El mayor sindicato catalán de médicos: “la población está desatendida”
Elena Bartolozzi, de Metges de Catalunya, advierte que la actual desatención sanitaria disparará la mortalidad por otras enfermedades que no son el covid
La doctora Elena Bartolozzi califica de “desatención” el actual sistema de visitas médicas mediante llamadas telefónicas o telemáticas. Advierte que esta desatención disparará la mortalidad en los próximos meses en pacientes que padecen dolencias distintas del covid-19.
Bartolozzi es la secretaria del sindicato Metges de Catalunya en el ámbito de la atención primaria de los centros del Instituto Catalán de la Salud. En esta entrevista denuncia las deficiencias del sistema sanitario en plena segunda ola de la pandemia.
Colapsada, saturada, crítica, … ¿Qué término define mejor el actual estado de la atención primaria en Cataluña?
Sumaría las tres palabras. La situación era de sobrecarga desde antes de la llegada de la pandemia. Cuando llegó, nos vimos obligados a asumir más carga de trabajo sin contar con más personal. Entonces se suponía que era una situación temporal a la que se le pondría solución, que se reforzaría la atención primaria, pero este refuerzo nunca ha llegado. Se preveía un rebrote para el otoño, pero llegó en pleno verano con las plantillas bajo mínimos. Nos pilló sin el personal suficiente y con una manera de visitar a los pacientes que, si bien en los primeros meses podíamos dar por buena –priorizábamos la visita no presencial para tener a la gente en casa y evitar los contagios–, con el paso del tiempo se ha demostrado insuficiente y bastante perjudicial. Ha llegado a un punto que podemos decir que la manera con la que se está trabajando es perjudicial para la salud de los pacientes.
La gente se queja de lo difícil que resulta contactar por teléfono con su centro y, después, de que la visita telefónica resulta insatisfactoria …
Las centralitas telefónicas son absoletas. Tampoco hay suficiente personal administrativo para filtrar tantas llamadas. La cadena ya está fallando antes de que los pacientes consigan hablar con los profesionales. Por ejemplo, en el área metropolitana sur de la ciudad de Barcelona ha fallado durante dos días el sistema informático. La infraestructura técnica se ha visto superada.
Afrontan cada día un alud de llamadas …
Los profesionales sanitarios estamos tan ocupados haciendo miles de cosas que no damos abasto para todas las llamadas. Es una manera de visitar muy perjudicial para los pacientes. Ahora los profesionales no tienen agendas propias. Se ha perdido el seguimiento que antes hacían a sus pacientes. Esto genera insatisfacción tanto a los usuarios como en los profesionales. No es lo mismo llamar por teléfono a un paciente que hace 20 años que conoces que a otro que no lo conoces de nada.
Si a esto le sumamos que no somos suficiente personal, que las pruebas complementarias se están atrasando muchísimo o que el sistema sanitario se está quedando sin capacidad, todo se atasca. Esta situación desemboca en una atención mala y en retrasos diagnósticos de patologías graves. Los diagnósticos solo los hacemos los médicos y, por lo tanto, si no se diagnostica a un paciente, no se le tratará.
¿Qué supone retrasar el diagnóstico?
La mortalidad por las deficiencias del sistema se verán en los próximos meses y durante 2021. No es lo mismo que a un oncólogo le llegue un paciente con un proceso tumoral de dos meses que si ya es de ocho. No tendrá el mismo pronóstico. Muchas personas llegan tarde porque se han inhibido de venir a la visita. No querían ni molestar. Esto es un desastre.
¿Se puede hablar de desatención?
La población está desatendida. No se les puede dar la atención que necesita. Mucha gente no se apaña mediante una llamada de teléfono. También hacemos visitas presenciales, no hemos dejado de hacerlas, pero no con el médico que seguía al paciente sino como si fura una urgencia. Cada vez lo visita un profesional nuevo. Esto también es una forma de desatención.
Los profesionales se quejan de falta de espacio. Tiene sentido que la vacunación contra la gripe se haga fuera de los ambulatorios mientras las PCR se siguen haciendo dentro?
No pasa en todos los centros. Supongo que han pensado que es más fácil vacunar a gente que organizar circuitos fuera de los centros para las PCR. En otros países, el seguimiento de los casos leves o asintomáticos no los realiza la atención primaria sino la salud pública. Aquí lo hemos absorbido, pero no podemos seguir desatendiendo a la población afectada por otras enfermedades para dedicarnos solo a la covid. Nos situaremos en un año de desatención. Esto ocasionará muertes y enfermedades graves. Se debe organizar de otra manera.
¿Son seguros los circuitos dentro de los centros de atención primaria?
Se forman colas fuera de los centros para que, cuando entren, estén seguros. Nos pasamos la vida desinfectándolo todo. En los centros son se infecta nadie. No podemos poner la mano en el fuego, pero no se infectan. Se aplican medidas, se limita el aforo.
¿Hay buena comunicación con los rastreadores?
Hay dos tipos de rastreadores: los gestores covid, que llegaron en agosto y que están físicamente en los centros de atención primaria, con los que nos intercambiamos información. Son para contactos estrechos en los núcleos familiares. Después están los scouts, para los contactos fuera del núcleo familiar, o sea, en el trabajo, escuela, o en el ocio. Dependen de la salud pública. En este ámbito se producen retrasos.
¿Qué pasa con la tramitación de las bajas laborales?
Es un viacrucis. Una baja médica es una prescripción de reposo por enfermedad. Solo la pueden firmar los médicos. Pero, que pasa con los positivos leves o asintomáticos que no pueden teletrabajar. La gestión de estas situaciones nos está quitando mucho tiempo y recursos, de manera que provoca que desatendamos a otras dolencias. Debería haber un permiso retribuido para estos casos, al que se pudiera acceder con un papel que constará que uno es positivo y no puede teletrabajar. La gestión de las bajas nos ha quitado el 50% del tiempo y los recursos a los médicos de familia. Nos deberían liberar de esto.