Colau sube los impuestos gracias a los independentistas
El gobierno de Ada Colau consigue aprobar la modificación de las ordenanzas gracias a JxCat y ERC
El gobierno de Ada Colau aprobó en el pleno de este viernes la modificación de las ordenanzas fiscales, con los consiguientes incrementos, gracias al voto a favor de ERC y la abstención de Junts per Catalunya.
El resto de grupos de la oposición –Ciudadanos, Ciutadans pel Canvi y PP– votaron en contra. Advirtieron contra el “afán recaudatorio” de esta medida.
Con la modificación del impuesto de terrazas, INI, IAE, ICIO, vehículos de tracción o las tasas de alcantarillado, entre otros, el ayuntamiento de Barcelona prevé ingresar 66 millones de euros adicionales a partir del próximo año.
Además, el gobierno de Colau también consiguió aprobar provisionalmente la nueva tasa de recogida de residuos domésticos. Esta vez, el equipo de gobierno (Barcelona en Comú y PSC) supero el trámite gracias a la abstención de ERC. Junts per Catalunya se opuso aunque sus votos no eran necesarios.
Ciudadanos, Ciutadans pel Canvi y PP también votaron en contra. Sus representantes advirtieron contra el alud de impugnaciones que se avecinan. Consideran que esta nueva tasa no se debe cobrar juntamente con el recibo del agua.
Recado por la sentencia del agua
En representación del gobierno municipal, el concejal Eloi Badia aseguró que las sentencias judiciales les “avalan”. Paco Sierra, de Ciudadanos, dijo que era una “broma” que mencionara “tribunales y agua después de los revolcones que se ha llevado”, en referencia a la sentencia del Tribunal Supremo que dio la razón a Agbar.
Los republicanos permitieron con su abstención que la tasa de residuos tire adelante. No obstante, el concejal republicano Jordi Coronas puso tres condiciones: la primera, que el gobierno municipal se comprometa a elaborar un plan para implementar un sistema que permita individualizar a los usuarios; la segunda, que el pago por la generación de residuos premie las buenas prácticas de los ciudadanos que actúen correctamente; y por último, que se revise la propuesta para que no sea una tasa de “recogida” de residuos sino de “generación”.
Junts per Catalunya votó en contra con el argumento de que, tal como está redactada, no es una tasa “justa” porque “el ciudadano que lo haga bien pagará lo mismo que el que lo haga mal”. La consideran una “tasa recaudatoria”.