudadanos.
La mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat
—Hablemos de Cataluña y de la llamada mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat. ¿Hay que ponerle fecha, hay que olvidarla?
—Frente a una crisis de esta magnitud, lo que hay que acertar muy bien es las prioridades y por lo tanto pensar que una prioridad sea reunir esta semana o la semana que viene la mesa de diálogo yo creo que es equivocarse. Ahora, abandonarla también sería un error porque realmente existe un problema político que como tal fue reconocido por los gobiernos de Cataluña y de España y por lo tanto solo a través de la mesa de diálogo podremos intentar buscar una solución o cómo encauzarlo. El diálogo no hay que abandonarlo pero parece lógico que hoy no sea la primera de las prioridades ni del gobierno catalán ni del español.
—Puede haber otra factor de distorsión: las elecciones en Cataluña. ¿Ha tenido alguna interlocución con Torra para saber la fecha?
—No, y de hecho esta semana en el Parlament aprovechando el debate sobre el cambio en la composición del gobierno yo intenté suscitar la cuestión pero como él decidió no contestar pues no, de este tema no hemos hablado. Yo lo que percibo es que el Govern estaba también dividido sobre esto. Desde Esquerra, y lo han dicho claramente y en público, pretenderían ir a unas elecciones pronto. En cambio me parece que el presidente Torra y JxCat las sitúan mucho más adelante.
—¿Parece que la decisión de Torra es que sea el Supremo el que lo decida una vez lo inhabilite?
—Es posible. Lo que pasa es que ahí coincido con voces del mundo independentista que dicen que eso no es bueno. Desde el independentismo muchas veces se dice que lo que les distingue e identifica es la defensa de las instituciones. Pues, hombre, dejar que sea el Supremo el que decida cuándo se celebran elecciones en Cataluña no me parece la mejor manera de proteger las instituciones.
—Esta semana, Economía Digital publicó una entrevista con el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol (PP). Pide acuerdo con el PSC. ¿Lo ve posible?
—Yo lo veo muy difícil porque tenemos proyectos muy distintos y porque nos guste o no tanto la figura de Albiol como la de Dolors Sabater (CUP) polarizan mucho la ciudad. En cambio nosotros somos una alternativa más templada y transversal. Yo creo que él también se ha sorprendido porque daba por hecho que los socialistas íbamos a darle la alcaldía a Dolors Sabater y de repente ha visto que las cosas no son así.
Lo que ahora corresponde es que él ha ganado la alcaldía, él tiene la responsabilidad de gobernar y lo sensato en este momento, en Badalona y en todas partes, es buscar amplios acuerdos y eso depende en gran medida del alcalde. Lo que no veo es una posibilidad cercana y mucho menos en términos de compartir gobierno, pero sí que creo que todas las fuerzas políticas han de hacer un esfuerzo para llegar a acuerdos, sobre todo en materia de reconstrucción económica y social.