Pedro Sánchez abona el terreno para el anuncio de elecciones
Dirigentes socialistas admiten que Pedro Sánchez barrunta la convocatoria inminente de elecciones porque el Congreso se prepara para tumbar los presupuestos
Se sabe que 2019 va a a ser un año electoral, pero todavía se desconoce cuándo se va a descorchar. En principio, el ciclo electoral debía comenzar con el superdomingo de mayo (municipales, autonómicas y europeas), pero Pedro Sánchez contempla seriamente volar este calendario y avanzar la fanfarria electoral con unos comicios generales el 28 de abril.
Todo ello amenaza con precipitarse este mismo miércoles después de la votación en el Congreso de las enmiendas a la totalidad a los presupuestos (que pueden seguir en directo en Economía Digital)
¿Tiene sentido para el PSOE la celebración de elecciones en abril? «Ya no se puede descartar», dicen ahora voces socialistas, que, de la noche a la mañana, han asumido que la posibilidad de unas elecciones a corto plazo. El plan ha cobrado fuerza en las últimas horas después de que la relación del Gobierno con los independentistas haya encallado.
Derrota en el Congreso
El jefe del Ejecutivo parece haber concluido que no puede huir por más tiempo de su destino y dirigentes socialistas admiten ahora que el anuncio electoral podría producirse en breve.
El Gobierno encajará este miércoles una dura derrota en el Congreso, ya que la Cámara Baja tumbará la tramitación de los presupuestos generales del estado y la debilidad del PSOE quedará al descubierto.
ERC y Pdecat argumentaron este martes en el Congreso su decisión de cerrar el paso a los presupuestos y sus discursos sonaron a despedida. A fin de ciclo. En palabras de Joan Tardà (ERC), a «oportunidad perdida».
Ni Tardà ni Ferran Bel (Pdecat) urgieron elecciones al presidente, pero especularon abiertamente con este escenario. «Intuyo que su gobierno quiere las elecciones tanto como el señor Rivera y como el señor Casado», opinó el portavoz del Pdecat, uno de los pocos que mantiene hilo con el PSOE.
Nada es casual con Pedro Sánchez
Sánchez bajó la mirada, meditabundo. Sólo un círculo muy reducido domina los planes electorales del presidente del Gobierno. Incluso dirigentes de su confianza los desconocen, pero los suponen. Argumentan que no es casual que su gabinete haya filtrado dos fechas de abril (14 y 28) y subrayan que al fracaso de los presupuestos sólo le puede seguir un clima preelectoral.
La crisis catalana ha resultado, una vez más, decisiva para sacudir el tablero español. Los experimentos de Sánchez con el independentismo han fracasado. Se ha demostrado, de nuevo, que la crisis catalana es irresoluble con la autodeterminación sobre la mesa. La misma línea roja para ambas partes impide negociación alguna.
En el análisis de Pedro Sánchez también pesa el juicio al ‘procés’ en el Tribunal Supremo. Hay quien considera que el clima preleectoral y la atención de los medios a la contienda electoral puede rebajar presión al proceso judicial, aunque la sentencia no se prevé hasta pasadas las elecciones de mayo. Y hay quien realiza un análisis más simple: el escenario es insostenible y aguantar el gobierno sólo genera desgaste.