Mas, impasible: la acción exterior se intensificará
Pese al rechazo de Rajoy, el jefe del Ejecutivo catalán internacionalizará el proyecto soberanista
La situación es contradictoria. Las patronales buscan un gran consenso que les permita el 14 de febrero aparecer con un mensaje nítido que sitúe como prioridad la revitalización de la economía catalana, con medidas concretas, y que se busquen vías de diálogo para no chocar contra un muro si se mantiene el guión del proyecto soberanista de Artur Mas.
Esa es también la opción del Gobierno de Mariano Rajoy, que trata de aproximar posiciones. Pero, por ahora, el president Mas, se muestra impasible. El Govern intensificará su acción exterior, y mantendrá su intención de internacionalizar el proyecto soberanista, o «conflicto», como lo denominó Mas en su idea, utilizando una expresión propia del mundo abertzale.
En contra de la ley del Gobierno español
Esa es la salida que le queda al ejecutivo autonómico de CiU y no quiere dejarla de lado. Se trata de un desafío al Gobierno de Mariano Rajoy. El Govern de Artur Mas se muestra firme, aunque ello no implique una renuncia al diálogo, si se produce la oportunidad. Pero la situación se va complicando. Y es que Mas ha ignorado el anteproyecto de ley de Acción Exterior del Gobierno central, que trata de frenar ese tipo de actuaciones de los gobiernos autonómicos.
El conseller de Presidència, Francesc Homs, aseguró este martes que el Govern tiene muy claro cuál será su camino. “Haremos más acción exterior que nunca, por la situación económica y el proceso soberanista, en un momento como el actual pensar que esto de ir fuera es un capricho es ser, no de un siglo atrás, sino de dos siglos atrás», afirmó, tras la reunión del Consell Executiu. Y añadió, además, que el Govern seguirá en ello “diga lo que diga el Gobierno (central)”.
La idea está clara. Sólo un posible reconocimiento por parte de las instancias internacionales podría ofrecer alguna posibilidad al Govern de CiU, pese a las reticencias que ya mostró Bruselas. Según Homs, la Generalitat “hará más política exterior que nunca”, aunque “con herramientas modestas, sacando jugo a los recursos que tiene”.
Cinco delegaciones en el exterior
La diálectica siempre acaba siendo la misma. Catalunya hará política exterior, pero nunca siguiendo los criterios que ha seguido, según Homs, el Gobierno español. “Lo que no haremos es gastar 330.000 euros en cubertería y manteles, estamos lejos de este tipo de acción exterior», clamó, en referencia a la adjudicación que el pasado año publicó el BOE por la que el Gobierno gastaba esa cantidad en renovar la cubertería y otros artículos de las embajadas. Homs lo dejó caer con un cierto tono de burla.
La Generalitat, en la actualidad, dispone de cinco delegaciones en el exterior: en Bruselas, París, Londres, Berlín y Nueva York, además de 35 oficinas con un destino comercial.
Pero el acto de reafirmación del Govern de Artur Mas llega en un momento en el que el tejido empresarial desea marcar una línea roja, que lleve a los dos ejecutivos, el catalán y el español, a establecer un marco de diálogo que acuerde un primera objetivo: el pacto fiscal.
El posicionamiento de Piqué
El 14 de febrero las patronales tienen previsto un acto reivindicativo que no ha podido evitar la polarización sobre el proyecto soberanista. Convocado por Foment del Treball, y apoyado por la Cambra de Comerç, Fepyme, Pimec y Aijec, el acto ha recibido los reproches de un muy movilizado Cercle de Negocis Català. Son empresarios independentistas que no quieren que Foment trate de frenar el proceso iniciado por Artur Mas.
En esa tesitura se encuentra el Cercle d’Economia, una institución determinante en las últimas décadas, que no ha decidido su participación. Fuentes del Cercle valoran qué hacer, desde el convencimiento de que es necesario adoptar algunas decisiones. Pero el Cercle no puede convocar a sus afiliados a un acto empresarial, porque no se trata de una patronal. En cambio, sí podría asistir el presidente del Cercle, Josep Piqué, nada tibio respecto al movimiento independentista. Sería la oportunidad, aseguran las mismas fuentes, de que el propio Piqué diera a conocer las tesis del lobby económico.