Quim Torra buscará una foto unitaria después del ultimátum
Torra convoca el 16 de noviembre el arranque de la mesa política que el PSC reclamó en julio y señala a Borrell como el "mayor obstáculo para el diálogo"
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha puesto fecha finalmente al arranque de la mesa de partidos que, a propuesta del PSC, el Parlament pidió el pasado 5 de julio para debatir sobre la situación política en Cataluña. Será el 16 de noviembre, según anunció Torra este miércoles en la cámara catalana, poco después de que venza el ultimátum dado a Pedro Sánchez.
Torra se ha guardado el anuncio como respuesta a una petición en ese mismo sentido del jefe de filas de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, que le ha reprochado que se ocupe más que de crear oganismos parainstitucionales como el consejo por la república o el llamado consejo asesor para el foro constituyente, el ente presentado el martes y presidido por el cantautor y exdiputado de Junts pel Sí Lluís Llach.
El anuncio de la cumbre es un elemento más para restar credibilidad, o cuanto menos contundencia, al ultimátum que el propio Torra lanzó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que exigió una propuesta de referéndum antes de noviembre. El martes, la portavoz del ejecutivo catalán, Elsa Artadi, ya relativizó los plazos y situó el ultimátum en el marco de la negociación presupuestaria, que todavía puede alargarse unas cuantas semanas.
Torra carga contra Borrell
En todo caso, Torra optó en la sesión de control parlamentaria por alternar la cal y la arena, y si anunció a Iceta el cumplimiento del mandato parlamentario de crear la mesa de partidos, también señaló al ministro de Exteriores, Josep Borrell, como el «uno de los obstáculos más serios» para el diálogo entre la Generalitat y la Moncloa.
Borrell, situado estratégicamente por Sánchez en su gabinete en el papel de azote del independentismo y para disputar en el terreno internacional la batalla del relato contra el independentismo, es en consecuencia uno de los objetivos favoritos de los dardos de los partidos soberanistas.
En ese sentido, el escándalo de la multa al ministro por la venta de acciones de Abengoa con información privilegiada ha dado gasolina de sobra a sus críticos. Pero Torra ha preferido centrarse en la «obsesión», ha dicho, de Borrell con la causa independentista. Y, para combatirla, se ha recetado «más acción exterior», usando así la actividad del ministro como argumento a favor del despliegue del consejo por la república, concebido para promocionar, bajo el liderazgo del expresidente Carles Puigdemont, la causa independentista a nivel internacional.