Bronca en el Parlament por la prisión sin fianza para los CDR
La CUP abandona el debate de política general y Cs y los independentistas acaban a gritos por la operación judicial del lunes
La decisión del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón de enviar a prisión a siete de los activistas de los CDR detenidos el lunes ha desencadenado una fenomenal bronca en el Parlament de Cataluña que ha acabado con el presidente de la cámara, Roger Torrent (ERC) expulsando al presidente del grupo de Cs, Carlos Carrizosa, que se ha marchado junto con el resto de diputados del partido naranja.
El pleno votaba este jueves las propuestas de resolución del debate de política general, que arrancó el miércoles. Entre ellas, había una consensuada entre Junts per Catalunya (JxCat), ERC y la CUP que abogaba por reclamar la autodeterminación y una amnistía para los eventuales condenados como respuesta a la sentencia de la causa del procés. Y otra, impulsada por los dos primeros, los que integran el govern de Quim Torra, planteada como una respuesta a la llamada operación Judas, saldada el lunes con la detención de nueve activistas independentistas, siete de los cuales desfilaban este jueves ante el juez.
En esa propuesta, se pide la dimisión de la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, y que la Guardia Civil deje Cataluña. La CUP también había anunciado que daría apoyo al texto, pero finalmente los cuperos no llegaron a participar de esa votación, ni de las posteriores. El diputado Carles Riera pidió la palabra y reclamó la suspensión del pleno y la celebración de una junta de portavoces urgente al confirmarse la prisión sin fianza para los siete activistas que aún permanecían detenidos.
Torrent replicó que las votaciones no podían interrumpirse, y pospuso el debate hasta el final de las mismas, pero los cuatro diputados de la CUP optaron por abandonar en ese mismo momento el hemiciclo.
Completadas las votaciones, quienes pidieron la palabra para sumarse a la petición de una junta de portavoces urgente fueron, por este orden, Gemma Geis, de JxC, y Sergi Sabrià, de ERC, que expresó su rechazo a la violencia para acto seguido dejar claro que quien la aplica en Cataluña es el Estado. Los diputados independentistas entonaron cánticos de «llibertat, llibertat!«
Bronca y expulsión de Carrizosa
La situación provocó la protesta de Carrizosa, que preguntó a Torrent en qué punto del reglamento del Parlament se amparaba la convocatoria de una junta de portavoces urgente, cuando el orden del día se había completado y, por tanto, el pleno estaba acabado. «Se está amparando a personas que mediante una resolución judicial han ingresqaado en prisión presuntamente por hechos gravísimos, como es atentar contra todos». Ante el abucheo del sector soberanista, se enmendó: «Atentar contra la convivencia de todos», se corrigió, y añadió: «Nos sentimos amenazados por aquellos que amparan el terrorismo». Mientras hablaba, algunos diputados de ERC empezaron a abandonar el salón de plenos.
Mientras el grupo republicano al completo se iba, Carrizosa se encaró con el diputado y jefe de filas de ERC en Barcelona Ernest Maragall. El líder del PSC, Miquel Iceta, terció para templar los ánimos. Iceata apeló al respeto a la presunción de inocencia, pidió que la cámara, en tanto que integrante del poder legislativo, evitara «entrar en colisión» con otros poderes del Estado, e hizo una llamada «a la serenidad» en la calle y a «la aceptación de las reglas del juego, la legalidad y el orden institucional».
Después, fue el líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, quien intervino. «Todos tenemos derecho a la presunción de inocencia, del mismo modo que la Guardia Civil y la justicia española tienen derecho a que se preserve su honor como respresentantes de una de las grandes democracias del mundo», aseveró, elevando progresivamente el tono mientras aumentaba también la graduación de las protestas contra su alocución.
En plena bronca, Torrent llamó a Carrizosa al orden por tercera vez y le advirtió que a la cuarta, lo expulsaría. Lo acabaría haciendo después de que Susanna Segovia, de los comunes, se sumara a la petición para celebrar la junta de portavoces. Con Carrizosa, y ya con todo el pescado vendido, se fueron todos los integrants del grupo de Cs, que abandonaron la sala en medio de discusiones a gritos, mientras el popular Santi Rodríguez denunciaba que desde la tribuna de invitados se había increpado a diputados.
Minutos después, en la sala de prensa le preguntaban al cupero Riera por esa bronca final. «Seguramente», concluyó, «ha sido resultado de no haber acabado el pleno cuando tocaba».