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14-F: PSC y ERC se alían para que la campaña sea cosa de dos
Socialistas y republicanos están de acuerdo en polarizar la campaña catalana para debilitar a sus adversarios
El PSC-PSOE y ERC están de acuerdo en más cosas incluso de las que parecen. No tan solo han llegado a acuerdos de envergadura para aprobar los presupuestos generales del Estado, sino que sus intereses también confluyen en la precampaña de las elecciones catalanas del 14 de febrero.
Ambos partidos están de acuerdo en que lo conveniente para sus intereses es convertir la campaña en un duelo mano a mano de tal manera queden descolgados del voto útil. La lógica es sencilla: solo uno de los dos puede llevarse la victoria, ¿para qué votar al resto?
Los republicanos piensan entregarse en cuerpo y alma a esta estrategia, tan antigua como la división producida en los tableros políticos de toda España con la irrupción de pequeñas formaciones.
Falta, sin embargo, que las encuestas acompañen esta estrategia puesto que, por el momento, sólo el CIS ha concluido que el PSC tiene a tiro a ERC. Publicó el centro de encuestas del Gobierno que los socialistas estaban a 2,4 puntos en intención de voto de los republicanos hace apenas una semana y, desde entonces, la precampaña catalana se ha acelerado.
El efecto Illa
El relevo de Miquel Iceta por Salvador Illa como candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat ha contribuido a agitar la campaña y ha sido recibido con mayor euforia por parte de ERC incluso que por parte socialista.
El motivo es sencillo. De pronto, ERC tiene un rival al que dar grandeza, alguien con quien puede funcionar mejor el intento de polarizar la campaña.
Dos ejemplos evidentes. Uno de Pere Aragonès, candidato de ERC a la Generalitat, «Más del cambio de caras de Illa por Iceta, el objetivo del PSC sigue siendo el mismo: ir a buscar votos hacia la derecha. El 14.F irá de ERC o PSC, república catalana o inmovilismo; progreso de izquierdas o statu quo; libertad o represión», ha manifestado el vicepresidente de la Generalitat.
Otro de Ernest Maragall. «El PSC, dócil espejo PSOE, usa la notoriedad de Illa para ocultar el agotamiento de Iceta. La elección, ahora, es explícita: o bien el proyecto progresista de ERC por la libertad y la independencia, o bien el PSC, unionista y embajador del Estado que niega la ayuda directa a autónomos, artistas y comerciantes», dice el líder municipal de ERC en Barcelona.
Con estos mensajes, los republicanos tratan de descolgar a Junts per Catalunya, el adversario que parecía vencido en las elecciones de 2017 y que acabó pasando por delante a ERC.
El intento de ERC por polarizar la campaña tiene precedentes. Ada Colau se erigió alcaldesa de Barcelona contra pronóstico en 2015 al contraponerse al entonces primer edil Xavier Trias (CiU). La rivalidad entre ambos dejó totalmente fuera de juego a Jaume Collboni (PSC) y también a Alfred Bosch (ERC).
La obsesión de ERC con el PSC
ERC ansía penetrar en la todavía infranqueable bolsa de voto socialista, y ya ha hecho algunas maniobras en busca del duelo con su rival más deseado. Los republicanos han iniciado una dura ofensiva contra el PSC desde varias instituciones incluso con el fichaje de algunos de sus candidatos.
El más destacado, hasta ahora, ha sido el fichaje de Carles Castillo, el hasta hace pocos meses diputado del PSC en el Parlament por Tarragona y que ahora se ha incorporado a la formación de Oriol Junqueras. El parlamentario rompió el carnet socialista tras casi tres décadas de militancia.
Los fichajes de exsocialistas se han complementado con un fuerte desgaste en las instituciones donde gobiernan. Los republicanos, que no digirieron bien la pérdida de la Diputación de Barcelona por el polémico pacto entre PSC y JxCat, mantienen ahora una ofensiva abierta contra la socialista Núria Marín.
Los republicanos pretenden así alimentar el fantasma del poco probable pacto entre socialistas y Puigdemont, como intento de recuperar el voto más fanático que ha terminado en las filas de Waterloo. Además, quieren forzar a JxCat a que rompa su pacto con el PSC para que les entregue a ellos la Diputación.
De momento, ya han conseguido forzar un pleno monográfico sobre el presunto caso de corrupción en l’Hospitalet de Llobregat, donde Marín y dos concejales socialistas están imputados. El partido de Pere Aragonès ha pedido la dimisión de la alcaldesa del ente supramunicipal, y presentará una moción de censura a finales de enero.