Adiós al Mobile: cronología de un fracaso político

Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento han asistido con indolencia a la agonía del MWC mientras repetían que no había riesgos para la celebración

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Tres días han pasado únicamente entre que la Generalitat aseguró este lunes con toda contundencia que el Mobile World Congress (MWC) no se iba a suspender «en ningún caso» y la cancelación del evento, anunciada este miércoles, por pánico al coronavirus.

Tres días en que no solo la Generalitat, sino tampoco el Gobierno ni el Ayuntamiento de Barcelona, han sido capaces de invertir la agonía de un congreso, cuyo impacto económico en la capital catalana ha llegado a compararse con el de unos Juegos Olímpicos.

Ninguna de las instituciones fue capaz de intuir que la retirada de LG del MWC, comunicada hace una semana, presagiaba un demoledor efecto dominó. Que de una renuncia se iba a pasar a una decena, que de la decena se iba a pasar a la veintena y, así, hasta casi perder la cuenta de un avance vertiginoso de cancelaciones que ha acabado con el Mobile 2020.

Superados por la velocidad de toma de decisiones de los consejos de administración de los gigantes tecnológicos, los gobiernos —todos— se han limitado esta semana a abrir el paraguas y a decir que no llovía tanto, que el Mobile podía celebrarse sin problemas.

Retiraban a sus tropas LG, Ericsson, Amazon y Sony, y los gobiernos —todos— se limitaron a llamar a calma y a pronosticar su celebración puntual. «No se suspenderá el Mobile en ningún caso. Tampoco nos hemos planteado retrasarlo. El MWC no pende de un hilo», llegó a decir a comienzos de semana el conseller de Políticas Digitales, Jordi Puigneró.

Sin medidas extraordinarias, sin peso político

Ni Gobierno ni Generalitat consideraron necesario aprobar medidas extraordinarias ni planes de contingencia especiales en sus reuniones de este martes. Tampoco hubo gabinetes de crisis ni intervenciones presidenciales. Nadie se sintió llamado a la providencia.

Hubo, eso sí, más llamamientos a la calma y más mensajes en la línea de elogiar las capacidades del sistema sanitario para hacer frente al coronavirus.

Unos y otros repitieron hasta la saciedad que se estaban siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, aunque nada de todo ello tranquilizó a los hacedores del MWC, más pendientes de modificar sus planes en google calendar que de escuchar la retórica invariable de las administraciones.

Este miércoles, el Gobierno desplazó a un ministro a Barcelona por primera vez desde que comenzó la espantada. Fue el de Sanidad, Salvador Illa. A primera hora de la tarde comunicó que el Gobierno no veía la necesidad de tomar medidas adicionales. A última hora de la tarde, la GSMA también hizo un comunicado: no habrá Mobile este año.

El MWC 2020 se despidió sin más ruido que su propio portazo. No hubo un solo cruce de acusaciones entre los gobiernos, ni un solo reproche entre consellers ni ministros ni concejales. Acaso esa era también una recomendación de la OMS: el silencio administrativo.

 

 

 

 

 

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