Torra boicoteará la primera reunión de la mesa con Sánchez
El PSC ya preveía que el presidente de la Generalitat obstaculizaría la mesa de diálogo para "erosionar" a ERC antes de las elecciones
Quim Torra ha confirmado este sábado su intención de exigir en la primera reunión de la mesa de diálogo con Pedro Sánchez la incorporación de «un mediador» a las conversaciones entre Gobierno y Generalitat sobre «el conflicto catalán».
La exigencia de Torra, derivada de una resolución aprobada esta semana en el Parlament de Cataluña, amenaza seriamente la viabilidad de la mesa puesto que el Gobierno se niega a un diálogo asistido por un tercero.
«Este diálogo se tiene que hacer con un mediador», ha sentenciado el titular de la Generalitat este sábado en un acto político de Junts per Catalunya en el que ha asegurado que trasladará esta exigencia al presidente del Gobierno en la primera reunión de la mesa, prevista este mes de febrero.
Los planes de Torra no son ninguna sorpresa para los socialistas y, en concreto, para los socialistas catalanes, que ya esperaban que el presidente de la Generalitat se dedicara a poner dificultades a la mesa de diálogo con el propósito de debilitar a su principal competidor en las elecciones, Esquerra Republicana.
Los cálculos del PSC sobre Torra
Así lo han transmitido varias fuentes de la cúpula del PSC, que apoyan firmemente la actitud proactiva del Gobierno de Sánchez de presentar una agenda de propuestas para Cataluña.
Los miembros del PSC no son los únicos que no terminan de confiar en la voluntad de Torra. También se pudieron ver dudas por parte de Sánchez al aplazar los inicios de la mesa de diálogo a después de la creación de un nuevo Govern tras las elecciones en Cataluña.
Eso sí, consideran que Torra no tendrá fácil descolgarse del diálogo en un momento en el que la sociedad catalana muestra «hartazgo» del clima de conflictividad y quiere iniciar una nueva etapa de mayor calma social.
El clima de precampaña electoral, la rivalidad entre soberanistas —en particular entre Junts per Catalunya y ERC— no presagia nada bueno en la mesa de diálogo, puesto que el partido de Carles Puigdemont necesita remontar las encuestas.
Puigdemont podría retrasar las elecciones
Desde el Gobierno español y el PSC se sospecha que aún no se ha dado una fecha de elecciones por la necesidad de Junts per Catalunya y de Puigdemont de diponer de tiempo para ver cómo evoluciona la inmunidad como eurodiputado de éste último.
Todavía está pendiente de que el Parlamento Europeo se pronuncie sobre el suplicatorio pedido por el juez Pablo Llarena para que se le levante la inmunidad de Puigdemont. Los socialistas catalanes están convencidos de que el ex presidente de la Generalitat aspira a ir de cabeza de lista en las elecciones al Parlament —aunque posteriormente renuncie en favor del número dos—.
Solo una rápida confirmación por el Tribunal Supremo (TS) de la condena a inhabilitación de Torra por negarse a retirar los símbolos independentistas de las dependencias de la Generalitat podría acelerar la convocatoria electoral, sostienen en la cúpula del PSC, que no descartan que los comicios puedan celebrarse finalmente en otoño.
La urgencia de los Presupuestos
El PSC mantiene la voluntad de que el Gobierno de Pedro Sánchez presente “cuanto antes” el proyecto de Presupuestos para que no queden perjudicados posteriormente por las elecciones en Cataluña.
Una estrategia de desgaste de JxCat hacia ERC podría provocar que los republicanos renunciaran a la mesa de diálogo e impedir que se aprovaran los Presupuestos Generales del Estado —en los que se requiere su abstención—. En la cúpula del PSC también alejan la posibilidad de gobernar a corto plazo en tripartito con ERC y los Comunes tras los comicios catalanes.