Alarma en las bases del PSOE: la tormenta política sobre Moncloa no amaina
La reforma constitucional, los líos ministeriales y la confusón ante la política catalana siembran el pánico en el seno del PSOE
El temporal que amenaza al Gobierno no afloja, a pesar de las contramedidas. Esa expresión que se emplea para definir los actos defensivos contra un ataque y que, en esencia, son engaños para que los misiles pasen de largo.
Pero las propuestas improvisadas para distraer la atención de los problemas de Pedro Sánchez pierden impulso. Las heridas en el prestigio del líder socialista, por las sospechas sobre su doctorado, no cicatrizan.
No hay fundamento suficiente para sostener que se trata de un plagio, pero se ha asentado la idea de que es un doctorado “trucho”, que es el término coloquial en Argentina para referirse a algo falso o fraudulento. Sí se ha demostrado que su titulación es de todo menos sólida y solvente.
El melón de la reforma constitucional
La propuesta improvisada e instantánea de la reforma constitucional pierde consistencia, tal vez porque nunca la tuvo. Podemos reclama acabar con la inviolabilidad del rey.
Empieza a confirmarse que abrir el melón de una reforma constitucional, sobre todo si no se fijan y cierran sus objetivos, se convierte en una caja de Pandora de la que todos quieren extraer algo. Ahora, se le pasa el problema al Consejo de Estado para que redacte una reforma constitucional que Sánchez ha planteado de boquilla.
La triquiñuela para evitar el filtro del Senado en el cambio del techo de gasto tiene por delante un panorama complicado, con recursos ante el Tribunal Constitucional incluidos.
De momento prolonga el tiempo necesario para una hipoteca presentación de presupuestos en la que, además, Pablo Iglesias y ERC promoverán exigencias, cada uno en su interés, que serán difíciles de conciliar con las imposiciones europeas y con la Constitución.
Un difícil equilibrio para transformar el apoyo de 84 diputados en 176.
Pánico en el seno del PSOE
En el seno del PSOE se despiertan las alarmas formuladas con sordina. Nadie habla en voz alta. Los barones están absorbidos por sus pretensiones electorales que no son conciliables con ruidos internos.
Sottovoce, hay revuelo entre los barones socialistas y entre algunos diputados. Tras el escarmiento de la dimisión de Sánchez y su reelección como secretario general, nadie va a tirar la primera piedra. Y mucho menos en el virreinato del Guadalquivir.
Susana Díaz bastante tiene con la celebración de elecciones anticipadas en Andalucía y con el incendio declarado en Canal Sur, donde la asamblea de trabajadores de la radio televisión pública andaluza acaba de declarar persona non grata a Joaquín Durán, director general interino desde hace cinco años.
La maniobra para apagar este incendio es retirar a Durán, en edad de jubilación, para poner a otro “interino” de la misma confianza y sumisión demostrada por quien ahora está en entredicho.
En el PSOE empieza a haber consenso en que hace falta acabar con la improvisación
Los demás barones territoriales están solo a lo suyo. Alcaldías y parlamentos de comunidades autonómicas que no admiten ruidos internos.
Sin embargo, empieza a haber consenso en que hace falta acabar con la improvisación, las medidas parciales instantáneas que no llegan a término y la descoordinación que son las características de los cien días de gobierno de Sánchez.
En el punto de mira está Iván Redondo, jefe de gabinete del presidente, con categoría de secretario de Estado, al que algunas fuentes tildan de mercenario en expresión que está extendiendo. Ya fue, en su misma condición de experto electoral, consejero de la Junta de Extremadura con José Antonio Monago.
A Redondo se le atribuye la llegada del PP al gobierno de Extremadura. Y también se le responsabiliza de haber abducido al presidente del Gobierno y la responsabilidad de una política de marketing y propaganda sin un proyecto a medio plazo, solo para resistir en la Moncloa.
Quienes así piensan están seguros de que la chistera de Redondo ya no tiene ni conejos ni palomas.
