Un sector de CDC aboga por decapitar ya a Duran
Convergència convoca a su máxima direcciĂłn, irritada con el lĂder de UniĂł, para abordar su continuidad como portavoz en el Congreso
Algunos dirigentes de Unió Democràtica hace meses que repiten una máxima: será Convergència la que acabe rompiendo CiU. Los objetivos ya no son los mismos. Y será muy complicado seguir, a menos que la situación política cambie de forma notable, algo que no depende sólo de la federación nacionalista, si no del Gobierno de Mariano Rajoy. Pero la ruptura llegará de CDC, no de Unió, sostienen, aunque lo ven como «un suicidio» de Convergència.
El hecho es que Josep Antoni Duran Lleida tiene la capacidad de provocar una reacción en Convergència, tratar de calmar la situación, y, al mismo tiempo, conseguir una irritación todavía mayor en el socio mayoritario de la federación.
Desprecio a Josep Rull
Tras asegurar este martes que quería abrir un periodo de reflexión, tanto por la actitud de algunos miembros de Convergència –en especial la del conseller de Presidència, Francesc Homs– como por la cerrazón del Gobierno del PP, y que podría dimitir de su cargo de secretario general de CiU, afirmó que seguirá como portavoz de la federación en Madrid.
Sin embargo, eso no está nada claro. Porque Convergència desea hablarlo con Unió, y con el propio Duran. Esa posición la defendió Josep Rull, secretario de organización de Convergència, y secretario general del partido en la práctica, después de la dimisión de Oriol Pujol, que dimitió del cargo tras ser imputado en el caso ITV.
Duran aseguró que Convergència no se había pronunciado sobre ello, sólo “alguna persona”, con lo que despreció a Rull, que es, le guste o no al líder de Unió, quien, después de Mas, representa orgánicamente a Convergència.
La habilidad de Duran
Ese menosprecio ha irritado a Convergència. Hasta el punto que ha convocado para este jueves a su ejecutiva más restringida, la permanente, para decidir sobre el futuro inmediato de CiU. Un sector del partido quiere aceptar rápidamente el ofrecimiento de Duran, y si desea dejar la secretaria general de CiU, “debe dejar también de ser el portavoz en el Congreso”, se asegura. Es el sector que dirige el partido, soberanista, y que sólo atenderá al propio Mas.
La paradoja es que las palabras de Duran, un auténtico maestro –tras una larga experiencia– en el manejo de los tiempos y de los medios de comunicación, habían calmado las aguas. Su defensa de la abstención en la ley sobre la abdicación del Rey, que se votará este miércoles en el Congreso, y su defensa también del derecho a decidir –sin que ello implique que está a favor de la independencia– había logrado que desde el propio Homs, a Mas, y a Jordi Turull, el portavoz de CiU en el Parlament, se alinearan este mismo martes con Duran. Pero el desprecio a Rull no podía quedar sin respuesta.
Lo que un sector de Convergència, –mayoritario en estos momentos–, defiende es que Duran tiene un plan que es necesario abortar cuanto antes.
El camino de los soberanistas
Ha sido la ex consellera de Ensenyament, Carme Laura Gil, de gran ascendencia todavía entre la militancia convergente, identificada con el sector más soberanista del partido y bien conectada con la familia Pujol, la que ha señalado el camino. En uno de sus blogs, la ex consellera considera que Duran busca un acuerdo con el Gobierno del PP que él pueda defender liderando una candidatura propia, con Unió, y que pueda pactar, posteriormente, con el PSC.
Ese plan llegaría antes del 9 de noviembre, con el objeto de “debilitar a Artur Mas”, y con el convencimiento de que Convergència acabará en manos de Esquerra Republicana. En ese caso, “UDC y el PSC podrían sumar votos y convertirse en una alternativa seria de gobierno al independentismo”, afirma, en un artículo que publica Vilaweb.
Pero para ello, Duran debería seguir como portavoz de CiU en el Congreso. Por eso Carme Laura Gil sostiene que esa posibilidad “los dirigentes de Convergència la han neutralizado con inusitada e inteligente celeridad”.
Todo en manos de Mas
Duran, según distintas fuentes de CiU, tenía pensado distanciarse de la primera línea política, pero ha acelerado los planes por las actitudes y decisiones del entorno del President Mas, como las de Homs y sus criticas a la monarquía, y, también, según él mismo, por la negativa a formular cualquier propuesta por parte de Mariano Rajoy.
Ahora, sin embargo, la pelota está en manos de Convergència, y del propio Artur Mas.