Pedro Sánchez ya sabe el precio del Pdecat y ERC para los presupuestos
Artadi y Aragonès se citan el jueves en Madrid con Calvo con el propósito de plantear un calendario de encuentros tutelados por una figura "neutral"
La Generalitat ha hecho suya la petición hecha por el expresident Carles Puigdemont el lunes y ahora pide que que sus reuniones con el gobierno de Pedro Sánchez se celebren con la presencia de «un mediador» o cuanto menos «un testigo», una figura «neutral» que dé cuenta de forma imparcial de lo que allí se discuta.
La propuesta la lanzó Puigdemont tras la reunión mantenida en Waterloo con la dirección del Pdecat, y este martes la portavoz del gobierno de Quim Torra, Elsa Artadi, la asumió como propia en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del consejo ejecutivo de la Generalitat.
Este jueves, la mediación se pondrá sobre la mesa en la reunión que celebrarán en Madrid la propia Artadi y el vicepresidente catalán, Pere Aragonès, con la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, un encuentro que tiene que dar continuidad al mantenido el 20 de diciembre entre Sánchez y Torra.
Artadi rebaja la cita con Calvo a «reunión preparatoria»
Tras aquella cita prenavideña, las partes anunciaron que habría una nueva entre ambos gobiernos en enero, pero en la que no participarían ni el presidente del Gobierno ni el de la Generalitat. Artadi, de todos modos, rebajó las expectativas del encuentro del jueves, que redujo a la categoría de «reunión preparatoria» de cara a futuras conversaciones.
El gobierno catalán ya reclamó en diciembre que el diálogo con la Moncloa se regularizara, estableciendo un calendario de reuniones con una periodicidad fija. Eso es lo que pretenden despachar Artadi y Aragonès con Calvo en su cita del jueves. «Nos la tomamos como una reunión para ver cómo formalizamos una mesa más estable», dijo la portavoz, que insistió en la necesidad de poner «método y regularidad» a las conversaciones.
Se trata de un planteamiento al que por ahora la Moncloa no ha puesto pegas, además de encajar como un guante con la principal petición que ahora lanza el independentismo como condición para permitir la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado, que es el mar de fondo con el que se desarrollará el encuentro.
Una mesa permanente, condición para los PGE
En los últimos días, primero fue Aragonès (ERC) quien reclamó la creación una mesa permanente de diálogo para buscar «una solución política» a la situación en Cataluña como condición para no cerrar de un portazo el debate presupuestario a las primeras de cambio. Puigdemont y el Pdecat se le sumaron después planteando una «comisión bilateral» entre Generalitat y Moncloa para despachar ese mismo asunto. El establecimiento de un marco de diálogo estable respondería pues a esa condición, y no parece descabellado que el ejecutivo de Sánchez lo acepte.
Mucho más complicado se antoja que el Gobierno acepte también el añadido del «mediador o testimonio neutral», una figura cuya necesidad Artadi justifica en aras de evitar que, tras cada encuentro, cada una de las partes venda una versión distinta del mismo, como sucedió con la reunión del 20-D.
Entonces, más allá del documento pactado por ambas partes, Artadi y la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, se contradijeron a la hora de detallar las peticiones trasmitidas por Torra a Sánchez, y después, la Generalitat reveló que el president había presentado una lista con 21 peticiones que la Moncloa nunca ha querido comentar. Y que, por cierto, ya incluía la demanda de una mediación internacional.