Antifrau: La ley de Transparencia de Mas “no aporta nada”
El director de la OAC, Daniel de Alfonso considera que la ley que tramita el Parlament recoge aspectos que “ya existen” aunque se presenten como un intento de regeneración democrática
«No aporta nada». Conciso. Sin aspavientos, pero concluyente.
El director de la Oficina Antifrau de Catalunya, Daniel de Alfonso, lleva meses reivindicando su labor. Y, desde la tranquilidad de haber ofrecido sus propuestas al President Artur Mas en su momento, asegura ahora que la Ley de Transparencia que tramita el Parlament, “no aporta nada”.
La Ley de Transparencia, una iniciativa del President Mas de “regeneración democrática”, para atajar la desafección ciudadana, “no empeora las cosas, claro, pero no aporta nada”. Daniel de Alfonso se refirió este miércoles al anteproyecto, que acabará aprobando el Parlament en las próximas semanas, o, en todo caso, antes del verano. Esa es la previsión.
Conexión con la ciudadanía
De Alfonso se refirió a la Ley de Transparencia, tras pronunciar una conferencia en el auditorio de Agbar, dentro del ciclo de debate Cercle de l’Aigua, presentado por el presidente de la compañía, Angel Simón. En la primera fila, le escuchaba la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, que ni pestañeó cuando el director de la OAC dejó constancia de su opinión sobre una ley que debería despertar un mayor entusiasmo en la clase política catalana si se desea, realmente, recuperar la conexión con la ciudadanía.
La ponencia parlamentaria que ha ido elaborando la ley recibió un informe jurídico que no ha sido compartido por todas las fuerzas políticas. El fondo del asunto es conocer qué papel se le adjudicará a la propia OAC, una oficina creada por el impulso específico en su día de Esquerra Republicana, en los gobiernos del tripartito.
En ese informe se apuesta por la creación de un órgano que refunda la propia Oficina Antifrau, la Autoridad Catalana de Protección de Datos, la Comisión Nacional de Acceso, Evaluación y Servicio Documental y la Comisión de Transparencia. Pero queda en el aire, por ahora, quién lo presidirá y cómo afectaría a las respectivas plantillas de los organismos.
La ley «no será operativa»
Daniel de Alfonso consideró que el intento de los partidos, entre ellos CiU y PSC, que podrían llegar a un amplio acuerdo que incluyera la Ley de Transparencia y la Ley electoral, “es sincero” para perseguir con mayor eficacia la corrupción, pero que la ley “no cumple las expectativas y no será operativa”.
La propia OAC se ofreció al President Mas a centralizar ese nuevo organismo, y a supervisarlo. Y, pese a que la oficina nunca gustó ni a CiU ni al PSC –porque entendían que ya existían otros organismos como la Sindicatura de Comptes– ahora difícilmente podrían dejarla al margen. Ni Esquerra Republicana ni ICV están dispuestos a ello.
¿Poder para luchar contra la corrupción?
El principal escollo, sin embargo, es decidir si la OAC podrá luchar o no contra la corrupción en la nueva posición que le asigne el Parlament. Una nueva ley, en comisión –no es necesario que sea a través del Pleno del Parlament– deberá definir qué organismo controla y se responsabiliza de la aplicación de la Ley de Transparencia. Antifrau espera que, pese a no colmar todas sus expectativas, pueda ser el elegido.
De Alfonso defendió, en su intervención en el auditorio de Agbar, los valores de futuro que deberán adquirir las corporaciones empresariales. Para él, el futuro pasa por una ecuación: “la transparencia unida a la ética, ganará la binomio formado por la opacidad y la corrupción”.
Utilizando recientes encuestas de organismos internacionales, ligados a la lucha contra la corrupción, De Alfonso aseguró que en la mayoría de países se defiende que las empresas sólo crearán valor con una defensa cerrada de los valores éticos.
Y enumeró que el porcentaje de apoyo a esas tesis es similar, aunque destaca Alemania, con un 91%, seguida del Reino Unido, con el 89%, China, con el mismo porcentaje, y Estados Unidos, con el 85%.