El independentismo plantea ya una insumisión fiscal de Catalunya

Los partidos a favor de la consulta presionan al PSC para pedir el referéndum en el Congreso de los Diputados

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El movimiento independentista sigue muy activo, al margen de lo que puedan realizar los partidos políticos. Ello supone una mayor presión al President Artur Mas, si pretende ganar tiempo, y seguir gobernando la Generalitat más allá de 2014, en caso de que no pueda convocar la consulta soberanista.

Durante todo este fin de semana, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que lidera Carme Forcadell, está recogiendo firmas, dentro de una campaña más amplia, para proclamar la independencia de forma unilateral si la consulta no se convoca, o si los resultados no se reconocen.

Pero, al margen de esa recogida de firmas, en 400 puntos distintos repartidos por todo el territorio, Firma un voto por la independencia, es el nombre de la campaña, la ANC ha comenzado a elaborar diferentes propuestas para ejercer una mayor presión. Y una de ellas es la insumisión fiscal, o el “tancament de caixes”, con el que se ha especulado en muchas ocasiones. Se trata de poner en marcha mecanismos de desobediencia pacífica ante los recursos que pueda ir presentando el Gobierno del PP.

Estrategias de «desconexión»

Son “estrategias de desconexión progresiva”, y entre ellas está dejar de pagar los impuestos en la Hacienda española, e ingresarlos en la Agencia Tributaria de Catalunya. Ello preocupa entre el personal de la Agencia Tributaria de Catalunya, porque saben que se entraría en un conflicto de enormes dimensiones.

Pero, como apuntó Carme Forcadell en la presentación de los actos de la ANC para 2014, la voluntad es clara. «Somos la generación que puede hacer posible aquello que puede parecer imposible».

La idea de Forcadell, que se ha convertido en una pieza central del movimiento soberanista, ex concejal de ERC, es que la ANC tiene «la responsabilidad histórica de conseguir la independencia». Y que lo hará a través de un proyecto «inclusivo». Según Forcadell, no existe fractura social. «No fracturamos la sociedad, la cohesionamos, lo que la fractura es la crisis y el desgobierno», aseguró.

Presión total al PSC

Si la llamada sociedad civil del independentismo sigue su propio programa, los partidos soberanistas mantiene su propia presión al PSC, en la semana en la que se votará en el Parlament reclamar al Congreso que transfiera la competencia para poder celebrar la consulta soberanista el 9 de noviembre.

Tanto Ramon Espadaler, presidente del consejo nacional de Unió, y conseller de Interior, como Oriol Amorós, diputado de Esquerra Republicana, han pedido al PSC que rectifique y que vote junto a ellos.

Semana decisiva

Pero los socialistas ya lo han decidido, y votarán en contra. Consideran que esa votación no lleva a ninguna parte, y sólo busca un enfrentamiento con el Gobierno, para ir acumulando rechazos por parte del Estado que les refuerce en la idea de formular una posible declaración unilateral de independencia.

El PSC reúne este lunes a su ejecutiva. Y el miércoles a su grupo parlamentario, ante la votación, que será el jueves. El primer secretario, Pere Navarro, ya ha asegurado que los diputados que no rechacen la resolución de CiU, ERC, ICV y la CUP serán expulsados del grupo, pese los intentos de Àngel Ros o de Joan Ignasi Elena de buscar una alternativa. El propio Elena se inclina en los últimos días por tomar una decisión, y no estar en la votación, renunciando a su acta de diputado.
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