El mundo mira a los BRICS: los 30 países que buscan sumarse al grupo

Trump junto con otros dos miembros de los BRICS

Trump junto con otros dos miembros de los BRICS. Foto: Alba Carbajal

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Una curiosa declaración del ahora presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, causó revuelo al asegurar que España formaba parte de los BRICS. Confundió el nombre del país con la última letra de este grupo económico y geopolítico. Aunque fue corregido rápidamente por un periodista, el incidente dejó claro que incluso a los niveles más altos de poder, los BRICS generan confusión y curiosidad, pero… ¿quiénes forman los BRICS y en qué consisten concretamente?

¿Qué son los BRICS y por qué son importantes?

Los BRICS son una alianza geopolítica y económica que reúne a cinco grandes mercados emergentes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Fundado en 2006, este grupo nació con el objetivo de promover el desarrollo económico y político fuera de las estructuras dominadas por Occidente. Los BRICS representan un impresionante 27% del PIB mundial, casi la mitad de la población del planeta y un cuarto de la inversión extranjera directa.

En 2023, durante la cumbre realizada en Sudáfrica, se anunció la incorporación de Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Arabia Saudí, ampliando el alcance del grupo y fortaleciendo su influencia global. Esto marcó un punto de inflexión: el interés por unirse al bloque se disparó, y países de todo el mundo comenzaron a expresar su deseo de formar parte de esta alianza.

Una lista de aspirantes diversa

En la reciente cumbre celebrada en Kazán, Rusia, los BRICS evaluaron a más de 30 países interesados en unirse, entre ellos Cuba, Bolivia, Indonesia, Malasia, Turquía, Nigeria y Tailandia. Estos países ven en los BRICS una oportunidad para escapar de las limitaciones impuestas por el sistema financiero occidental, especialmente aquellas relacionadas con el dólar estadounidense.

Sin embargo, no todos los solicitantes tuvieron el mismo destino. Nicaragua y Venezuela, que habían enviado delegaciones de alto nivel para participar en la cumbre, fueron excluidos debido al veto de Brasil.

La exclusión de Nicaragua y Venezuela

La decisión de Brasil de vetar a Nicaragua y Venezuela refleja las tensiones políticas dentro del bloque. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, argumentó que las decisiones sobre la inclusión de nuevos miembros deben basarse en criterios objetivos y no en consideraciones políticas o morales. Esta postura, sin embargo, no evitó las críticas.

En el caso de Nicaragua, las relaciones entre los gobiernos de Lula y el régimen de Daniel Ortega se han deteriorado considerablemente. La ruptura diplomática entre ambos países, agravada por incidentes recientes, como la expulsión mutua de embajadores, influyó en la decisión de Brasil. Por otro lado, Venezuela, bajo el liderazgo de Nicolás Maduro, buscaba desesperadamente unirse a los BRICS para legitimar su posición en el ámbito internacional. Aunque Rusia, con el respaldo de Vladímir Putin, apoyó públicamente a Maduro, Brasil optó por mantener distancia debido a las denuncias de fraude electoral en el país sudamericano.

El dilema de la expansión

La incorporación de nuevos miembros plantea desafíos para los BRICS. Si bien el grupo busca fortalecer un orden multipolar en el que los países emergentes tengan mayor protagonismo, también enfrenta el reto de mantener una visión cohesionada entre sus miembros.

Según el asesor presidencial brasileño, Celso Amorim, la selección de los nuevos socios debe centrarse en criterios pragmáticos, como la capacidad económica y política de contribuir a un mundo más equilibrado. Esto explica por qué países como Indonesia, Turquía o Kazajistán tienen más posibilidades de entrar al grupo que naciones con conflictos internos o sanciones internacionales.

Un futuro multipolar

La creciente atención hacia los BRICS refleja un cambio en el panorama global. En un contexto donde las potencias tradicionales enfrentan cuestionamientos y los países emergentes buscan redefinir las reglas del juego, esta alianza se posiciona como un actor clave en la geopolítica del siglo XXI.

Aunque Nicaragua y Venezuela no lograron entrar en esta ocasión, el interés global por los BRICS no hace más que crecer. Desde África hasta Asia y América Latina, más países buscan unirse a este grupo en expansión, convencidos de que el futuro del mundo depende de una cooperación más inclusiva y diversificada.

Con un total de 30 aspirantes en lista, los BRICS enfrentan la tarea de gestionar su expansión de manera estratégica, garantizando que su visión de un mundo multipolar no solo se mantenga, sino que también evolucione. En este contexto, una cosa es segura: los BRICS seguirán marcando la agenda global en los años por venir.

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Alba Carbajal

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