El precio que pagó Suárez para firmar los pactos de 1977
El gobierno de la UCD tuvo que compartir el control de RTVE con la oposición para alumbrar los 'Pactos de Moncloa' de 1977
Pedro Sánchez formalizó este sábado su propósito de reeditar los Pactos de la Moncloa (1977) ante la crisis sin precedentes que ha provocado la pandemia del coronavirus en España. Estos acuerdos, claves en la Transición española, son recordados por salvar al país del precipicio económico al que se dirigía, lo cual amenazaba a una democracia todavía en pañales. Pero hay otros aspectos del aquel acuerdo demasiado olvidados.
España sufría una inflación desbocada (26,39%) después de que la crisis del petróleo (1973) alcanzara de lleno a España y el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, orquestó un gran acuerdo con las fuerzas de la oposición (PSOE, PCE, AP, CiU, PNV) de carácter económico —con medidas como la regulación del despido libre y la devaluación de la peseta— y también político, que supuso, entre otras cosas, el control paritario de TVE entre el Gobierno y los grupos parlamentarios.
El documento íntegro aprobado el 27 de octubre de 1977 hacía referencia directa a Radio Televisión Española (RTVE) y establecía que un consejo provisional asumiría «la vigilancia de la objetividad informativa y del funcionamiento general de RTVE, en especial en los aspectos referentes al gasto». Este consejo, «integrado paritariamente por personas designadas por el Gobierno y por parlamentarios, representantes de los distintos grupos con criterio provisional», también tenía la misión de elaborar un proyecto de Estatuto Jurídico de RTVE.
El punto segundo del capítulo añadía: «La Comisión de Cultura del Congreso constituirá una Subcomisión que, conjuntamente con las personas designadas por el Gobierno, propondrá a éste el tratamiento que debe darse a las agencias de noticias y a los demás medios de comunicación social del Estado».
La web Archivo de la Transición recoge que, después de las elecciones de 1977, la UCD de Adolfo Suárez asumió el dominio de los medios de comunicación públicos. Así que compartir el control de RTVE fue una de las cesiones que Suárez tuvo que realizar para conseguir el apoyo de los demás partidos a los Pactos de la Moncloa, entre ellos al PSOE, que ya aparecía como la principal alternativa de gobierno a la UCD de Suárez. El pacto, en consecuencia, permitía a los partidos involucrados mejorar sus cuotas en TVE.
El boicot del PSOE
El PSOE de Felipe González se vio prácticamente arrastrado a suscribir los Pactos de la Moncloa tras la habilidad de Suárez, que negoció primero los pactos con el PCE, lo que no agradó a los socialistas, reticentes a respaldar la iniciativa en un principio, pese a que la propia UGT estaba por la labor. Subrayaban los comunistas por entonces que el PSOE fue forzado a asumir los acuerdos ante la amenaza de perder el apoyo de los poderes fácticos.
Respecto del control de RTVE, el doctor en Derecho, Jooaquín María Nebreda Pérez, explicó en un recuento histórico que había consenso en la necesidad del mismo pero no en la forma de llevarlo a cabo. Esto se evidenció dos años después, en septiembre de 1979, cuando se discutía el primer estatuto de RTVE, aprobado en el Senado en noviembre de ese año por unanimidad, salvo cinco votos particulares del Grupo Socialista y cuatro del Grupo Mixto. El proyecto fue presentado por el PCE en 1978, adelantándose al PSOE, que tenía el suyo elaborado desde finales de 1977.
La redacción de la Constitución llevó a las elecciones de 1979, y Suárez retomó el proyecto inicial en mayo de ese año, ante las críticas tanto de comunistas como de socialistas, según recogía en aquel entonces El País. El mismo diario situaba en los Pactos de la Moncloa de dos años antes el origen del deseo de dotar a la radio y la televisión de una ley. De hecho, una semana después de firmarse los Pactos ya se constituyó el Consejo Rector de RTVE, con la mitad de sus miembros designados por los grupos del Congreso y la otra mitad por el Gobierno de la UCD.
Su objetivo manifiesto: elaborar el primer Estatuto de la corporación. Persistía, sin embargo, la total discrepancia entre Gobierno y oposición sobre el funcionamiento interno y sistema de votación. La discusión se mostró irreconciliable en el debate Cara a cara, mayo de 1978, entre Antonio Jiménez Blanco, por la UCD, y Javier Solana, por el PSOE, que desencadenó la suspensión de las reuniones.
Los socialistas denunciaban que la UCD tenía más peso en el Consejo y boicotearon su continuidad durante muchos meses. Tras el estatuto de 1979, las acusaciones del uso partidista que se hacía de la corporación nunca cesaron, ni siquiera cuando el PSOE llegó al Gobierno en 1982 y nombró a José María Calviño Iglesias director general de RTVE. Es lo que la revista Comunicación 21 denomina «guerra de clanes» y señala como el motivo por el que ha sido imposible que RTVE funcione como una empresa independiente. Y con «clanes», se refiere a los bandos de González y Alfonso Guerra.
El sectarismo estaba servido desde entonces. No obstante, los Pactos de la Moncloa sellaron un compromiso por la «objetividad informativa» de RTVE, sin llegar nunca a buen puerto.