El PSOE sancionará a los alcaldes del PSC que participen en el referéndum
La dirección del PSOE desautoriza a Parlon y apoya a Iceta para que el PSC tome las medidas necesarias en contra de los alcaldes que defiendan el referéndum
Todos están de acuerdo, pero a la hora de la verdad, ¿qué sucede? La nueva dirección del PSOE no ve diferencias con el PSC, pero quiere respuestas inmediatas si se desobedecen las directrices. Por ello, el PSOE sancionará a todos los alcaldes del PSC que apoyen o secunden el referéndum del 1 de octubre, después de comprobar movimientos en la dirección contraria. También está en esa línea el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que reclama la máxima unidad.
El portavoz del PSOE, Óscar Puente, tomó este lunes las riendas de la situación asegurando que “no se va a colaborar en la celebración del 1 de octubre porque el PSOE y el PSC tienen claro el compromiso con el cumplimiento de la legalidad, y los socialistas no apoyan ni amparan este feréndum”.
El PSC percibe que la cuestión del referéndum puede reabrir heridas en el mundo municipal
Pero otra cosa es la realidad que viven numerosos alcaldes y concejales del PSC, que, aunque no se decantan por el proceso soberanista, sí defienden la necesidad de un referéndum. Es el caso del alcalde de Blanes, Miguel Lupiáñez, que votaría en contra de la independencia, pero que entiende que el referéndum se debería celebrar. También se han pronunciado en una dirección similar los ediles del PSC en Girona, y el alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, que afirma que no es nadie para “prohibir el voto”.
Iceta se ha mostrado contundente al rechazar el referéndum. Le ha secundado el alcalde de Lleida, Àngel Ros, que se ha convertido en las últimas semanas en el blanco de los partidos soberanistas, por su posición contraria a permitir espacios municipales para la organización de la consulta. A pesar de todo ello, y sin que sea un movimiento general, el PSC sí detecta en el mundo municipal, lejos del área metropolitana, una cierta comprensión con el referéndum, que erosiona el discurso oficial.
Es en ese momento en el que ha aparecido la dirección del PSOE, que no acaba de concretar una fórmula alternativa a la del Gobierno del PP, y ha lanzado diversas propuestas sobre el encaje de Cataluña que no se han entendido, como la mención al modelo “plurinacional” de Bolivia, o al modelo netamente federal de Australia.
El PSOE no sabe cómo concretar una alternativa al PP que pueda ser viable
La reacción, sin embargo, ha sido contundente contra Núria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet y secretaria de cohesión social del PSOE. Parlon se mostró partidaria de pedir “amparo internacional” si el Gobierno se decide a aplicar el artículo 155 de la Constitución en el caso de que el Ejecutivo catalán llegue hasta el final con la celebración del referéndum.
“La opinión de Parlon es a título personal”, sentenció este lunes Óscar Puente, dejando claro que, aunque el PSOE entiende que no se llegará a esa situación, tampoco rechazará la medida si llega el caso, porque forma parte del ordenamiento interno de la constitución española.
Las cosas en sitio, por tanto, pero con muchas dudas. La estrategia del soberanismo de retroceder una pantalla, siguiendo su propio lenguaje, con la apuesta por un referéndum cuando se daba por cerrada esa operación tras el 9N de 2014, ha supuesto reabrir heridas, y una parte del catalanismo que representa el PSC –aunque ahora minoritaria– cree que debe ser la solución a corto o medio plazo.
El problema del PSOE –el PSC defiende con mayor pasión una reforma constitucional para llevar el actual estado autonómico a un estado federal– es que no encuentra una fórmula alternativa frente al Gobierno del PP.
El PSOE diferencia ahora entre «nación juridica», y nación «cultural», que sería Cataluña
La apuesta por la “plurinacionalidad”, plasmada en el reciente congreso del PSOE, ha desorientado aún más al conjunto del partido. Y cuando se intenta esclarecer se añade más confusión. Es lo que hizo Óscar Puente, al señalar que el PSOE va “enriqueciendo” su posición y diferencia entre “dos conceptos de nación”, una con un carácter “más cultural”, y otra que sería “más jurídica”.
Y remató la cuestión al precisar que “sólo hay una nación” desde el punto de vista jurídico, y que ésta es la nacionalidad española, aunque luego hay “otras con carácter identitario y cultural, entre ellas Cataluña”.