Confusión por Cataluña
Hay desconcierto con los daños colaterales a medio plazo en la política de Cataluña. Miquel Iceta está callado. Y en su entorno declaran que no está contento con lo que está sucediendo porque todo está cogido con alfileres.
Estupor con las declaraciones ayer de Teresa Cunillera cuando afirmó que es «partidaria» de conceder un indulto a los dirigentes independentistas que serán juzgados por el Tribunal Supremo después de la sentencia y «si estos lo piden”.
Como si no fuera obvio, Cunillera afirmó que un indulto exige primero «una sentencia firme y tiene que haber también una petición igual de firme del que acepta la sentencia».
Un incrédulo secretario regional del PSOE declaró: “Qué ganamos con esa oferta ahora, cuando ni hay muestras de arrepentimiento de los procesados, requisito para el indulto, y cuando no se ha celebrado siquiera la vista del juicio”.
En una negociación, lo que se ofrece de inicio se da ya por concedido. ¿Qué quedará para negociar el día después de la sentencia?
Las ministras a las que el PSOE critica
Hay tres ministras que también son objeto de intensas críticas internas en el PSOE.
A la vicepresidenta Carmen Calvo se le discute su capacidad para coordinar el ejecutivo y se le responsabiliza de muchos errores y contradicciones. Las críticas de algunos socialistas que no quieren identificarse recuerdan las equivocaciones que cometió como ministra de Cultura con el presidente Zapatero.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, no despierta mucha simpatía ni en sectores del partido ni en el grupo parlamentario, donde ya fue cuestionada por su labor como portavoz del grupo socialista.
Se le recrimina que va por libre y el terrible patinazo cometido con la cancelación, sin consultar con nadie y por su cuenta, del contrato de venta de bombas inteligentes a Arabia Saudí. Fue desautorizada por Sánchez por su iniciativa que estuvo a punto de provocar la cancelación de la venta de cinco fragatas a ese país.
Fuentes del PSOE niegan que Delgado esté capacitada para asumir el control del CNI
También se le reprocha a Robles la manifiesta animadversión hacia la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y se recuerda que exigió al presidente la dependencia y el control directo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), puesto para el cual alguno de los consultados por este periódico niegan que esté capacitada.
También está señalada Dolores Delgado, ministra de Justicia que según El Confidencial se reunió, cuando era fiscal en la Audiencia Nacional, con el comisario Villarejo, encuentro que relacionan con uno de los “clientes” del comisario ahora en prisión, que estaba inmerso en un proceso de extradición.
Desde el Ministerio de Justicia se produjeron una cadena de comunicados. En el primero, de forma taxativa negaba cualquier reunión. En el siguiente, se precisaba que no se había producido ninguna reunión “profesional”, y por último se declaraba que podían haber coincido en algún acto público.
Como consecuencia de estos hechos, la ministra cesó a su director de comunicación, Luis Fernando Rodríguez.
Casado acaba de ganar de verdad las primarias como líder del PP
En círculos cercanos al palacio de la Moncloa se teme que puedan salir nuevos datos de esa relación de la ministra con Villarejo y también con el ex juez Baltasar Garzón al que vinculan como mediador en casos sometidos a los tribunales y del que recuerdan su estrecha amistad con la titular de Justicia.
Sin embargo, el panorama ha cambiado en algo, pero no a favor del Gobierno. Pablo Casado se ha librado de la espada de Damocles, al menos provisionalmente, de la investigación por su máster.
El informe de la fiscalía desestima que haya materia para una investigación penal que conduce a cerrar el caso en él Tribunal Supremo. Luz verde al liderazgo de Casado, hasta ahora disminuido por las amenazas judiciales. Acaba de ganar de verdad las primarias como líder de su partido.
Ahora, tiene las manos libres en su pugna por el centro derecha con Albert Rivera. Y la munición no puede ser otra que la oposición dura contra el gobierno socialista.