El ultimátum de Borrell a Maduro: urnas o reconocimiento de Guaidó
España negocia que la UE exija unas elecciones inmediatas en Venezuela, y reconocer a Guaidó como presidente interino si Maduro no las convoca
La postura que el gobierno español defiende en Europa respecto de la crisis venezolana es la de plantear un ultimátum al aún presidente de facto, Nicolás Maduro: o convoca elecciones en breve o la Unión Europea renonocerá al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente de Venezuela.
Así lo apunto el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros explicó que eso es lo que España ha planteado en la reunión que este mismo viernes celebra el Comité Político y de Seguridad (COPS) de la UE. Según el ministro, la mayoría de países miembros están a favor del planteamiento español, pero se está intentando conseguir una postura consensuada entre todos.
Plazo límite
Borrell negó que el ejecutivo del PSOE se esté escondiendo sobre este asunto. «No vamos a remolque de la UE, nosotros remolcamos a la UE», reivindicó. El ministro recordó que tanto el gobierno como la UE han reiterado que no consideran legítimas las elecciones del 10 de enero, y apuntó que la idea es poner un plazo de cumplimiento al compromiso que ya hace meses que se le pide a Maduro de que vuelva a convocar a los venezolanos a la urnas.
Borrrell admitió que una convocatoria electoral activada por Maduro generaría un «lógico excepticismo», pero «para eso se han inventado los controles y las verificaciones internacionales».
Si Maduro se niega a volve a las urnas o no da las garantías necesarias para la limpieza de esos comicios, entiende el ejecutivo de Pedro Sánchez que habría que «encargar la tarea a otra persona». En este caso, a Guaidó, que sería reconocido como presidente interino para que convocara las elecciones.
¿Y mientras tanto? A Borrell le preguntaron directamente quién considera el gobierno español que es a día de hoy el presidente de Venezuela, pero el ministro se zafó. «Se reconocen estados, no gobiernos», alegó, y recordó al respecto que España no reconoce la legitimidad de Maduro «y sin embargo tenemos embajadores allí».
Pulla a la oposición
Abundando en la cuestión, Borrell defendió la actitud del ejecutivo, consistente, alegó, en elaborar «un discurso complejo» y «contribuir a encontrar una solución para el pueblo de Venezuela» en lugar de abogar por un plantemamiento «en blanco y negro» en busca de «rédito político interno» que, siguiendo con su planteamiento, sería «más fácil de entender» pero mucho menos «constructivo».
La afirmación era también una pulla a los partidos que desde la oposición ya se han significado sobre la crisis de forma mucho más contundente y han acusado al gobierno de inacción y de no dar la cara. «Pediría una actitud constructiva en lugar de buscar erosionar al Gobierno», dijo Borell, «pero posiblemente estoy pidiendo demasiado»