S&P ve en Cataluña la zona de «mayor riesgo» para el mercado inmobiliario
La agencia de calificación crediticia vuelve a alertar sobre los riesgos de la crisis institucional de Cataluña
Standard & Poor’s, una de las agencias de calificación más escépticas respecto a la recuperación de Cataluña tras el desafío independentista, vuelve a poner en el ojo del huracán a la autonomía. Esta vez se centra en el mercado inmobiliario, donde observa que la región concentra el “mayor riesgo” para el sector.
De acuerdo a un informe publicado este lunes sobre el mercado de la vivienda en Europa, S&P encuentra que Barcelona registró un resultado anómalo en el repunte de los precios de abril a junio, si se compara con zonas como Madrid.
Así, los precios de la capital catalana se incrementaron en un 6% con respecto al segundo trimestre de 2017, mientras que en la ciudad de Madrid lo hicieron un 18,9%.
Además, si se proyectan los datos de Barcelona a lo largo de este año, el crecimiento podría seguir conteniéndose «por las incertidumbres políticas» que llegan tras el otoño caliente que prometió el independentismo.
Ya en un plano general, la firma pronosticó que los precios de venta de las viviendas crecerán un 5,6% en 2018, frente al 7,3% de 2017. Este incremento se ralentizará hasta dentro de tres años y provocará que los incrementos estén en el 4,3% en 2019, en el 3,5% en 2020 y en 3% en 2021.
Por ello, S&P asegura en su informe que «la sólida situación económica, con el desempleo cayendo y unos tipos de interés bajos, está apoyando a la recuperación del mercado de la vivienda en España».
Los otros ‘recados’ de S&P al desafío soberanista
No es la primera vez que S&P desconfía de la situación económica de Cataluña por el procés. En junio afirmó que seguía manteniendo su bono de deuda como basura y, además, tenía una «perspectiva negativa» para el futuro.
Sobre una posible independencia, sin embargo, la agencia de calificación llegó a afirmar en su día que ni se produciría ni tendría un impacto significativo en el riesgo de España.
En ese momento, junio del pasado año, España contaba con un aprobado alto (BBB+), e inclusó según añadió S&P, esa nota podría mejorar por las perspectivas de crecimiento económico y la consolidación fiscal.