Nueva York reabre la herida de Hart para las víctimas del coronavirus
El gran número de fallecidos en Nueva York y el colapso de las morgues han convertido a la isla de Hart en el destino de muchas víctimas del coronavirus
La isla de Hart, al noreste de Nueva York, ha sido durante 150 años un lugar de entierro para fallecidos no reclamados de la ciudad. En el contexto de la crisis, con más de 2.000 muertes en un solo día la pasada jornada y la capacidad de las morgues colapsada, ya se han empezado a trasladar allí los fallecidos por coronavirus que no han sido reclamados por sus familias.
Desde mediados del siglo XIX, la isla ha sido testigo de numerosas epidemias que afectan a la ciudad de Nueva York. Fue un cementerio durante la crisis española de la gripe y un lugar de cuarentena para las víctimas de la fiebre amarilla y de tuberculosis.
Recientemente, han circulado imágenes de drones y de equipos funerarios en trincheras fangosas recién excavadas enterrando cuerpo tras cuerpo en cajas de madera. Tras la difusión de estas fotografías, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha asegurado que son «devastadoras».
En su cuenta de Twitter ha aclarado también que «el número desgarrador de muertes que estamos viendo significa que lamentablemente estamos perdiendo a muchas personas sin familiares o amigos para poder enterrarlas en privado. Esas son las personas que serán enterradas en Hart Island, con todo el respeto y la dignidad que la ciudad de Nueva York puede proporcionar».
The heartbreaking numbers of deaths we’re seeing means we are sadly losing more people without family or friends to bury them privately.
Those are the people who will be buried on Hart Island, with every measure of respect and dignity New York City can provide.
— Mayor Bill de Blasio (@NYCMayor) April 10, 2020
A principios de esta semana, el Ayuntamiento de Nueva York ya había anunciado que estaba evaluando tomar medidas como esta ante el incremento diario de fallecidos y el colapso de funerarias y cementerios. Muchos hospitales tienen en sus puertas traseras camiones frigoríficos que hacen de morgues móviles. Recordar que Estados Unidos se convirtió este viernes en el primer país del mundo en cuanto a número de contagios y se acerca peligrosamente a ser también el primero en número de muertes. Ya ha superado así el medio millón de contagios y la cifra de víctimas mortales es de 18.637, muy cerca de Italia que con 18.849.
Y Nueva York es el centro de la pandemia en el país americano, donde han fallecido solo en las últimas 24 horas 777 personas. Y aumentará el horror si los familiares de las víctimas de Covid-19 descubren que su ser querido ha sido puesto en una caja de madera y amontonado en una trinchera en una isla prohibida supervisada por el sistema carcelario de la ciudad, en la isla de Hart.
Los prisioneros de la isla se encargan de las excavaciones
Los directores de funerarias han advertido que cualquier víctima de coronavirus que no fuera reclamada dentro de dos semanas será enterrada en Hart Island, al menos temporalmente. Normalmente, las víctimas que terminan enterrándose en el lugar esperan meses para ser reclamadas antes de el procedimiento. Sin embargo, las circunstancias están acelerando los entierros allí. Es un plan delicado porque los entierros en la isla llevan mucho tiempo estigmatizados, como explica The New York Times este sábado.
Es un lugar donde hay enterrados ya más de 1 millón de neoyorquinos. En circunstancias normales la ciudad todavía entierra 1.000 cadáveres al año allí, incluidos bebés sin hogar, bebés nacidos muertos y neoyorquinos pobres cuyas familias no tienen dinero para enterrarlos. Los cuerpos llegan en ferry en ataúdes de madera y se apilan en filas de seis, en trincheras tan largas como un campo de fútbol. Y las fosas comunes son excavadas por presos de la cárcel de Rikers Island.
Los funcionarios han cambiado ahora el antiguo proceso de entierro para poder manejar más cuerpos. Una excavadora carga ataúdes de camiones a zanjas, lo que durante décadas fue realizado manualmente por los trabajadores internos.
Más de 275 reclusos allí han dado positivo por coronavirus. Por ello, se ha llevado a cabo otro cambio en la organización, donde se ha unido equipo de diez trabajadores contratados en privado para ayudar con el trabajo, por los riesgos a la salud de los prisioneros.