El turismo diseña su desescalada tras el «decepcionante» plan Sánchez
El sector turístico plantea un gran programa de recuperación económica y retrasar la actividad hasta mediados de verano
El sector turístico considera que los planes del Gobierno entorno a su desescalada son “decepcionantes”. Insuficientes para mantener a flote una industria que aporta el 12% del PIB y 2,5 millones de empleos. Actualmente, el sector se encuentra especialmente dañado por el coronavirus y se arriesga a perder entre 92.000 y 124.000 millones de euros. Por ello, varias asociaciones empresariales, junto con la mayor organización del sector, Exceltur, han elaborado un documento con su propio plan.
Mientras que el Ejecutivo prevé que se empiecen a abrir los hoteles desde el 11 de mayo (aunque sin zonas comunes), un 48,9% de las empresas turísticas no planea abrir hasta los meses centrales del verano. El 51,1% restante no espera que se inicie la reactivación antes de septiembre. El problema es que la movilidad entre provincias no está permitida, por lo que el sector considera que no es viable abrir un establecimiento si no van a llegar clientes.
En el borrador del plan, llamado Plan renacer turismo 2020 y entregado el pasado martes al Gobierno, se plantea además un gran programa de reconstrucción económica, en colaboración con las distintas fuerzas políticas y «emulando los Pactos de la Moncloa». En definitiva, se aboga por fijar medidas y políticas para “garantizar el salvamento” del sector, facilitar su vuelta a la actividad y “promover el refuerzo de su competitividad”, con estrategias para el periodo 2020-2023.
La desescalada en tres fases que pide el sector
La estrategia se divide en tres fases. La primera de todas sería la del “salvamiento empresarial” —hasta mediados de junio—, donde se plantea que se reclamen medidas de liquidez para aliviar a las empresas mientras la industria turística sigue en mínimos, tanto por las restricciones de movimientos como por el miedo de las personas a viajar y la situación económica desfavorable. También se proponen actuaciones, como ampliar las líneas de financiación ICO con aval del 90% para el sector, extender los ERTE hasta final de 2020 o que se pospongan los pagos de impuestos y tasas de todo tipo.
También defienden que, durante el periodo de alarma, los consumidores tengan que aceptar por ley bonos canjeables de los servicios turísticos contratados y no prestados y facilitar la negociación de alquileres. Además, se demanda que se minimice la carga por pago de impuestos y medidas específicas para las aerolíneas.
A partir de finales de junio es cuando se iniciaría la segunda fase, cuando Exceltur cree que habrá una movilidad gradual entre provincias con vuelos, barcos y trenes internos. Entonces, con más demanda nacional, se consideran que tiene que haber «un apoyo a la apertura turística» y un plan de promoción que haga énfasis en la seguridad de España como destino. Un ejemplo de país que ya ha iniciado su promoción en este sentido es Portugal, que tiene un sello de calidad que se llama clean and save para abrir hoteles.
En esta segunda fase, se solicita al Gobierno un calendario lo más claro posible sobre movilidad y reinicio de los viajes, con una definición de condiciones sanitarias mínimas para la permitir la reapertura de los servicios turísticos. La tercera y última fase se prolongaría de julio a noviembre, cuando se daría más apertura gradual de las instalaciones, según sus previsiones.