Quim Torra convocará elecciones tras su cita con el Supremo
El plan del 'president' pasa por capitalizar electoralmente su previsible inhabilitación de cara a unos comicios que se celebrarían el 15 de noviembre
Con Quim Torra en la presidencia de la Generalitat, las certezas son pocas. Hace más de seis meses que el vicario de Carles Puigdemont anunció elecciones en Cataluña, pero no puso fecha. Y ahora, tras la primera oleada de la pandemia del coronavirus y en plena crisis de rebrotes, y cuando además falta poco más de un mes para que el Tribunal Supremo revise su inhabilitación, los catalanes todavía no tienen claro cuándo deben ir a votar.
Una plétora factores estratégicos para hacerse con la hegemonía del independentismo pesan en la decisión, uno de los más importantes siendo la campaña de desgaste a Esquerra Republicana (ERC) mientras se da la rearticulación de Junts per Catalunya (JxCat) alrededor de la figura de Puigdemont. El actual pulso con el presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, a cuenta de la declaración antimonárquica de la Cámara, forma parte de la estrategia.
Otro elemento de suma importancia que definitivamente marcará el rumbo de las urgentes elecciones catalanas será la vista del Supremo de su caso el próximo 17 de septiembre, tras la que se espera que quede en firme su inhabilitación como president. El independentismo no quiere que la justicia defina el calendario electoral, y Torra está de acuerdo, por lo que su plan pasa por convertir la audiencia en plataforma y dar por iniciada la campaña a partir de allí.
A menos de que este martes, de forma sorpresiva, el jefe del ejecutivo catalán decida publicar in extremis la convocatoria electoral para el 4 de octubre, lo más probable es que los comicios sean el 15 o el 21 de noviembre, según han explicado fuentes enteradas a La Razón. El calendario que plantea Torra, que es quien tiene la última palabra con respecto a las elecciones, recoge un anuncio electoral el 18 de septiembre, un día después de la vista en el Supremo.
Efemérides independentistas
El posible anuncio que Torra haría el 18 de septiembre sería la coronación de una serie de eventos para apelar a las emociones del soberanismo, con la conmemoración de una serie de efemérides nacionalistas que fungirían como una suerte de precampaña electoral. El aniversario de las leyes de desconexión aprobadas el 6 y el 7 de septiembre de 2017, o la Diada del día 11 de ese mismo mes, serían fechas clave para estas aspiraciones.
Pero la semana más importante sería la del 14 de septiembre. Un día antes del 17 de septiembre —es decir, de la revisión de su caso en el Supremo—, Torra quiere convocar en el Parlament el pleno de política general. Así las cosas, el debate coincidiría con la vista en el alto tribunal, lo que desde luego alimentaría el relato independentista de la represión, y el president anunciaría la fecha de los comicios el día 18, en aras de escenificar el llamado conflicto catalán.
Las movilizaciones serán esenciales, según el plan de Torra. Las citadas efemérides podrían estar acompañadas de manifestaciones en distintas partes de Cataluña, que se extenderían hasta las otras fechas otoñales de alta importancia para el independentismo, como el aniversario del referéndum ilegal del 1-O o la huelga del 3 de octubre de 2017 contra «la represión del Estado» tras aquella consulta inválida sobre la salida de Cataluña de España.
Las movilizaciones que el independentismo tiene en mente para octubre ya formarían parte del periodo electoral, en caso de que los comicios se celebren el 15 de noviembre, puesto que ya se habrían activado los 54 días de plazo que tiene el president para convocar las urnas. Además, de esta forma Torra podría hacer el esperado anuncio electoral antes de que el Supremo anuncie su previsible inhabilitación y, por ende, asuma la competencia de la convocatoria.
ERC y JxCat coinciden ahora mismo en pocos asuntos, pero la necesidad de que no sea la justicia la que decida el calendario electoral es una de ellas. La defensa de Torra hará todo lo posible por retrasar la decisión del Supremo, planteando toda suerte de recursos para dilatar los procesos. En última instancia, el president sabe que, si la justicia le inhabilita, tendrá 48 horas para ser notificado, periodo que previsiblemente aprovecharía para convocar elecciones.
Con estos plazos, Torra se asegura varias cosas: será él quien decida cuándo votarán los catalanes, y también el encargado de asegurarse de que ERC no asuma la presidencia cuando sea inhabilitado, pues si él convoca él es el presidente en funciones. Además, daría tiempo a Puigdemont de elegir la dirección de JxCat en el congreso de la formación que finalizaría el 3 de octubre y, más importante, tener ya un candidato a la Generalitat bendecido por el expresident.
ERC, que ha reclamado en vano que el president le tome en cuenta para definir el horizonte electoral, se centra ahora en desgastar al espacio posconvergente por el caso 3%, presionando para que la Generalitat se presente como acusación y personándose en la causa desde el Ayuntamiento de Sant Cugat.
Artadi no descarta agotar la legislatura
«Todos los escenarios» siguen «abiertos», ha avisado este martes la vicepresidenta de JxCat, Elsa Artadi, ante las especulaciones en torno a la convocatoria electoral. La también diputada en el Parlament no ha descartado que el Govern agote la legislatura y no cree que deba haber elecciones antes de que el Supremo ratifique o no la inhabilitación de Torra, el 17 de septiembre.
«La legislatura no acaba hasta dentro de poco más de un año, y todos los escenarios los mantenemos abiertos, siempre; entre otras cosas, porque las situaciones cambian muy rápido», ha señalado Artadi.