La Guardia Urbana lanza un ataque demoledor contra Colau
El sindicato de la Guardia Urbana arremete contra la "nefasta gestión" de Colau en materia de inseguridad y top manta, aunque concede una oportunidad al PSC
El sindicato mayoritario de la Guardia Urbana, Sapol, ha advertido este miércoles al nuevo teniente de alcalde de seguridad del Ayuntamiento, Albert Batlle, del PSC, que las fuerzas de seguridad en Barcelona «van a tener que afrontar un reto difícil de combatir debido a que heredan años de nefasta gestión» con respecto a la inseguridad, la delincuencia y la venta ambulante no autorizada, o top manta, culpando de todo ello directamente a Ada Colau.
Los guardias urbanos aseguraron que la alcaldesa de Barcelona en Comú, de la mano de la CUP, obligó a los agentes a «dejar de intervenir y permitieron que las mafias se adueñaran de las calles». De paso celebraron las recientes actuaciones de Batlle a la vez que recordaron que los altos cargos del consistorio en la pasada legislatura fueron los «responsables y partidarios de una permisividad» hacia los manteros, los «okupas y los alborotadores».
Sapol envió este comunicado una semana y media después de que Batlle anunciara un dispositivo de seguridad para neutralizar el top manta en Barcelona, en el que participan un centenar de agentes de la Guardia Urbana, Mossos d’Esquadra y Policía Portuaria. El macrooperativo se alarga desde las 10.00 hasta las 22.00 horas, pero a partir de esa última hora los vendedores ambulantes vuelven a ocupar las calles de la ciudad para salvar su día.
«Todo esto está muy bien», dicen los agentes de la policía barcelonesa, que entienden que «el currículum del señor Batlle le avala como gran profesional gestor del ámbito de la seguridad», pero reclaman mejores condiciones para poder hacer su trabajo. «Llevamos años reclamando incrementos de efectivos, mejor formación, pistolas táser, medios materiales y más seguridad en nuestras propias comisarias», añade el comunicado demoledor.
«Es intolerable que Colau culpe de la inseguridad a los Mossos»
Sobre las excusas que Colau y su entorno han puesto para defenderse ante las acusaciones de que no han hecho lo suficiente para velar por la seguridad en Barcelona, los guardias urbanos dicen que «es intolerable» que «culpe de la inseguridad (…) a los Mossos d’Esquadra por falta de efectivos mientras la policía municipal arrastra unas carencias relevantes (le faltan unos 1.200 agentes) para garantizar «un servicio de calidad a sus ciudadanos».
Esta excusa podría caducar pronto, pues el Govern de Quim Torra avanzó en julio un plan para combatir «la creciente sensación de inseguridad» en Barcelona en el que se proyecta un incremento del 15% en el cuerpo de los Mossos; unos 320 policías autonómicos que llegarán a la capital catalana para reforzar las labores de seguridad. Pero la policía barcelonesa también precisa «con carácter de urgencia un incremento» de efectivos, reclamó Sapol.
El sindicato –el mismo que en 2018 denunció que Colau avisaba a los manteros antes de los operativos– afea que el gobierno municipal del anterior mandato llegó a Sant Jaume «con la clara intención de retraer a la Guardia Urbana a simple agentes de barrio o proximidad», una de las razones por las que la inseguridad ha incrementado al punto de ser ya la principal preocupación de los barceloneses y que la ciudad sea la más peligrosa de España.
La Guardia Urbana celebra el dispositivo contra el top manta
Aunque «parece que en este nuevo gobierno de coalición con el PSC, el tema de la seguridad es una cuestión prioritaria», para la policía local es inaceptable que ante el dispositivo de Batlle contra el top manta Colau acceda a reunirse con los manteros, que le piden que facilite unos horarios para realizar sus ventas. Rrepresentantes del gobierno municipal tuvieron un encuentro con el sindicato de vendedores ambulantes este miércoles.
Jaume Collboni (PSC) y Janet Sanz (BenComú), tenientes de alcaldía del Ayuntamiento, acordaron con los manteros crear una mesa para abordar esta problemática de forma integral con políticas de empleo y de emergencia social. Esto, después de que el top manta convocó varias protestas ante el dispositivo policial que comenzó la semana anterior. El consistorio matizó que la venta ambulante no autorizada «no es posible» en Barcelona.
Todo esto sucede después de un mes de julio que, según Sapol, «ha sido el peor de todo el mandato de la alcaldesa en lo que a seguridad se refiere». Los guardias civiles se hacen eco del registro en cuatro semanas de cinco asesinatos, el aumento de los delitos sexuales, la «problemática específica con los menores extranjeros no acompañados» y «enfrentamientos entre bandas en plena calle».
Además, el sindicato asegura que «los robos con violencia han aumentado un 28% y los hurtos un 9% en el primer trimestre». En resumen, «una oleada de sucesos que supone para Barcelona que tenga la catalogación de la ciudad más peligrosa de España», añade.