Baleares se avanza a Sánchez para evitar una catástrofe por el turismo

Francina Armengol se reúne con tour operadores, consulados y compañías aéreas del Reino Unido y Alemania para amortiguar la catástrofe en el sector

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Las Islas Baleares toman la iniciativa para intentar salvar la temporada de verano y trabajan para evitar la catástrofe económica por coronavirus en una autonomía donde la caída del PIB va camino de ser tres veces más que la media nacional. La presidenta balear, la socialista Francina Armengol, ha revelado en el parlamento que la caída –la más dura desde la Guerra Civil– se debe a «a la dependencia en el sector servicios». 

«Nuestro turismo sufrirá un golpe sin precedentes«, ha lamentado Armengol tras defender que este modelo económico fue clave para salir de la crisis anterior y ha traído «prosperidad» a las Islas Baleares y al conjunto de España. El gobierno regional está en contacto constante con tour operadores y consulados británicos y alemanes, principales procedencias turísticas internacionales, para reactivar la actividad cuando se pueda, según explican desde la consellería de Turismo a Economía Digital

«Lo que estamos haciendo es prepararnos para cuando llegue la apertura, para que los turistas y residentes puedan estar en las mejores condiciones posibles», explican. Desde el Ejecutivo autonómico reconocen que la decisión de volver a arrancar «no depende de ellos», puesto que son los gobiernos estatales de Europa los que tienen la llave. 

Asumen que el primer turismo que podrá llegar a las Islas Baleares será el nacional cuando la mayoría de autonomías estén en la fase 3. Por ejemplo, «si Cataluña y Baleares están en fase tres, nosotros podremos recibir catalanes y ellos podrán recibir baleares». Pese a ello, se preparan para «el día D», lo que supondría una inyección imprescindible para salvar el turismo balear e intentar que la afectación sea la mínima posible. 

El gobierno balear también explica que están en constante comunicación con el Instituto para la Calidad Turística Española por esta cuestión, y estar preparados por si se presenta un protocolo de actuación para garantizar la seguridad sanitaria de estos desplazamientos. Desde el ejecutivo de Armengol aseguran que priorizaron «la salud cerrándolo todo y le pedimos al Gobierno que cerrase hoteles», aunque ahora con cifras «realmente buenas» preparan la reapertura. 

Los desplazamientos al territorio insular son otra cuestión que preocupa al Gobierno balear, puesto que el 95% de los turistas que recibe el archipiélago son por vía aérea​, y recuerdan que el cierre de aeropuertos «no depende ellos», aunque ya tienen contactos con distintas compañías aéreas para la puesta a punto de la reapertura del espacio aéreo.

Discrepancias con Sánchez

Armengol ha aprovechado su intervención en el parlamento balear para pedir «recursos extraordinarios» a Sánchez más allá de la parte proporcional de los 16.000 millones para todas las autonomías que anunció el gobierno la semana pasada. La presidenta defenderá ante el Ejecutivo central un plan de ayudas especial para reactivar el turismo y que permita a ayuntamientos y consejos insulares usar sin restricciones sus remanentes. 

La presidenta balear ha asegurado que Mallorca, Menora e Ibiza están preparadas para entrar en la fase uno de la desescalada, aunque su gobierno había pedido que Menorca e Ibiza también hubieran arrancado directamente en ese estado del desconfinamiento y no solo Formentera, algo que Sánchez desoyó

Su gobierno ha exigido a Sánchez una reunión bilateral más allá de los encuentros telemáticos con el conjunto de presidentes autonómicos. Armengol lo anunció en rueda de prensa, donde ya lanzó una seria advertencia del desastre económico que supondría ignorar sus demandas: «La situación económica en Baleares se prevé muy complicada a causa de la pandemia, con una estimación de la caída del PIB del 30%, debido a que su economía se encuentra muy ligada a los servicios y al turismo». 

Armengol también le pidió a Sánchez que acelerase sus reuniones con los líderes europeos para gestionar la desescalada del coronavirus a nivel global. De hecho, la presidenta balear le recordó a su homólogo central que el archipiélago depende «de las decisiones de países emisores», por lo que es clave usar la diplomacia para que la normalidad llegue cuanto antes. 

¿Alternativas?

Algunos estudios se aventuran a proponer soluciones de emergencia para reactivar el turismo una vez que coronavirus esté bajo control. Un estudio de Esade sugería que se permitiera viajar entre regiones de Europa a partir de «etiquetas verdes» que otorgase la UE con criterios estrictos y únicos

¿Cómo funcionaría? Si una persona vive en Baviera (Alemania) y este land alemán se considerase una zona segura de coronavirus y la isla de Mallorca también tuviera esta distinción, se permitiría hacer turismo a las personas que vivieran entre estas regiones. En cambio, si alguien desde alguno de estos territorios quisiera hacerlo a Barcelona pero esta provincia tuviera una «etiqueta roja», no pudiera hacerlo. 

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