Cataluña amaga con volver a cerrar bares y restaurantes por la Covid-19
La Generalitat pone sobre la mesa retroceder en el plan de reapertura ante el incremento de hospitalizados y pacientes en UCI por coronavirus
Este lunes debía iniciar el segundo tramo de la reapertura en Cataluña, pero los indicadores de la pandemia no lo permitieron. Ahora, la aún preocupante evolución del coronavirus en la región más bien pone sobre la mesa la posibilidad de retroceder en el plan de la desescalada por el que hace dos semanas se volvieron a abrir los bares y restaurantes tras más de un mes con las persianas bajadas.
Ha sido la propia Generalitat la que ha puesto el asunto sobre la mesa este lunes. Tal como se podía prever el fin de semana, cuando los indicadores de la Covid-19 no mostraron mejoría, si las hospitalizaciones y los ingresos en UCI siguen incrementando, y si la velocidad de propagación del coronavirus también se mantiene en la senda ascendente, las medidas podrían volver a cambiar.
No solo está en jaque el plan de desescalada del Govern, sino también el plan de Navidad aprobado la semana anterior. El Ejecutivo catalán se refiere a estos documentos como «vivos» y explica que puede haber modificaciones en uno o en el otro según cómo se comporte la pandemia en los próximos días. Retroceder en la reapertura —es decir, volver a cerrar la restauración— es una opción.
La reapertura y el plan de Navidad, en jaque
El consejero de Interior, Miquel Sàmper, no ha descartado que los planes de reapertura y Navidad sufran cambios «en función de los datos sanitarios». Lo ha dicho en una entrevista en Ràdio 4 en la que además ha advertido de que el cierre de bares y restaurantes está vinculado a la evolución de la velocidad de propagación del virus y de los ingresos hospitalarios.
Sàmper ha explicado que el plan de desescalada y el plan de Navidad son «independientes» y tienen «vida propia». Es decir, que tanto puede cambiar uno como los dos, o bien ninguno, pese a que los indicadores epidemiológicos sean los mismos. Y ha insistido en que «no hay nada cerrado, tampoco el plan de desescalada, que está vivo en base a velocidad de transmisión e ingresos hospitalarios».
Por su parte, el secretario general de Salud, Marc Ramentol, ha señalado que todos los planes están sometidos a evaluación diaria por parte de su departamento y el de Interior. Sobre los indicadores que podrían hacer cambiar los planes, ha asegurado que «no nos interesa un valor en sí; nos interesan las evoluciones y los comportamientos».
Salud espera ver la foto completa de la pandemia el viernes
Pese a que han pasado ya dos semanas desde que se inició la desescalada, el Govern dice que los datos actuales no sirven aún para evaluar el impacto de la reapertura por ejemplo de bares y restaurantes. El coordinador de la unidad de seguimiento de Covid-19, Jacobo Mendioroz, ha dicho que hasta finales de esta semana no se podrá hacer una lectura correcta de los indicadores.
«Ahora, la situación es de estabilidad. Han pasado 10 días desde que aumentó la actividad y el impacto se empieza a notar a los 10-14 días del levantamiento de las restricciones. De aquí al viernes empezaremos a ver realmente el efecto de la reapertura y si hay un cambio importante en la tendencia de la velocidad de contagio y el numero de positivos», ha dicho Mendioroz.
El coordinador de la unidad de Covid-19 de la Generalitat ha añadido que esperar con calma a poder analizar los datos es importante porque no hay «mucho margen de actuación si suben los casos». Y Ramentol ha asegurado que avanzar o retroceder «dependerá de lo que hagamos todos hoy y las próximas semanas». «Lo importante es el día a día. No nos hace ningún bien avanzar escenarios».