EE UU certifica la decadencia de la inversión en Barcelona
El presidente de la Cámara de Comercio de EE UU, Jaime Malet, constata una "tendencia clara" de concentrar la inversión en Madrid y no en Barcelona
Estados Unidos avisa al independentismo catalán que la decadencia de Barcelona como núcleo de inversión extranjera es real. El presidente de la Cámara de Comercio de EE UU en España (AmCham Spain), Jaime Malet, afirmó este sábado que existe una «tendencia clara» de concentrar la inversión cada vez más en Madrid en detrimento de la capital catalana.
No es sorpresa que la coyuntura política sea la causa del estancamiento barcelonés, un fenómeno que describe Josep Maria Martí Font en el libro Barcelona-Madrid, decadencia y auge, donde analiza el declive de la ciudad condal provocado por las crisis económicas, políticas e identitarias de los últimos años, que han reducido su papel como centro de poder en España.
En línea con las tesis de Martí Font, Malet certifica que «Madrid se ha posicionado como el lugar de todos y Barcelona, por desgracia, como el lugar solamente de Cataluña». «Es un error que hay que cambiar», añadió sobre el posicionamiento de Barcelona, porque la ciudad encierra un gran atractivo para la captación de inversiones y de talento, frustrado por el procés.
Entre 2016 y 2018, Cataluña ha pasado de recibir 8.273 millones brutos a solo 2.985 millones. En medio del desafío soberanista, su peso en el total de la inversión foránea en España se ha desplomado desde el 31% al 6,4% en tres años, según datos del Ministerio de Economía.
El presidente de AmCham Spain es partidario de que Barcelona se proyecte «hacia el resto de España», comentó en el programa Converses, de Cope Cataluña, con la participación de Economía Digital.
EE UU avisa: un tercio de las empresas no regresarán a Cataluña
La pérdida de sedes sociales en Cataluña se cifra en unas 4.000, de las que más de 3.000 estaban radicadas en Barcelona. Malet prevé que un tercio de ellas «no volverán nunca», mientras que el resto podría volver solo si se produce un marco político de «mesura» que, hoy en día, no ve en esta comunidad.
«La gente que piensa que no pasa nada por la marcha de las sedes sociales se equivoca. En el mundo se pelean por tener las sedes empresariales. Esto es importante porque a la larga tras las sedes se van los centros de decisión», subrayó. Y advirtió de la «decadencia enorme» de la economía catalana que provocará este panorama.
«En Quebec salieron 800 empresas durante un proceso independentista de 10 años, mientras que en Cataluña se han marchado 4.000 en un año», recordó.