Sánchez se queda solo: los barones socialistas ya critican su gestión
Presidentes autonómicos del PSOE se alinean con las críticas del PP, Urkullu y Torra sobre la falta de coordinación para el desconfinamiento
Las críticas a Pedro Sánchez por su gestión del brote de coronavirus se toparon este domingo con aliados inesperados. Si hasta ahora las comunidades autónomas lideradas por el PP, Cataluña y el País Vasco eran las que lideraban las quejas, la vuelta al trabajo de los servicios no esenciales también despertaron recelos entre los barones socialistas. En la reunión con los presidentes autonómicos, Ximo Puig (Comunidad Valenciana) y Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) también levantaron la voz pidiendo una mayor coordinación con el Ejecutivo central.
Sánchez se topó con un frente de quejas a pesar de que en la rueda de prensa aseguró que las reacciones de los líderes autonómicos fueron “positivas”. No obstante, también recibió fuego teóricamente amigo. A pesar de que el presidente del Gobierno siempre defendió que el virus “no entiende de territorios”, desde Castilla-La Mancha le pidieron que el desconfinamiento se haga por territorios.
García-Page advirtió que “las situaciones no son iguales en todos los territorios”. Castilla-La Mancha comparó su estado con las Islas Baleares y Canarias por su relación económica con Madrid, que cada día mueve a 200.000 personas entre ambos territorios. Por ello, incidió en la necesidad de “más coordinación y flexibilidad” para la desescalada.
Otro que también mira con desconfianza la salida del confinamiento es Ximo Puig. En la Comunidad Valenciana no ven clara una salida unificada y también piden que la desescalada se realice con restricciones bajo tres criterios: “por áreas, por edad y por actividad económica”, decía en una entrevista concedida a El Mundo el líder autonómico. Así, en la videoconferencia con Sánchez pidió “singularizar” la vuelta a la normalidad con diferentes ritmos.
«La desconfianza entre el Gobierno y las autonomías se ha agrandado en los últimos días»
Ambos se unieron al frente liderado por los barones del Partido Popular, que desde hace semanas piden una mejor interlocución con el Gobierno central. En este encuentro, las críticas fueron todavía más agrías al constatar que el Ejecutivo sigue una hoja de ruta sin consultar con las autonomías, a las que informa a posteriori.
La voz cantante la llevó Alberto Núñez Feijoo, según la Cadena Ser. El presidente gallego lamentó que la desconfianza se haya «agrandado en los últimos días» y echó por tierra la idea de unos nuevos Pactos de la Moncloa que tanto promulga Sánchez. “Sería fantástico que pudiera haber unos acuerdos, pero para eso hace falta que haya confianza y transparencia y saber cuál es la propuesta y su contenido”.
Feijoo pidió que finalice la improvisación y rechazó el uso de los presupuestos autonómicos para los planes del Gobierno. A la desconfianza se sumó Juanma Moreno, presidente de Andalucía que lamentó el uso de los debates parlamentarios para criticar a los líderes autonómicos en referencia a los reproches realizados por Adriana Lastra, portavoz socialista.
El mismo tono utilizó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La madrileña denunció falta de «claridad y transparencia» de un Gobierno que, a su parecer, «generó confusión e incertidumbre en la población» con el regreso de los sectores no esenciales a la actividad.
El frente de Torra y Urkullu
Y como ha sucedido desde el inicio de la crisis, Sánchez tampoco se pudo ahorrar las críticas de los presidentes autonómicos de Cataluña y el País Vasco. Quim Torra volvió a la mentar la metodología de las reuniones, a las que se llega con las decisiones ya tomadas y lanzó un aviso sobre el fin de la hibernación económica: «Cataluña no se va a quedar de brazos cruzados y tomará sus propias decisiones». Según El Mundo, el líder independentista advirtió que tomará «las decisiones que sean necesarias para que los ciudadanos estén seguros».
Para la Generalitat de Catalunya, la vuelta al trabajo es una imprudencia y ya hace semanas que pide en público que el confinamiento total se alargue siguiendo las directrices de su propio comité de expertos.
En la misma línea estuvo Iñigo Urkullu, presidente del País Vasco, que incidió en el carácter negativo de las «decisiones no compartidas» que toma el mando único, según El País. El lehendakari pidió «una reconsideración urgente del método de trabajo» y se sumó a criticar la incertidumbre, como hizo Díaz Ayuso. “Necesitamos compartir certezas sobre las nuevas infraestructuras, mascarillas, test de diagnósticos y llegadas de suministros».