La inseguridad se dispara como principal problema en Barcelona
La inseguridad ya es el problema considerado más grave de la capital catalana por uno de cada cuatro barceloneses, según una encuesta del Ayuntamiento
La inseguridad no solo sigue siendo el principal problema de Barcelona a decir de los entrevistados en las encuestas que elabora el Ayuntamiento, sino que cada vez lo es para más gente. El último barómetro semestral del consistorio indica que ya es el señalado por el 27,4% de los encuestados, lo que supone un incremento de más de seis puntos respecto del anterior sondeo, elaborado en diciembre del año pasado y que fue el primero desde 2010 en que la inseguridad se situó en primer lugar del ránquing de preocupaciones de los ciudadanos.
En segundo lugar en esa lista lo ocupa el acceso a la vivienda, citado como el problema más grave de la capital catalana por el 14%, casi dos puntos más que hace medio año. El encaje de Cataluña en España, citado por el 8,9%, sigue en tercer lugar, y el turismo, escogido por el 7,2%, en el cuarto.
La inseguridad fue el principal dolor de cabeza del gobierno municipal de Ada Colau el último año y medio del pasado mandato, a raiz de un repunte general de los delitos y de la crisis de los narcopisos en el Raval, mientras que la vivienda siempre ha sido uno de los principales caballos de batalla de Colau, que pese a sus esfuerzos no ha conseguido que el problema remita, entre otras cosas, porque el consistorio no tiene más competencias en ese terreno.
Colau quiere más policías
Con la seguridad pasa algo parecido. Puede que una parte del problema pueda ser achacable a la sobre todo al principio errática gestión de la Guardia Urbana, pero también es cierto que la alcaldesa se pasó la segunda parte del mandato reclamando refuerzos de Mossos d’Esquadra a la Generalitat como quien predica en el desierto. Este viernes lo recordó el cuarto teniente de alcalde, Jordi Martí, al presentar los resultados del barómetro. Martí recordó que el conseller de Interior, Miquel Buch, primer hizo oídos sordos y solo hace pocos meses reconsideró su posición y amplió «de manera ligera, no suficiente», la cifra de agentes, que el consistorio confía en que se siga ampliando de forma progresiva.
El teniente de alcalde también alegó la alta demanda de cuerpos policiales desde agosto de 2017, por un lado, por la amenaza terrorista, y, por otro, por la situación política, que ha generado una cantidad inédita de movilizaciones.
Y añadió un último factor: la sentencia del Tribunal Supremo que también en verano de 2017 rechazó la posibilidad de que la multirreincidencia pudiera ser considerada un agravante en casos de delitos leves, como se había introducido en la reforma de 2015 del delito de hurto, tras la cual, alegó Martí, los hurtos se incrementaron en general, no solo en Barcelona.
Los encuestados preferían un acuerdo Colau-ERC
En todo caso, el ránquing de problemas marca pautas y retos para el nuevo gobierno municipal que Colau negocia ahora formar con el socialista Jaume Collboni. La cartera de Seguridad es, precisamente, uno de los puntos calientes de esa negociación.
La encuesta, efectuada entre el 28 de mayo, dos días después de las municipales, y el 7 de junio, una semana antes de la sesión de investidura, también incluyó una pregunta sobre los posibles pactos para gobernar la ciudad. El 20,3% preferían un acuerdo entre ERC y Barcelona en Comú, es decir, el doble de los que se descantaban (un 10,5%) por uno entre BComú y el PSC, que es que finalmente acabó haciendo a Colau alcaldesa.