El PSOE desaira a Podemos y ERC con un 155 digital votado por PP y Cs
Un conseller de Quim Torra traslada el decreto contra la "república digital catalana" al terreno de la investidura y advierte de que "no le saldrá gratis"
Pedro Sánchez ha logrado la aprobación del decreto contra la «república digital catalana» gracias a los votos del PP y Ciudadanos y la abstención de Podemos este miércoles. Todo ello a falta de 24 horas para la primera reunión formal entre PSOE y ERC para explorar la investidura de Sánchez y apenas 15 días después del abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para gobernar en coalición.
Antes de la votación, la diputada de ERC, Montserrat Bassa, ha pedido «retirar» el decreto ley, pero no para lograr un pacto con su formación, sino «por los derechos y libertades de la soberanía española y por pura democracia». «Les honraría que reflexionaran y asumieran que se equivocaron al presentarlo», ha añadido, tras calificar la norma de «ley mordaza digital».
La votación de este decreto ha servido de pretexto para que Quim Torra siga presionando a Esquerra Republicana (ERC) en plena negociación para la investidura del líder socialista. El Gobierno en funciones ha convalidado en la Diputación Permamente del Congreso el decreto ley contra la «república digital» que el secretario general del PSOE anunció hace un mes, en plena campaña electoral para el 10-N. Y desde la Generalitat avisan que «no le saldrá gratis».
Este miércoles, el conseller de Políticas Digitales y Administraciones Públicas del Govern de Torra, Jordi Puigneró, ha lanzado duras críticas contra el «decreto digital» de Sánchez para combatir la propaganda online de la Generalitat. «Se ha complicado la investidura», ha advertido el consejero de Junts per Catalunya (JxCat). El partido socio de ERC en el gobierno catalán intenta empujar a los de Oriol Junqueras al «no» a Sánchez o, en su defecto, dejarle en evidencia por su supuesta tibieza.
La táctica es la usual en la política catalana: Puigneró ha avisado que JxCat demandará la derogación del decreto en cualquier negociación con el PSOE, «y me consta que otros grupos van a hacer lo mismo». Desde luego, se refiere a Esquerra, que este jueves se reunirá por primera vez con el equipo negociador de Sánchez para estudiar su abstención en la investidura, la única que puede hacer posible la coalición entre los socialistas y Unidas Podemos.
«Este es un decreto que, claramente, no solo va en contra de los ciudadanos de Cataluña, sino también de sus instituciones», ha argumentado el conseller para defender su oposición al «155 digital», como se ha apodado esta decisión en el espacio independentista. Y su derogación «será una condición, evidentemente, que incluiremos en cualquier negociación que se pueda hacer a partir de ahora con el Gobierno del PSOE», ha indicado, girando la vista hacia ERC.
JxCat toma «nota»
Jordi Puigneró espera que la convalidación del decreto ley se convierta en un obstáculo en el camino para la negociación de la investidura de Pedro Sánchez. «Vulnerar los derechos digitales de los ciudadanos catalanes no le saldrá gratis a Pedro Sánchez. Hoy Sánchez ha puesto una piedra muy gorda encima de la mesa a la hora de hacer mucho más difícil su investidura», ha afirmado el conseller, que en su momento tildó la decisión de «un golpe de Estado digital en Cataluña».
JxCat toma «nota» de la actitud del Gobierno en funciones, ha añadido Puigneró. No solo por lo que implica en su relación con la Moncloa, sino también en su cada vez más complicada interacción con ERC. Si después de negociar con el PSOE los republicanos deciden facilitar la investidura de Sánchez, los postconvergentes tendrán otro discurso de peso para reprender contra ellos ante los votantes independentistas.
Se suma a otros ejercicios de prbesión de JxCat a ERC. Por ejemplo, este lunes la formación capitaneada por Carles Puigdemont ha recuperado la exigencia de un «mediador internacional» en el diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, después de exigir que se reconozcan como «interlocutores» a Puigdemont y Junqueras. Lo hicieron a manera de subir el precio de su apoyo en la investidura, pero en términos prácticos tan solo seguían practicando el pressing a ERC.