Barones del PP despejan el camino para la prórroga de la alarma
Díaz Ayuso, Feijóo y Moreno se abren a prolongar por última vez el estado de alarma
La estocada de ERC al Gobierno al anunciar su rechazo a la prórroga del estado de alarma, que se votará este miércoles en el Congreso, ha puesto a Pedro Sánchez en apuros. El gabinete de Moncloa trabaja contrarreloj para que el PP, que ha decidido no apoyar más el decreto, opte por una abstención en lugar de un «no», a la vez que Ciudadanos y el PNV piden un cambio de actitud para votar a favor de extender las medidas excepcionales para contener la pandemia hasta, al menos, finales de mayo.
Este martes, tres presidentes autonómicos del PP han presionado desde sus trincheras para que Pablo Casado rectifique su negativa, y al menos uno de ellos lo ha hecho tras contactarle el Gobierno. El gallego Alberto Núñez Feijóo, tras conversar con la vicepresidenta Carmen Calvo, ha manifestado en Twitter que es entendible que el Ejecutivo «necesite tiempo para organizarse», aunque también ha advertido de que no se puede prolongar «sine die» la alarma.
Por la mañana, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso se ha mostrado partidaria de dar a Sánchez como mucho «los últimos 15 días» de estado de alarma para que el inicio de la desescalada del confinamiento se produzca «con las mejores garantías». Una posición que se alinea con la del secretario general del PP, Teodoro García Egea, que ha admitido que todavía «hay 24 horas para negociar» y «ahora le toca» moverse a Sánchez.
En términos similares se ha expresado el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, que ha reclamado que el estado de alarma «no se prolongue más allá de finales de mayo o principios de junio», dejando implícitamente margen para una nueva prórroga, puesto que la actual será válida hasta el día 10 de mayo.
Negociación también con Cs
La presión que ha puesto el PP sobre el Ejecutivo, aunada al abandono de ERC, ha obligado al Gobierno a entablar otras negociaciones para asegurarse de que la votación en el Congreso no sea un fracaso. Los contactos con Cs y PNV se han disparado en las últimas horas, y ambas formaciones parecen estar dispuestas a respaldar la prórroga con un «sí», como han hecho hasta ahora, de forma que pueda consolidarse una mayoría simple suficiente incluso en el escenario de que Casado opte por el «no».
Inés Arrimadas, al igual que los populares, ha criticado las amenazas del Gobierno del lunes, cuando avisó que sin estado de alarma habrá caos sanitario y económico. Sánchez ha cometido «un error muy grande amenazando a los españoles», dijo la presidenta de Cs. «¿Nos están diciendo que si no sacan el estado de alarma mañana no tienen nada con qué protegernos», se ha preguntado, recordando que existen alternativas al decreto de alarma para afrontar la desescalada.
No obstante, Arrimadas también se ha mostrado favorable a negociar un «sí» con el Ejecutivo a cambio de desvincular las ayudas y los programas económicos de la prórroga, considerando que el estado de alarma terminará pero la demanda de muchos sectores seguirá siendo alta. El voto de Cs «depende» de si el Gobierno «quiere negociar, ceder y rectificar», explicó la líder naranja.
Diálogo con nacionalistas
El PNV lanzó su advertencia a Sánchez durante el debate previo a la votación de la tercera prórroga del estado de alarma, hace dos semanas. Los nacionalistas vascos expusieron entonces su descontento con la invasión competencial que aseguran ha supuesto la época de confinamiento y por la poca o nula comunicación entre el Gobierno y las autonomías para negociar tanto las medidas de restricciones de movilidad como las de desescalada. No obstante, la formación que gobierna en Euskadi ha suavizado su posición.
En línea con su mensaje del lunes, el presidente de la ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, ha asegurado este martes que el partido se dispone a apoyar el estado de alarma a cambio de «un mando único compartido»; es decir, que Sánchez gestione de forma colaborativa con las comunidades autónomas el plan de desescalada. «Espero que el Gobierno español tenga suficiente cintura política para abrir la negociación y aceptar las propuestas que le hacemos, que son razonables y bienintencionadas», dijo.