Mas busca con Navarro acuerdos de legislatura al margen de la consulta soberanista
El President negocia con el líder del PSC cómo desatascar el proyecto de Barcelona World o la Ley de Transparencia
Hay vida al margen de la consulta soberanista. El President Artur Mas y el primer secretario del PSC, Pere Navarro, “el verdadero líder de la oposición”, según los socialistas, almorzaron este jueves en la Casa dels Canonges, en el Palau de la Generalitat, para explorar posibles acuerdos de legislatura.
Mas necesita aproximarse al PSC, y los socialistas quieren sentirse útiles, y dejar claro que pueden ser un socio fiable si las circunstancias lo permiten. Ahora mismo no hay nada que hacer, porque la consulta soberanista es irrenunciable para el Govern de CiU, pero el PSC busca una salida, que podría llegar tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la declaración soberanista del Parlament.
Movimientos tras las europeas
Navarro incidió en esa cuestión en el almuerzo con Mas. Pero el President tiene claro que quiere seguir su hoja de ruta, y, en todo caso, ha emplazado a Navarro a mantener su apuesta por la reforma de la Constitución, junto al PSOE. Si esa posibilidad es real, Mas está dispuesto a escucharla, con la convicción también de que en algún momento, tal vez después de las elecciones europeas, se podría producir algún movimiento por parte del Gobierno central que debería, en cualquier caso, ser “una apuesta de Estado”, y no únicamente del Ejecutivo español.
Pero el interés a corto plazo de Mas y de Navarro es ver en qué cuestiones podrían llegar a acuerdos. El Govern no tiene nada claro cómo podrá sacar adelante el proyecto de Barcelona World. Esquerra Republicana, socio de gobierno y oposición al mismo tiempo, no está por la labor.
Las circunstancias del PSC
Tampoco el PSC, pero existen dos circunstancias: el poder local de los alcaldes de las comarcas de Tarragona es importante, y el PSC no está en estos momentos por despreciar la influencia que todavía mantiene en algunos territorios. Pero también valora las modificaciones que se puedan realizar en el proyecto, especialmente respecto a la fiscalidad, y a las medidas medioambientales. “Si hay una aproximación, si existen las modificaciones que se reclaman, el PSC no descarta apoyar esa importante inversión”, asegura el entorno de Pere Navarro.
Mas valora ese posible apoyo. Es uno de los pocos proyectos que podría exhibir en esta legislatura. Y no quiere que se le escape.
¿Qué hacer con Antifrau?
Pero hay otras cuestiones. La Ley de Transparencia es otra de las promesas de Mas, con el objeto de regenerar la vida política, salpicada de casos de corrupción en los últimos años, y que implican a Convergència de Democràtica, como el caso Palau. La ley implica la fusión de tres organismos, y la pérdida de competencias de la Oficina Antifrau. A CiU nunca le gustó ese organismo, que dirige el magistrado Daniel de Alfonso. Y al PSC tampoco. Fue una reclamación de Esquerra Republicana en los gobiernos del tripartito. Por eso Esquerra ofrece resistencia. Considera que Antifrau debería asumir competencias de los otros organismos, no al revés.
Por ello, el PSC podría ser también un socio alternativo a Esquerra en esa cuestión, aunque los socialistas tienen claro que en estos momentos no se puede ofrecer una imagen poco combativa contra la corrupción. Pero hay margen para la negociación.
La ley electoral
La tercera cuestión que Mas y Navarro abordaron en la Casa dels Canonges es la Ley electoral. El PSC desea que tenga un carácter proporcional y que el área metropolitana tenga un mayor peso, por su mayor densidad de población. CiU y ERC consideran que los socialistas están bloqueando la ley, –Catalunya es la única comunidad autónoma que aplica la ley estatal, aprobada en la transición, sin hacer uso de su potestad legislativa—pero el PSC asegura que quiere realmente sacarla adelante. Y se mostrará flexible.
La cuestión es que Mas y Navarro buscan puentes para poder colaborar a corto y medio plazo. Al margen de la consulta. Eso es otro asunto. Aunque para el PSC se ha abierto un nuevo ciclo tras la sentencia del Constitucional. El 8 de abril se podrá comprobar en el Congreso. Aunque el resultado se conozca de antemano –el PP y el PSOE votarán en contra de ceder la competencia del Estado para poder celebrar la consulta—la defensa de la iniciativa del Parlament por parte de los diputados catalanes y la posición de los portavoces de los dos partidos de ámbito estatal reflejará si se puede establecer o no un nuevo clima.
La sentencia del TC rechaza que Catalunya sea un objeto político y jurídico propios, pero no se carga el derecho a decidir. Considera que es una cuestión política, y que tiene un camino por recorrer, siempre según la legalidad, y que comportaría la reforma de la Constitución.