El PSOE vota la abdicación sin fisuras irreparables
Madina y Sánchez, posibles candidatos a suceder a Rubalcaba y que han mostrado sus preferencias republicanas, votan “sí”
Los diputados han votado, uno por uno y en voz alta, la ley de abdicación. El resultado encaja con lo esperado: 299 a favor, 19 en contra y 23 abstenciones. Se han emitido, por tanto, 341 pronunciamientos. El trámite tiene además una lectura en clave interna de partidos. El PSOE ha superado el capítulo sin fisuras irreparables.
Eduardo Madina y Pedro Sánchez, los principales candidatos a suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba en la secretaría general, tras la renuncia de Susana Díaz, y que habían mostrado sus inclinaciones republicanas, han votado “sí”. Las discrepancias, que las ha habido, las han protagonizado dos diputados de menor rango.
Odón y García se desmarcan
Por un lado, el ex alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, y, del otro, Guillem García, diputado por Baleares, han roto la disciplina. Ambos habían pedido la libertad de voto. El tercer socialista alineado con esas reclamaciones de “democracia interna”, Federico Buyolo –representante por Alicante–, se ha mostrado a favor, aunque ha protestado públicamente.
El grupo parlamentario socialista decidirá en las próximas horas si sanciona a Elorza, Guillem y Buyolo; aunque extraoficialmente en las filas del PSOE se respira cierto sosiego. Rubalcaba se despide del parlamento poniendo a su partido al servicio del futuro rey. “No vamos a romper el consenso constitucional pese a la preferencia republicana”, ha dicho.
En paralelo al trance socialista, los partidos que ponen en duda el actual modelo de Estado, han jugado con sus fichas. Aunque el reglamento de la Cámara Baja establece que la respuesta debía ser sí/no/abstención, varios integrantes de esas formaciones políticas han aprovechado para lanzar sus proclamas. “Por la república catalana, voto no”, ha dicho, por ejemplo, el diputado de Esquerra, Joan Tardà.
La paradoja de Duran Lleida
El debate previo a la votación, desarrollado según el guión que PP y PSOE más o menos habían previsto, tenía otro foco de atención. La intervención del secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. Con su futuro aún entre pinto y Valdemoro; el político catalán ha convertido el debate sobre la ley de abdicación en un alegato en defensa propia.
Ha querido contentar a Madrid y Barcelona. La paradoja ha quedado resuelta con una cita de uno de sus ascendentes políticos, Francesc Cambó. “—¿Monarquía o república?” “–Catalunya”. El portavoz de CiU, discutido entre sus filas, analiza que PSOE y PP “nos expulsan de una historia compartida”. De su intervención han emanado las reminiscencias del alma monárquica de la voz del catalanismo en Madrid durante 30 años.
Manifestaciones
Fuera del edificio legislativo, la manifestación que llamaba a rodear el Congreso, ha congregado a una treintena de personas. La policía ha suavizado las medidas de seguridad a media mañana.