El Govern fracasa de nuevo y anula la venta de las sedes de Empresa i OcupaciĆ³
La Torre MuƱoz y el edificio de la calle SepĆŗlveda fueron adjudicados por 63,6 millones a Nadlan BCN, una empresa desconocida para el sector que no ha hecho frente a los pagos
Nuevo fracaso del Govern en las ventas de patrimonio. Una de las más sufridas fue la de las sedes de la conselleria de Empresa y Ocupació en Barcelona, la Torre Muñoz (en el Paseo de Gracia) y otro edificio en la calle Sepúlveda, y después de su adjudicación directa a la empresa de origen israelí Nadlan BCN, el Govern ha tenido que dar marcha atrás y anular la venta ante los reiterados impagos de la empresa compradora.
La Generalitat vendió en junio el edificio, por adjudicación directa después de dos concursos fallidos, a Nadlan BCN S.A. por 63,575 millones de euros. El acuerdo incluía que las dependencias de la conselleria de Empresa y Empleo se mantuvieran en el edificio, con un alquiler de 111.527 euros al mes más impuestos en la sede de Sepúlveda y de 122.000 en la del Paseo de Gracia.
Prórroga e incumplimiento
Cuando se formalizó el contrato, Nadlan, que era una auténtica desconocida para el sector, pagó 15,89 millones, correspondientes al 25% del precio total de venta, en concepto de garantía. El resto, 47,68 millones, debía abonarlos antes del 25 de julio.
Sin embargo, el 11 de julio la compañía pidió un aplazamiento, que el Govern estudió y le concedió para después de vacaciones. Pero el 30 de septiembre, un día antes de que venciera el nuevo plazo de pago, Nadlan pidió poder pagar hasta el 1 de diciembre, plazo que la Generalitat denegó.
En su reunión de este martes 3 de noviembre, el Govern aprovó dejar sin efecto la venta a Nadlan y estudiar tomar acciones legales para reclamar daños y perjuicios, así como prohibir a la Generalitat contratar a Nadlan en el futuro.
Una venta sorprendente
La venta, de forma directa ya que la adjudicación por concurso fracasó, fue toda una sorpresa para el sector inmobiliario en Barcelona, que no conocía a Nadlan BCN, una empresa constituida expresamente para comprar los dos edificios de la Generalitat, ni a su administrador único, el israelita Morris Moshe.
Varias fuentes del sector mostraron su incredulidad sobre cómo podía ser viable la compra, por el precio al que se cerró, como inversión, ya que la rentabilidad que daba dejándolo en alquiler era muy baja. Además, explicaron que el estado del interior de la Torre Muñoz, el edificio más atractivo de los dos por su excelente ubicación, era muy malo y había que reformarlo.