La oposición reprueba a una Colau ausente por el incivismo y la inseguridad
El gobierno de Barcelona encaja un nuevo castigo político pero hace oídos sordos a las demandas de la oposición
La oposición municipal de Barcelona ha sometido este miércoles a un duro castigo al gobierno de Ada Colau, al que ha reprobado por la crisis de incivismo e inseguridad en una tensa comisión extraordinaria que ha evidenciado la absoluta soledad del ejecutivo de Barcelona en Comú y se ha celebrado sin la presencia ni de Colau ni de su número dos, Gerardo Pisarello.
Pese a negar el escenario caótico que describen el resto de los grupos, el gobierno ha querido evidenciar que no pasaba de la comisión, forzada por los grupos del Pdecat, Cs, ERC y el PSC. Así, además del comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, la mitad del ejecutivo también ha asistido a la cita: allí estaban los concejales Josep Maria Montaner, Eloi Badia y Gala Pin y los tenientes de alcalde Jaume Asens y Laia Ortiz, esta última como alcaldesa en funciones.
Ni Pisarello, que asumió la gestión del tema del top-manta, ni Colau, máxima responsable de seguridad, han interrumpido sus vacaciones para asistir
Pero ni Pisarello, que asumió personalmente la gestión del tema del top-manta, uno de los problemas que más se han agravado, ni Colau, máxima responsable de seguridad desde principio de mandato renunció a nombrar un concejal específico, han interrumpido sus vacaciones para asistir. Al fin y al cabo, pese a que todos los grupos han pedido la renuncia de la alcaldesa en ese ámbito y que nombre a otro responsable, el gobierno, como a todas las exigencias del resto de formaciones, ha hecho oídos sordos.
Por lo demás, la sesión ha consistido en una tormenta de reproches de todos los grupos de la oposición -salvo la CUP, que no ha asistido- que los miembros del gobierno han encajado con cara de póker.
Tormenta de reproches
Reproches por el aumento desbocado de la venta ilegal al calor de la impunidad con la que los manteros operan desde que Colau llegó a la alcaldía; por el incremento de los delitos, especialmente los hurtos; por los problemas de incivismo al alza en Ciutat Vella en general y la Barceloneta en particular, y por la propia ausencia de Colau y Pisarello.
Ortiz ha atribuido el chaparrón al afán «electoralista» del resto de grupos. «Esto es una alianza contra Barcelona, un todos contra la alcaldesa Colau», les ha espetado, y ha alegado que el gobierno municipal trabaja «de forma incansable para garantizar la seguridad y la convivencia en el conjunto de la ciudad» y que en verano «la ciudad siempre sufre un uso exhaustivo del espacio público».
La Generalitat, pese a las peticiones del consistorio, no ha incrementado los efectivos de Mossos, aspecto al que también se han referido Cs y el PP
La alcaldesa en funciones también ha insistido en que el Ayuntamiento -que este mismo miércoles ha anunciado un refuerzo de 27 personas en la limpieza de Ciutat Vella- ha reforzado la presencia policial con 100 nuevos agentes y destinando 12 millones a horas extra mientras que la Generalitat, pese a las peticiones del consistorio, no ha incrementado los efectivos de Mossos d’Esquadra, un aspecto al que también se han referido tanto Cs como el PP, pero que el Pdecat, ERC y el PSC han preferido obviar.
Ortiz ha reprochado a los grupos que, más allá de los ataques, no hagan aportaciones en positivo, y el PSC le ha replicado con la bateria de 57 medidas de choque para aplicar en verano que anunció el martes, mientras que Cs le ha recordado que en lo que va de año su grupo ha presentado 15 iniciativas en esa línea.
La teniente de alcalde ha eludido tras la réplica hacer ninguna referencia a esas propuestas, y tampoco a otro de los asuntos con los que la oposición ha puesto el grito en el cielo: el exabrupto del director del plan estratégico de turismo del Ayuntamiento, Albert Arias, que el domingo replicó vía Twitter a las críticas tras la agresión de un grupo de manteros a un turista con un «os podéis ir a la mierda» por el que acabó disculpándose y que ya ha eliminado su cuenta de la red social.