El Ayuntamiento de Barcelona hace trampa con las emisiones del puerto
El Puerto de Barcelona pide una rectificación al Ayuntamiento después de que multiplicase por 17 sus emisiones anuales de CO2
Barcelona es el puerto más importante del Mediterráneo en volumen de pasajeros.
Las emisiones directas e indirectas de CO2 que genera la actividad portuaria de Barcelona equivalen a 315.000 toneladas anuales, según los cálculos que han realizado los responsables del puerto siguiendo las metodologías aceptadas internacionalmente. Este volumen está muy alejado de los más de 5,3 millones de toneladas de emisiones que les imputó el Ayuntamiento de Ada Colau.
El Puerto de Barcelona exigió este miércoles una rectificación después de que, en una rueda de prensa el día anterior, la tenienta de alcalde de urbanismo y ecología, Janet Sanz, y el concejal de emergencia climática, Eloi Badia, asegurasen que las instalaciones portuarias generan 5,3 millones de toneladas de CO2 anuales, incluso más que la propia ciudad.
Según los cálculos del Puerto de Barcelona, de las 315.000 toneladas anuales de CO2 generadas por la actividad que se desarrolla en sus instalaciones, 215.000 toneladas provienen de los barcos, incluyendo su fondeo, maniobras y permanencia en los muelles. Otras 80.000 toneladas proceden del consumo eléctrico y las 20.000 toneladas restantes de las emisiones de los vehículos y maquinaria.
Por lo tanto, en las instalaciones portuarias se emite diez veces menos CO2 que el conjunto de la ciudad, que según los datos de su Ayuntamiento produce más de 3,4 millones de toneladas de CO2 anuales.
Los cálculos de Sanz y Badia
Estos datos contrastan con los anunciados por Janet Sanz y Eloi Badia. En las cifras aportadas por el Ayuntamiento se suman todos los viajes que hacen en sus rutas marítimas internacionales los barcos de contenedores, ferris y cruceros que han operado alguna vez en el puerto durante el periodo de un año.
O sea, atribuyen a las instalaciones portuarias de Barcelona las emisiones de CO2 que un determinado barco emite en su ruta por el mundo. Por ejemplo, si un portacontenedores zarpa de Shangai y al cabo de 23 días hace escala en Barcelona, el Ayuntamiento computa sus emisiones como si fueran del Puerto de Barcelona.
En cambio, el Puerto solo computa las emisiones que produce un determinado barco mientras está dentro de su recinto.
