Pedro Sánchez anuncia una subida de impuestos «inevitable»
El presidente del Gobierno, parapetado en la justicia fiscal, pretende aumentar la presión a las grandes corporaciones y los tributos medioambientales
Pedro Sánchez ha confirmado este jueves que su Gobierno prepara una profunda reforma fiscal que afectará a las grandes corporaciones, puesto que considera que es «inevitable» ante la crisis que afronta España y los objetivos de fortalecer el Estado de bienestar que se plantea La Moncloa dadas las nefastas consecuencias de la pandemia del coronavirus.
En su primera entrevista televisiva desde que se aplicó el estado de alarma a mediados de marzo, el presidente del Gobierno ha titubeado ante las preguntas de Antonio García Ferreras de La Sexta, pero ha sido absolutamente contundente sobre la urgencia de subir impuestos. La reforma fiscal «tenemos que acompasarla con el crecimiento económico«, ha explicado el jefe del Ejecutivo, que ha insistido en que «no podemos salir con un estado de bienestar más debilitado y solo lo podemos hacer con una reforma fiscal que evidentemente implique justicia fiscal». ¿Implicaría esto un impuesto a las grandes fortunas, como piden sus socios de Unidas Podemos? No necesariamente, según Sánchez, que prefiere hablar de lo que ya recoge el acuerdo de la coalición, como el impuesto a las grandes empresas y acelerar la imposición ecológica.
¿Subirá el IVA también? Sánchez ha eludido la pregunta: «Yo creo que lo más importante es la justicia fiscal». Lo mismo ha hecho cuando se le ha interpelado sobre su opinión personal con respecto al impuesto a las grandes fortunas que defiende el vicepresidente segundo Pablo Iglesias. «Intelectualmente» es difícil «estar en contra de que aquellos que tienen más paguen más», ha afirmado el presidente socialista, añadiendo que el tributo a los ricos debe dejar de ser «un fetiche» para que pase a debatirse sobre otros impuestos como el de patrimonios o el de sociedades.
Tampoco ha ofrecido respuestas sobre si la reforma fiscal salpicaría a la clase media. «Lo más importante es salir con un objetivo de crecimiento económico, creación de empleo y cohesión social», ha respondido, incidiendo en la necesidad de que España salga de la pandemia reforzada en sus políticas públicas.
Presupuestos antes de que acabe el año
Después de tres meses de estado de alarma y de observar cómo cada semana fue aumentando la tensión política, Pedro Sánchez apuesta, no ya por la llamada geometría variable, sino por la «geometría absoluta», de cara a las negociaciones parlamentarias del Gobierno, cuyo principal propósito para este año es aprobar su primer proyecto de Presupuestos Generales del Estado. El presidente ha insistido en que le gustaría contar con el apoyo del «mayor número de partidos» a las cuentas que elaborará María Jesús Montero. «Necesitamos que la unidad sea una obligación», ha dicho.
«Me gustaría que estuvieran antes de final de año», ha añadido Sánchez sobre los Presupuestos, entendiendo que van a estar vinculados «al grado de consecución de los fondos europeos», cuyo acuerdo augura en este mes de julio.
Convencido de que agotará la legislatura y que no habrá elecciones antes de cuatro años, el líder del PSOE anhela la paz política que supone aprobar unas cuentas y no se presta a valorar los vetos cruzados entre sus inusuales socios de Ciudadanos y ERC porque ve posible que le apoyen en la votación del proyecto y ni siquiera cierra la puerta a que PP haga lo propio.
No quiere decir que las relaciones con Pablo Casado estén todo lo bien que pueden estar. «Creo que la máxima que siguen es ‘dígame dónde está el Gobierno que yo me pongo en frente'», ha lamentado Sánchez sobre el PP, rechazando las acusaciones de que no ha querido hablar con Casado durante todos estos meses. «El PP se ha ido aislando, ha ido mimetizando su estrategia con la ultraderecha», ha afirmado, sin mencionar a Vox por su nombre. Y se ha vuelto a sumar a la teoría de que la derecha ha aprovechado la pandemia para intentar derribar al Ejecutivo.
El presidente ha elogiado la «inteligencia» de Cs al pactar con el Gobierno medidas recientes y «ocupar un espacio de acuerdo que ha dejado huérfano el PP en su querencia por ocupar el espacio de la ultraderecha», a la vez que no ha sido tan magnánimo con respecto a ERC, al que ve sumido en una intensa precampaña electoral que le aleja de la reconstrucción a la que el Ejecutivo da prioridad antes que al llamado conflicto catalán. «Me gustaría que los partidos separatistas catalanes dejaran a un lado cuestiones que nos separan y antepusieran la reconstrucción», ha subrayado.