CIS: El pacto con Sánchez castiga a ERC
El barómetro de febrero del CIS es un jarro de agua fría para ERC en su pugna con Junts per Catalunya
El barómetro de febrero del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no trae buenas noticias para Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Según este estudio, los electores independentistas castigan a los de Oriol Junqueras después de su pacto con el PSOE destinado a facilitar la investidura de Pedro Sánchez y a abrir una etapa de negociación entre la Generalitat y el Gobierno central con el fin de encontrar una solución al llamado «conflicto catalán».
En la pugna por la hegemonía del independentismo que libran ERC y Junts per Catalunya (JxCat), el CIS ha concedido un repunte al espacio comandado por Carles Puigdemont, alimentado por la caída de Junqueras. Mientras los republicanos decaen, los postconvergentes resurgen conforme se aproximan las elecciones catalanas.
El CIS ha registrado un descenso de seis décimas en la intención de voto de ERC, que pasa del 3,9% en enero al 3,3% en febrero. Y una gran parte de esos potenciales votos perdidos se los roba JxCat, que eleva el 1,4% obtenido en enero al 1,8% en febrero (un 0,4% más entre un barómetro y otro).
Así se ven las elecciones catalanas
Si bien los barómetros del CIS calculan la intención de voto del electorado a nivel nacional, estos resultados son un posible presagio del escenario electoral en Cataluña en un momento en que todos los partidos solo están esperando que el president Quim Torra anuncie la fecha de los próximos comicios.
Este declive de ERC se produce después de un ligero avance en la encuesta del CIS de enero. Si en diciembre los republicanos obtenían el 3,6% de los apoyos, en enero la cifra se situaba en el 3,9%, lo que parecía buena noticia dentro del partido en el tanto el barómetro se realizó con el pacto con PSOE ya confirmado.
Pero mucho ha pasado este último mes, y ello se ve reflejado en el 3,3% de la intención de voto que el CIS da a Esquerra. Las tensiones del Govern –en el que el partido es socio de JxCat– se han disparado por la inhabilitación de Torra por parte del TSJC y su pérdida de escaño en un Parlament dirigido por el republicano Roger Torrent.
La situación judicial y parlamentaria de Torra llevó al president a anunciar que convocaría elecciones después de aprobar los presupuestos de la Generalitat, no sin antes reprochar a su socio de gobierno todo lo que consiguiera reprochar, desde la «traición» de Torrent en el Parlament hasta las «cesiones» de ERC al PSOE.
Como foco de esas «cesiones» está la mesa de diálogo que ERC obligó al PSOE a acometer, y que Torra ha intentado boicotear por activa y por pasiva. Para JxCat, negociar con el Gobierno es renunciar a la independencia, y la precampaña electoral –que será larga, muy larga– ya pasa por culpar a ERC de bajarse de la «república».
No hay duda de que la guerra electoral independentista será brutal. Al margen del CIS, la encuesta del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública publicada a inicios de febrero detectó una leve ventaja de ERC (33-34 escaños) sobre JxCat (29-30).