Presupuestos 2025: Sánchez, acorralado en un callejón con Trump, la nueva Indra y Puigdemont
El ultimátum de Trump obliga a "militarizar" unos Presupuestos de 2025 que son la única vía de Sánchez de presentarse ante un electorado diciendo: "la legislatura valió la pena". Pero el panorama es desastroso
Montaje de Sánchez, Puigdemont, Belarra, Von der Leyen y Trump
Se extiende la creencia de que Pedro Sánchez tiene previsto convocar elecciones generales en 2026 para intentar reeditar la mayoría que le dio la investidura en 2023, y presentarse ante su electorado con los Presupuestos generales de 2025 aprobados y ejecutados. Contrario al pensamiento general, el presidente del Gobierno necesitaría sacar las cuentas adelante, no para alargar la legislatura, sino para acortarla. La importancia de esta ley es mayúscula y en Moncloa trabajan con ahínco, pero el huracán Donald Trump con la guerra de Ucrania amenaza con impedirlo.
El presidente de EEUU se ha propuesto terminar la guerra de Ucrania con una batería de anuncios que ha hecho temblar a Europa, entre ellos la retirada de la defensa militar y apoyo económico en las fronteras este de la Unión, y señalado que los países de la OTAN deben incrementar su presupuesto militar hasta el 2% requerido, en diferentes escenarios. Para España, supone incrementar el gasto militar hasta los 12.000 millones (anuales) para 2029.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso este viernes a los Estados Miembro la congelación de las reglas fiscales (que han vuelto a Europa tras el covid) para permitir gasto militar ilimitado y sin computar. Es la forma de Bruselas de «ponerse las pilas» ante el abandono de EEUU como colega militar.
Esta senda, de refrendarse en los próximos días, coloca en un brete a Sánchez y el PSOE para sacar adelante los Presupuestos. España tiene un gasto militar (2024) del 1,28% del PIB, el más bajo de toda la OTAN. Según el Real Instituto Elcano, los Presupuestos deberían incluir un refuerzo armamentístico de entorno 2.000 millones de euros para alcanzar el 1,39% del PIB. ¿Estarán Podemos, Bildu y ERC por la labor?
Los Presupuestos de Sánchez
La actual legislatura en España ha servido para poco más que investir a Pedro Sánchez y amnistiar a los responsables del golpe independentista de 2017 (y a medias). Hoy por hoy, no han visto la luz grandes iniciativas en materia social o económica, donde básicamente han trascendido medidas de trámite y, sobre todo, cesiones a los socios soberanistas como PNV y Junts.
A la espera de ver qué ocurre con la reducción de jornada que defiende la líder de Sumar, Yolanda Díaz, Pedro Sánchez necesita plasmar una gran ley que dé sentido a la legislatura, porque aprobar subidas del 4% del SMI (y hacerles tributar a la vez) o canalizar burocráticamente fondos europeos de Bruselas, no parecen justificar una legislatura de cuatro años ante el electorado en 2027.
El Gobierno se estaría planteando en sellar unos Presupuestos generales sin grandes avances económicos y sociales, de difícil consenso, pero que aunaran una batería de cesiones territoriales y que sirvieran como símbolo de que el acuerdo de investidura ha fructificado en una legislatura con sentido. En caso de aprobarse los Presupuestos de 2025, Sánchez podría convocar elecciones en 2026 y dar ciertos argumentos a su electorado para volver a confiar en la mayoría actual.
Pero en este guion, Sánchez no contaba difícilmente en que el marco narrativo para los próximos meses sea el gasto militar. El movimiento de Von der Leyen de incentivar los Presupuestos armamentísticos en la UE quiebra la mayoría parlamentaria de Sánchez. Es posible que Sumar tenga incentivos a aprobar las cuentas a pesar del incremento militar, porque el argumento de "la investidura útil" también le sirve. Otra cosa es a Podemos, e incluso a ERC, y quizás a Junts. Que España sea el país de la OTAN que invierte menos recursos en el capítulo de Defensa no es casual: tiene que ver con la mayoría que gobierna España desde 2018.
El 'Mazinger' de la Defensa de Sánchez no termina de cuajar
Sánchez se aupó en el poder en 2018 mediante un moción de censura. Entonces, Donald Trump, a mitad de su primer mandato presidencial, advirtió seriamente a los países de la OTAN que abandonaría la alianza si no se cumplían los requisitos presupuestarios. Teniendo muy complicado alcanzar esos niveles, el Ejecutivo de Pedro Sánchez puso en marcha el plan para transformar Indra, una Ibex tecnológica semipública, en el Campeón Nacional de Defensa español, que crecería al calor del auge de la industria militar europea, reaccionando al ultimátum estadounidense.
Pero el objetivo de Indra, siete años después, está lejos de ser el soñado. El ministerio de Defensa, dirigido por Margarita Robles, y Moncloa, potenciaron una serie de socios industriales del sector para hacerse con el control de la Ibex (en perjuicio de los fondos) para acometer esta transformación. Escribano Mechanical Engineering, que ahora ostenta la presidencia de Indra, ha crecido al calor de los contratos militares de Defensa, igual que Sapa Placencia, otro socio estratégico en Indra, se ha visto beneficiado por acuerdos financieros y fondos europeos para crecer.
Hasta el punto que Defensa forzó la creación de Tess Defence, un consorcio militar entre Indra, Escribano y Sapa, junto con Santa Barbara Sistemas, para fabricar 'nacionalmente' blindados y tanques para el Ejército. Sin embargo, la operación, destinada a ser la bandera de esa pujanza en la industria militar, es una chapuza: de los 348 blindados 8x8 adjudicados por 2.000 millones de euros en 2021, solo se han entregado una decena. En 2023, Tess recibió una multa de 8 millones de Defensa, y está por caer una parecida a cuenta de los retrasos en 2024.
Estos retrasos arrastran también a sus socios. Sapa Placencia, empresa armamentística vasca, acaba de registrar pérdidas en su holding por 1,2 millones de euros, en parte por los retrasos de Tess Defence. Ese mismo ejercicio, Escribano registró 8,86 millones de euros de beneficio, aunque con un descenso importante del 32%, según los datos consultados en Insight View.
En definitiva, Sánchez necesita más que nunca aprobar los Presupuestos Generales del Estado con sus socios y busca la manera de contentarlos a todos, pero esta tarea se torna ahora más complicada por la necesidad imperiosa de contentar a Donald Trump y sus aliados de la OTAN, organización que no hace mucho el presidente socialista soñó con presidir. Lejos quedan ya las postales idílicas de los dirigentes de la Alianza del Atlántico Norte charlando con Sánchez entre cuadros de Velázquez, el Bosco y Goya en el Prado, allá en 2022.