Mas-Colell tiene una semana para evitar un fiasco de 168 millones
El 18 de noviembre finaliza el plazo para la venta directa de los edificios de las sedes de Empresa i Ocupació y del de la Bolsa de Barcelona
El fracaso en la venta de las sedes de la conselleria de Empresa i Ocupació, avanzado por Economía Digital, ha puesto al Govern en un brete. Necesita los 63,6 millones de euros que se iba a embolsar –aunque se ha quedado con el 25%, 15,9 millones– pero el tiempo se agota. Si no los vende en una semana, algo altamente improbable, deberá reiniciar el proceso y convocar de nuevo la subasta, algo que con casi toda seguridad quedará en manos del próximo Govern.
Dentro de una semana, el 18 de noviembre, termina el plazo legal para la venta directa de la Torre Muñoz, edificio del Paseo de Gracia en el que se encuentran las oficinas de la conselleria de Empresa, y del edificio de la calle Sepúlveda en el que están las dependencias de Trabajo, ya que se cumple un año desde la celebración de la subasta, que quedó desierta, según han explicado fuentes de la conselleria de Economia, que ha llevado las ventas.
También termina el plazo de venta del edificio de la Bolsa de Barcelona, también en el Paseo de Gracia, aunque más céntrico, una de las joyas de la corona entre los inmuebles de la Generalitat. Entre los tres edificios, que salieron a subasta simultáneamente, el Govern esperaba embolsarse 168 millones, aunque en segunda convocatoria aceptaba 135, que necesitaba, y necesita, para dar un respiro a su ahogada tesorería.
Sólo 16 millones
De los 168 millones que quería, lo que ha recaudado no ha llegado a los 16 millones, ya que fracasaron las dos ventas. La de la Bolsa quedó desierta por su alto precio (89 millones en primera convocatoria y 71 en segunda) y la de los edificios de Empresa i Ocupació, que era conjunta, terminó haciéndose por venta directa después del fracaso de las dos convocatorias.
Sin embargo, la semana pasada, el Govern, en su reunión de los martes, dio marcha atrás y anuló la venta de ambos edificios a la sociedad Nadlan BCN, creada expresamente para este concurso y representada por el ejecutivo israelí Morris Moshe Benisty, un auténtico desconocido para el sector. El motivo, el impago del 75% pendiente del precio pactado en los plazos acordados.
Con sólo una semana para hacer la venta directa, las probabilidades de que el Govern consiga un comprador son más bien escasas. Fuentes del sector apuntan que «es imposible hacer una oferta en una semana», ya que la compra es compleja, puede incluir cambios de uso de los edificios, para convertirlo por ejemplo en hotel, lo que requiere su tiempo.
La patata caliente, al siguiente ejecutivo
De terminar el plazo sin éxito, el Govern deberá volver a convocar subasta pública, como hizo hace un año. Desde Economia apuntan que esta será una decisión que corresponderá al futuro ejecutivo catalán, ya que el actual está en funciones y Andreu Mas-Colell, que no continuará, considera que no le toca a él decidir.
El problema es que ahora mismo es una incógnita lo que durará el actual Govern en funciones. Si Artur Mas no consigue el apoyo de la CUP esta semana para continuar siendo presidente de la Generalitat, podríamos estar ante un escenario de elecciones otra vez en marzo, lo que dejaría un ejecutivo en funciones al menos seis meses más. Y si se forma gobierno gracias a la CUP, ¿apoyará esta formación la venta de patrimonio?